Niño exige regalos caros a Santa Claus, luego halla solo una carta bajo árbol de Navidad - Historia del día
Un niño de ocho años le escribió una carta impactante a Santa Claus y sus padres decidieron darle una lección sobre el significado de la Navidad.
Carolina Fernández pidió a todos sus estudiantes de tercer grado que le escribieran una carta a Santa Claus y prometió que todas las cartas serían enviadas por correo urgente al Polo Norte.
La maestra se sentó y leyó los escritos con un corazón cálido y una sonrisa en los labios hasta que llegó a la misiva de Kike Barrios.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels
La docente no podía creer lo que veía. ¡Nunca había leído algo tan inquietantemente egoísta y desagradable! Carolina tomó su teléfono, llamó a los padres del niño y les pidió que se reunieran con ella después de la escuela para hablar sobre su hijo.
Cuando llegaron, la maestra explicó la tarea que había fijado para la clase y luego les entregó la carta a los representantes del niño.
“Querido Santa”, escribió Kike. “Tengo que decirte que estoy muy decepcionado con los regalos que me diste el año pasado. Espero que lo hagas mucho mejor esta vez.
“Así que será mejor que me traigas la KidiZoom PrintCam, un nuevo iPhone, una nueva PlayStation, y algunos juegos geniales como Call Of Duty, no juegos infantiles aburridos como el año pasado. Nada de Legos ni nada estúpido como eso”.
“La señorita Carolina quería que pidiéramos cosas para los niños pobres, pero creo que eso también es bastante tonto. Deberían haber sido más inteligentes y haber nacido con padres ricos como el mío. De todos modos, he sido bueno, así que es mejor que hagas tu parte. Kike”.
La mamá del niño levantó la vista de la carta. “¡No puedo creer esto!”.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash
El padre de Kike tomó la carta y la leyó, luego la volvió a leer. Estaba muy molesto. “¡Yo tampoco lo puedo creer!”, dijo.
Dijo: “Sabe, señorita Carolina, nací en una familia muy pobre, y siempre juré que mi hijo lo tendría todo... Pero esto...”. Sacudió la cabeza y se veía triste.
La Sra. Barrios miró a su esposo y sonrió. “Tengo una idea. ¡Vamos a darle una lección a Kike!”. La noche antes de Navidad, el niño ayudó a su mamá y papá a colocar un plato de galletas y un vaso de leche junto al árbol. Miró el árbol reluciente y frunció el ceño. “¡Eso es raro!”, dijo. “¡Usualmente hay muchos regalos aquí a estas horas!”.
“Bueno, cariño, pensé que le habías escrito una carta a Santa”, dijo la señora Barrios. “¡Quizás esté entregando todo personalmente este año!”.
“Sí”, dijo Kike. “¡Eso es! Y esta vez será mejor que lo haga bien...”. El Sr. y la Sra. Barrios se miraron por sobre la cabeza de su hijo, pero no dijeron una palabra. Todos asaron unos malvaviscos en la chimenea y luego se fueron a la cama.
A la mañana siguiente, Kike saltó de la cama incluso antes de que saliera el sol y bajó corriendo las escaleras. “¡Mamá, papá!”, gritó. “¡Despierten! ¡Es Navidad!”.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash
El niño corrió hacia el árbol y se detuvo en seco. En lugar de la ENORME pila de regalos que estaba acostumbrado a ver, solo había cuatro o cinco paquetes pequeños bajo el árbol. Kike tomó el primero.
Era para su mamá. El segundo era para su papá... El chico rápidamente se dio cuenta de que todos los regalos de Navidad eran para sus padres, ¡y ninguno para él! Luego vio que detrás de todos los paquetes había un sobre con su nombre, Kike Barrios.
Ansioso, el niño abrió el sobre. Estaba seguro de que contenía un enorme vale de regalo para poder salir y comprar todo lo que había pedido, pero le esperaba una gran sorpresa.
Lee también: Niño envía un regalo a un país pobre sin saber que la destinataria se convertiría en su esposa - Historia del día
“Querido Kike”, decía. “Lamento que te hayan decepcionado los obsequios del año pasado, pero me temo que a mí también me has decepcionado. En tu carta escribiste que habías sido ‘bueno’, pero eso no es del todo cierto”.
“No has sido malo, pero tampoco has sido lo que yo llamo bueno. No fuiste amable, servicial o generoso. No pensaste en los demás. Así que, si quieres regalos la próxima Navidad, tienes que ser BUENO, pensar en otras personas y hacer buenas obras”.
“Hay un diario debajo del árbol, y espero que escribas al menos una buena acción al día durante los próximos 365 días. Feliz Navidad, Santa Claus”.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash
El niño quedó sorprendido. “¡No tengo NINGÚN regalo! ¡NINGUNO!”. El Sr. y la Sra. Barrios se mostraron comprensivos y le pidieron la carta para leerla, pero Kike se sonrojó. “Es privada”, dijo. “¡Entre Santa y yo!”.
Miró debajo del árbol y allí encontraba un pequeño diario con una cubierta roja. Kike lo recogió y lo llevó arriba. Después de un rato, los padres del niño lo escucharon llorar.
Se miraron el uno al otro. “¡Ay, Jorge!”. La señora Barrios lloró. “¿Estamos siendo demasiado duros con él?”. Su esposo negó con la cabeza. “No, Margarita”, dijo. “Estamos haciendo lo correcto y es por su propio bien”.
A partir de ese día, los padres de Kike y su maestra notaron un cambio gradual en él. Se convirtió en un niño más amable, más generoso, siempre dispuesto a ayudar a sus compañeros y atento con su abuela.
A finales del año siguiente, el diario rojo de Kike estaba realmente lleno y le escribió una nueva carta a Santa, pero esta vez todo lo que pidió fue un cachorro.
Santa debe haberlo escuchado, porque en la mañana de Navidad un adorable perrito estaba esperando debajo del árbol con un gran lazo rojo alrededor de su cuello.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash
No fue fácil, pero el niño había aprendido la lección y se había convertido en un niño más cariñoso y adorable.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No hacer nada malo no es suficiente; todos debemos esforzarnos activamente por hacer el bien. Kike aprendió que tenía que hacer el bien por los demás, no solo comportarse para estar en la lista de Santa.
- A veces, criar a un niño significa tomar decisiones difíciles. La mamá y el papá de Kike sabían que su hijo se sentiría decepcionado y triste, pero necesitaban que aprendiera de compasión y empatía.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.
Puedes dejar tu mensaje en la sección de comentarios y suscribirte a AmoMama para leer las mejores historias sobre el espectáculo y el mundo en un solo lugar.