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Bebé recién nacido | Foto: Shutterstock
Bebé recién nacido | Foto: Shutterstock

Mujer se entera de que su esposo intercambió a su bebé sin decírselo hace 11 años - Historia del día

Georgimar Coronil
22 mar 2022
12:50

Una mujer se sorprendió al descubrir que su marido cambió a su bebé por otro mientras ella estaba inconsciente en el hospital.

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Eran las 8:00 de la mañana y José Sánchez tenía que llegar al metro. Su reunión empezaba a las 7:45 y él debía presentarse.

Entró en el tren rápidamente y casi choca con una hermosa mujer que, en lugar de reclamarle por haberla empujado, le sonrió y le pidió que se tomara las cosas con calma.

Pareja. | Foto: Pexels

Pareja. | Foto: Pexels

Ella también estaba de pie porque los asientos estaban todos ocupados. Mientras el tren se ponía en marcha, él se sentía muy cohibido por culpa de ella, y hacía lo posible por ignorarla.

Al cabo de unos minutos, empezó a armarse de valor para hablar con la dama, pero estaba muy nervioso. Ella lo notó y se burló de él, y así fue como José conoció a Rosa Martínez, la mujer con la que se casaría.

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Cortejaron durante dos años antes de contraer matrimonio en una pequeña ceremonia que celebraron en la playa porque resultó ser el lugar favorito de ambos.

Un año después, compraron una casa, y unos meses después, Rosa cayó enferma. Vomitaba por las mañanas y de repente parecía que había engordado.

"Deberíamos llevarte al médico", dijo José. "Creo que deberíamos, podría ser una gripe", respondió ella.

"Estás embarazada, Rosa, ¡felicidades!", dijo la doctora cuando la examinó.

"¡Oh Dios Mío!, ¿es un bebé?", preguntó Rosa mientras José se quedó son palabras. Hacía tiempo que quería tener hijos y se esforzaba por conseguirlo. Su familia perfecta pronto estaría completa.

"¡Es una gran noticia!", le dijo Rosa al médico.

Mujer embarazada. | Foto: Pexels

Mujer embarazada. | Foto: Pexels

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"Vuelvan más tarde para una ecografía y no se olviden de los cuidados prenatales", expresó la especialista.

Volvieron dos semanas después para la ecografía, pero la doctora descubrió algo que empañó su felicidad: había señales de alarma que sugerían que el niño nacería con un defecto.

"Siempre pueden optar por interrumpir el embarazo si se considera que es demasiado arriesgado para la vida de la mujer", explicó la doctora.

Rosa soltó un grito ante la afirmación, pero estaba demasiado sorprendida como para darse cuenta de que su marido asentía con la cabeza antes de reponerse.

"Creo que deberíamos averiguar más sobre los supuestos defectos antes de tomar esa decisión", dijo José, ganándose la inmediata animosidad de su esposa.

"¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso como si fuera una opción? No deberíamos considerarlo como tal porque no me desharé de mi bebé", dijo ella.

"De acuerdo, cariño, veamos cómo van las cosas", respondió él, tratando de calmarla.

"Necesitaremos que se queden un tiempo para poder controlar su estado y ver si encontramos algo más", dijo la especialista y ellos aceptaron.

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Ecografía. | Foto: Pexels

Ecografía. | Foto: Pexels

Una semana después, Rosa regresó a su casa y empezaron a prepararse para dar la bienvenida a su hija. Sin embargo, mientras se preparaban, José no podía evitar preguntarse cómo saldría la niña.

"¿Necesitará muletas?", se preguntaba. "¿Una sonda para comer?".

Los meses pasaron y pronto Rosa se puso muy pesada: daría a luz en cualquier momento.

Una tarde, se despertó de una siesta y quiso darse una ducha. Buscó la ropa y de repente sintió un líquido corriendo por sus piernas. Al instante llamó a José, que estaba en el salón viendo un partido de fútbol.

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Inmediatamente, se trasladaron al hospital y una vez allí, se dieron cuenta de que era una situación peligrosa, así que optaron por una cesárea.

Rosa fue anestesiada y nació la bebé. El médico limpió a la niña y se la llevó a José, pero el hombre no quería mirar a la pequeña.

Jose llamó a la doctora y le reveló sus intenciones. "Escuche", le dijo. "No puedo quedarme con una niña enferma el resto de mi vida: ¿hay algo que pueda hacer por mí?".

"Señor Sánchez, no estoy segura de lo que está sugiriendo...", empezó a decir la doctora.

Doctora. | Foto: Pexels

Doctora. | Foto: Pexels

"Estoy dispuesto a pagarle 10.000 dólares por ayudarme a cambiar a esta niña por otro recién nacido, uno sano".

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Cuando Rosa volvió en sí, el trato estaba hecho y los recién nacidos habían sido intercambiados. José presentó a la madre a su hijo, y ella se deshizo en elogios hacia él, especialmente porque estaba sano.

Pero la madre le comentó a la doctora que era extraño que hubiese nacido varón si la ecografía decía que era una niña. "¿No es raro, doctora?", preguntó, pero la mujer le aseguró que pudo haber sido un error del estudio.

"No es nada para preocuparse. El niño está aquí y está sano", dijo la doctora, y luego se fue apresuradamente.

Ese mismo día les dieron el alta y volvieron a casa para empezar su vida en familia. Todo fue estupendo y fueron felices durante dos años, hasta que el niño enfermó.

"Es una enfermedad que requerirá una supervisión médica prolongada y cuyo tratamiento es costoso", les dijeron los médicos. José no podía creerlo. ¿Todo lo que había hecho había sido para nada?

Rosa había esperado tal eventualidad, así que no se sorprendió, y estaba dispuesta a cuidar del niño. José no lo estaba.

De repente empezó a llegar tarde del trabajo, e incluso los fines de semana tenía que ir a algún sitio urgente. Su relación se resintió mucho, y Rosa se quedó sola cuidando a su hijo.

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Madre e hijo. | Foto: Pexels

Madre e hijo. | Foto: Pexels

Una noche, José se ausentó por completo, lo que significaba que ella no podía dormir porque alguien tenía que velar por el niño. Rosa se preocupó toda la noche, y por la mañana estaba agotada, de modo que cuando José entró, se enfrentó a él exasperada.

"¿Por qué me haces esto?", le preguntó. "¡También es tu hijo!".

"No estudié para ser médico, Rosa. Me casé contigo para ser tu marido, no para gastar todo mi tiempo y recursos en un niño que probablemente no sobrevivirá".

"¿Cómo puedes tener tan poca fe? Afirmas que no sobrevivirá, pero ni siquiera intentas ayudarle a hacerlo. Lo diré de nuevo José, ¡este es tu hijo también y tienes que ser responsable de él!".

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La discusión subió de tono hasta que sus voces y emociones se dispararon, lo que llevó a José a revelar lo que había estado ocultando. "¡Para que sepas, ese niño que tanto quieres ni siquiera es tuyo!", expresó.

"¿Qué?", preguntó ella. "¿Qué estás insinuando?".

"Tampoco es mío", dijo él "El bebé que tuvimos era en realidad una niña y la hice intercambiar para evitar luchar contra las enfermedades que nos había advertido el médico".

Mujer acostada. | Foto: Pexels

Mujer acostada. | Foto: Pexels

"¡¿Qué?!", gritó ella. "¡No puedes hablar en serio!".

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"¡Sí Rosa, y te lo digo porque he terminado cuidando a un niño que ni siquiera es mío!".

"¿Qué?" Preguntó Rosa, atónita.

"También creo que es mejor que nos separemos ahora porque esta familia ya no es perfecta, no con esta situación", respondió José.

Rosa se sorprendió y lo vio empacar sus cosas y salir de su casa. Tenía la esperanza de que volviera, pero al cabo de un día decidió que no lo haría.

Llevó al niño a un hospital y realizó una prueba de ADN que demostró que él tenía razón. Confundida y dolida, se puso en contacto con su madre, que le aconsejó que se deshiciera del niño.

"Ni siquiera es tuyo, no gastes más en él, busca a tu hija", dijo la mujer.

"¿Cómo puedes decir eso mamá? Es un niño que he criado con amor durante los últimos dos años, no lo voy a abandonar".

Maleta. | Foto: Pexels

Maleta. | Foto: Pexels

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Terminó la conversación decidida a criar al niño y también a buscar a su hija. Para ello, visitó a la doctora que la atendió durante el embarazo y la amenazó con denunciarla por fraude si no le decía dónde estaba su hija biológica.

La mujer le dio indicaciones y Rosa localizó a la familia. Eran ricos y habían puesto en tratamiento a su hija, por lo que ya estaba sana.

Rosa les reveló todo lo que había averiguado y les mostró las pruebas de ADN, lo que les sorprendió. "Esto solo ocurre en las películas", dijo la otra madre.

"Esto es realmente terrible", añadió su marido.

Por compasión, ayudaron a Rosa a tratar al niño y, un año después, estaba sano. Todos decidieron seguir en contacto en lugar de volver a intercambiar a los chicos, así que el niño y la niña crecieron juntos.

Cuando alcanzaron la mayoría de edad, los adultos revelaron lo que les había ocurrido, pero a los niños no les importó. "Eso solo significa que tenemos dos familias", dijeron.

Pareja. | Foto: Pexels

Pareja. | Foto: Pexels

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¿Qué ganamos con esta historia?

  • La paciencia es una virtud: José era impaciente y trataba de evitar responsabilizarse de un niño con defectos, así que intercambió a los recién nacidos, solo para darse cuenta más tarde de que el otro niño también estaba enfermo. Al final, perdió a los dos pequeños y a su mujer.
  • La perfección no existe: José quería una familia perfecta, pero cuando trató de manipular las cosas para conseguirlo, fracasó, y eso le costó su familia.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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