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Niño conoce a niña y se la presenta a sus padres: dice que es su hermana y les muestra un papel - Historia del día

Mayra Pérez
05 abr 2022
16:30

Un niño es abordado por un desconocido, quien le presenta a una niña y le entrega un papel. Cuando les cuenta a sus padres, ellos quedan atónitos con lo que les dice.

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Jonás, de siete años, entró corriendo a su casa con una niña de la mano, uno o dos años mayor que él. “¡MAMÁ! ¡PAPÁ! ¡Vengan a ver! ¡Tengo una hermana!”, gritó lleno de emoción. Sus padres, Diego y Carla Vidal, estaban sorprendidos.

Diego sonrió. “¡Vaya! Una hermana... ¿Y dónde la encontraste? ¿En el jardín?”.

Su hijo sonrió con orgullo. “¿Cómo supiste? Un hombre habló conmigo y me dio esto”, dijo Jonás, mientras le daba el papel.

“¿Un hombre?”, dijo Diego, sorprendido y comenzó a leer. Casi de inmediato sintió que su mundo se ponía patas arriba.

El papel era un certificado de nacimiento y nombraba a la niña, Nadia, de 9 años, como la hija de Frank Burgos y Carla Flores... Diego miró a su esposa. “¿Ella es tu hija?”, preguntó.

Carla se levantó de un salto y agarró el certificado de nacimiento de su mano y lo examinó. “No es posible... ¡¿Cómo me haces esto, Frank?! ¡Teníamos un trato!”, gritó enojada.

“¿Un trato?”, preguntó Diego: “¿Qué significa eso?”.

Un niño pequeño con una gorra, sonríe timidamente. | Foto: Unsplash

Un niño pequeño con una gorra, sonríe timidamente. | Foto: Unsplash

“Diego”, la voz de Carla se suavizó y puso la mano en su brazo, acariciándolo con cariño. “Sabías que estaba casada cuando nos conocimos... Pero me enamoré de ti, quería comenzar una nueva vida. Frank estuvo de acuerdo, con la condición de que Nadia se quedara con él”.

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“Para ese momento, estaba embarazada de nuestro hijo Jonás, así que acepté, pero nunca he dejado de pensar en mi niña”. Carla le sonrió a Nadia y le dio un dulce abrazo a la niña asustada. “Mi dulce bebé, ahora estás con mami”.

Lo que Diego no vio fue el brillo de ira en los ojos de Carla mientras abrazaba a la hija que no había visto en ocho años. Era cierto que ella estaba casada cuando conoció al millonario Diego, pero le había exigido a su exmarido que se quedara con su hija.

Ella no estaba dispuesta a permitir que nada estropeara su glamorosa nueva vida, y mucho menos una niña que necesitaba su atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana. ¡Ahora se vería obligada a jugar a la madre devota, no de uno sino de dos mocosos! Carla estaba furiosa.

Diego le dio la bienvenida a Nadia a la familia y rápidamente se acercó a la dulce y tímida niña. En cuanto a Jonás, adoraba a su hermana mayor y la seguía a todas partes.

Pero había algo de lo que Diego no se percató. Carla estaba cada vez más resentida por la presencia de su hija en sus vidas. La irritaba que su esposo llegara a casa con un regalo sorpresa o un libro nuevo para Nadia y un juguete para Jonás. Era como si los dos niños estuvieran usurpando su lugar en su corazón.

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En cuanto a Diego, veía la tristeza de la niña y se sentía obligado a compensarla. En su mente, una pregunta no dejaba de darle vueltas. ¿Por qué su padre la había dejado con ellos tan repentinamente?

Decidió enfrentarse a Frank Burgos y descubrir la verdad. Le pidió a Nadia la dirección de su padre y se presentó una tarde sin decirle nada a Carla. Llamó a la puerta y se sorprendió al verlo.

El hombre estaba claramente muy enfermo. Estaba dolorosamente delgado, su cabello se caía y su piel era de un amarillo pálido. “Soy Diego Vidal. Quiero hablar contigo sobre Nadia”.

Frank invitó a Diego a entrar y los dos hombres se sentaron en la sala de estar. “Me estoy muriendo”, confesó el hombre. “No quería que Nadia me viera así. Quiero que ella sea feliz y esté instalada con su nueva familia para cuando yo me haya ido”.

Una niña pequeña sonríe ligeramente. | Foto: Unsplash

Una niña pequeña sonríe ligeramente. | Foto: Unsplash

“Pero, ¿por qué nos la trajiste si le prohibiste a Carla volver a ver a su hija?”, preguntó.

Frank se echó a reír, lo que terminó en un doloroso espasmo de tos. “¿Es eso lo que te dijo Carla?”, preguntó. “Me dijo que no quería volver a verme a mí ni a la niña. Salió y nunca miró hacia atrás. Ella nunca nos amó”.

Diego sintió que sus sentimientos por Carla se enfriaban. Le prometió a Frank que cuidaría de Nadia como si fuera su propia hija y salió de ese lugar con una idea muy diferente acerca de quién era realmente su esposa. Simplemente, no sentía lo mismo por ella.

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Cuando ella se acercó a él con su sonrisa seductora, él se encogió ante su toque, y ella lo sintió. Su ira se centró de inmediato en Nadia. ¡La niña tenía que irse!

Carla esperó hasta que Diego llevó a Jonás a la práctica de beisbol antes de llevar a cabo su plan. Entró en la habitación de Nadia y le arrojó una maleta.

“¡Recoge tus cosas!”, le gritó. “¡Te quiero fuera de mi casa ahora mismo!”. Metió un puñado de ropa de Nadia en la bolsa y la arrastró fuera de la casa.

Empujó a su hija a la parte trasera del auto y condujo hasta la casa de Frank. La casa estaba a oscuras y nadie abrió la puerta, pero a Carla no le importó. Dejó a la niña sentada en el umbral de la casa de su padre y se alejó.

Cuando Diego y Jonás llegaron a casa, encontraron a Carla sonriente y feliz. “Mis muchachos”, gritó. “¿Por qué no salimos a comer pizza?”.

Un hombre joven mira por la ventana. | Foto: Unsplash

Un hombre joven mira por la ventana. | Foto: Unsplash

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“¿Dónde está Nadia?”, preguntó Jonás. “¡Ella AMA la pizza!”.

Carla sonrió con malicia. “¡El papá de Nadia vino a buscarla!”, dijo. “La quería de vuelta y ella quería irse con él”.

“¡Eso es mentira!” exclamó Jonás. “¡Ella me quiere mucho!”. Y corrió a la habitación de Nadia a buscarla.

Diego miró a su esposa. “Eres una mentirosa”, dijo en voz baja. “¿Dónde está Nadia?”.

“Se fue”, gritó Carla. “Se fue por donde vino, ¡y no me importa dónde está!”.

Diego la miró con desdén. “¡Eres un monstruo!”, le dijo.

Diego subió a su auto y condujo directamente a la casa de Frank Burgos, y allí, sentada en el umbral, estaba Nadia. “Cariño”, gritó. “¡He venido para llevarte a casa!”.

“Mami no me quiere”, dijo Nadia. “Tal vez debería quedarme con mi papá”.

Pacientemente, Diego le explicó que su padre estaba muy enfermo en el hospital, y que él y Jonás eran su familia ahora, y que la cuidarían y amarían para siempre. Cuando regresaron a casa, Carla los esperaba junto a la puerta principal de brazos cruzados.

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Un hombre camina con un niño y una niña de la mano. | Foto: Pexels

Un hombre camina con un niño y una niña de la mano. | Foto: Pexels

“Diego”, espetó ella. “¡Si ella entra a esta casa, me voy!”.

“Estoy tan contento de que hayas dicho eso, Carla”, dijo Diego con calma. “Porque estaba a punto de echarte, ¡así me evitas muchos problemas! Ella se queda aquí”.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

Las personas egocéntricas no aman a nadie más que a sí mismos. Carla no amaba a Nadia, amaba el dinero de Diego y por eso tuvo a Jonás, para que se casara con ella.

No puedes ocultar tu verdadero yo para siempre. Carla pensó que podía engañar a Diego por siempre, pero terminó revelando su fealdad interior y su gran egoísmo. Y eso la hizo perder su amor y su dinero.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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