Mujer accidentalmente se encuentra a su hijo biológico de 7 años al que no conocía - Historia del día
Un día, la vida de una mujer dio un giro extraordinario cuando se encontró con un niño de 7 años. Nunca había estado embarazada, pero las pruebas de ADN demostraron que era la madre del niño.
Cuando Connie Viera se vio obligada a utilizar una silla de ruedas, su marido le informó que la dejaba porque no quería estar con una mujer discapacitada.
La dama había sufrido una lesión en la médula espinal tras un terrible accidente de coche, que la dejó estéril y la confinó a una silla de ruedas. Cuando su esposo Jorge descubrió que ella no podía darle un hijo, no dudó en divorciarse y marcharse.
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Connie estaba devastada y preocupada porque pensaba que sus compañeros de trabajo se burlarían de ella y perdería su empleo como enfermera.
Pero, al contrario de lo que esperaba, sus compañeros se mostraron muy comprensivos con ella, y su jefe, el Dr. Eduardo, le ofreció turnos en función de su disponibilidad.
Ver que tanta gente se preocupaba por ella, la inspiró a salir de la depresión que sufría desde que Jorge la dejó y a retomar su vida.
Un día, Connie estaba a punto de salir del hospital después de su turno cuando trajeron a un niño de 7 años. Estaba inconsciente cuando lo llevaron a la sala de operaciones.
Cuando preguntó por su caso a la recepcionista, descubrió que él y sus padres habían tenido un accidente de coche. Se llamaba Christopher y sus padres habían muerto antes de llegar al hospital.
Connie se sintió fatal por el pobre chico y rezó por su recuperación antes de salir del hospital. Cuando llegó al trabajo al día siguiente, se enteró de que el niño se había salvado y había sido trasladado a una sala general tras una operación.
Ese día, ella estaba a cargo de la habitación del niño y le pidieron que recogiera sus muestras de sangre para un análisis. Cuando fue por la muestra, él estaba sentado tranquilamente mirando por la ventana, así que se acercó con delicadeza. "¡Hola! Me llamo Connie. ¿Quieres presentarte?".
El chico se giró inmediatamente y le dedicó una brillante sonrisa. "¡Hola! Soy Christopher, pero puedes llamarme Chris".
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"Encantada de conocerte, Chris", dijo Connie mientras rodaba su silla hasta su cabecera. "Ahora, por favor, acuéstate en la cama como un buen chico. Necesito tomarte muestras de sangre para un análisis".
"¿Qué? Por favor, ¡no!" Chris gritó. "No quiero hacer eso. Me va a doler".
"¡Claro que no, Chris! Te voy a contar un pequeño secreto sobre lo que hay que hacer para que no te duela nada".
"¿De verdad?".
"¡Sí! Solo tienes que cerrar los ojos y contarme una historia. Estará listo antes de que la historia termine, y ni siquiera dolerá".
"¿De verdad? ¿Puedo contarte mi historia favorita?".
"Sí, Chris. Claro que puedes".
"¡Está bien!", dijo el niño, luego cerró los ojos y comenzó a narrar una historia. Mientras tanto, Connie le subió rápidamente la manga para sacarle sangre y se dio cuenta de que tenía una marca de nacimiento en la mano.
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Tomó la muestra de sangre rápidamente antes de que Chris abriera los ojos y salió de su habitación, pero su mente no podía dejar de pensar en el pequeño. La marca de nacimiento era tan parecida a la suya.
Cuando al día siguiente llegaron los resultados de los análisis de Chris, Connie supo que los médicos sospechaban que tenía cáncer. Esa noche volvió a estar a cargo de la guardia de Chris y, cuando entró en su habitación, se dio cuenta de que estaba llorando.
Empezó a consolarlo, pero él siguió llorando y preguntando por sus padres. Acababa de descubrir que sus papás habían muerto y los echaba de menos. Cuando se percató de que no podía calmarlo, se dirigió a la cafetería del hospital para comprar unos chocolates.
Chris pareció más tranquilo al recibirlos, y Connie habló después con él de temas aleatorios que le hicieran olvidar a sus padres. Su parte favorita de la conversación resultó ser Avengers, y se quedó dormido mientras hablaba con ella.
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Sentada junto a su cama esa noche, Connie se dio cuenta de que Chris se parecía mucho a ella. No solo tenían la misma marca de nacimiento, sino también el mismo color de ojos, la costumbre de apretar la nariz al reírse y era el vivo retrato de su juventud. Sin embargo, nunca tuvo hijos ni estuvo embarazada. Se preguntó si estaba emparentado con ella de alguna manera.
Dos días después, resultó que Chris no tenía cáncer, ya que sus informes finales fueron negativos. De hecho, estaba evolucionando bien y pronto le darían el alta.
Mientras tanto, Connie no podía dejar de pensar en su posible relación con Chris. Entonces recordó haber donado sus óvulos a amigas cercanas que no podían tener hijos hace diez años. Pero su amiga y su familia se habían mudado a otra ciudad poco después de que naciera su hija.
Se puso en contacto con el hospital donde había donado sus óvulos y descubrió en los archivos médicos que sus óvulos se habían utilizado para otra familia. Cuando preguntó más, se enteró de que la pareja que había usado sus óvulos eran los padres de Chris.
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Connie se alegró mucho cuando lo supo. "¿De verdad? Chris... ¿Es mi hijo?" Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras hojeaba las páginas de los documentos obtenidos en los archivos médicos. Sin embargo, se hizo una prueba de ADN con Chris para estar segura, y los resultados confirmaron que ella era su madre.
Sin perder un minuto más, Connie tomó la decisión de adoptar legalmente al niño en ese momento, y a la mañana siguiente estaba en el orfanato del hospital presentando la solicitud de adopción de Chris ante el director del orfanato.
Ese mismo día, cuando fue a conocer a Chris, no pudo dejar de llorar al verlo. "Me alegro mucho de verte, Chris", dijo la mujer mientras abrazaba al pequeño. "Ya no estarás solo".
Chris se quedó perplejo ante su reacción. "¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?".
"Es porque he venido a llevarte a casa, Chris. ¿Quieres quedarte conmigo?".
"Umm... Bueno, eres amable conmigo, y me diste chocolates la última vez, así que no me importa".
"Pero hay algo más que me gustaría decirte, Chris", dijo Connie tras una breve pausa. "Estoy aquí para adoptarte como mi hijo".
"¿Así que vas a ser mi nueva madre? ¿Por qué?", preguntó Chris con curiosidad.
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"Eso es porque cuando un ángel se llevó a tu madre, me dijo que ella no quería que estuvieras solo. Así que decidí adoptarte".
"¿De verdad?" Los ojos de Chris se abrieron de par en par.
"¡Sí, Chris! Voy a tener que irme ahora porque tengo que trabajar, pero nos vemos luego".
Chris no pronunció ninguna palabra durante un momento y se quedó mirando a Connie. Luego habló. "¿Puedo preguntarte algo antes de que te vayas?".
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"Sí, Chris", respondió Connie, sonriendo.
"Si ahora eres mi madre, ¿puedo llamarte mamá?".
"Por supuesto que puedes, Chris. Me encantaría!", dijo Connie, besando al niño en la frente. "Ahora entra y juega con tus amigos. Te veré más tarde. Adiós".
"¡Adiós, adiós!", dijo Chris y corrió dentro del orfanato hacia su habitación.
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La vida de Connie se transformó por completo después de adoptar a Chris, y estaba agradecida de que eso sucediera. El pequeño, que había perdido a sus padres, volvió a tener un hogar cariñoso y una madre cariñosa, mientras que una mujer que no podía tener un hijo fue bendecida con un niño encantador.
Años más tarde, cuando Chris había crecido y entrado en la universidad, invitó a su profesor a cenar una noche. El profesor Mario estaba soltero en ese momento y quedó encantado con la madre de su alumno. Después de esa cena, Mario y Connie empezaron a verse a menudo y, antes de darse cuenta, estaban enamorados.
Los dos tortolitos decidieron dar el siguiente paso en su relación y casarse. Se lo comunicaron a Chis, quien les apoyó mucho.
Ese mismo año, cuando Chris volvió a casa de vacaciones, Mario y Connie se casaron, y ahora Chris también tiene un padre cariñoso.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Cuando Dios nos quita algo, siempre tiene otra bendición para nosotros: Connie perdió a su marido, Jorge, pero ganó a Chris como hijo y, más tarde, al profesor Mario como marido, y ahora tiene una familia amorosa.
- Algunos accidentes son realmente hermosos: Connie conoció a Chris por casualidad una tarde, cuando lo llevaron al hospital, pero ese incidente le dio a un huérfano una madre y a ella un hijo cariñoso.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.