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La habitación de un niño | Foto: Shutterstock
La habitación de un niño | Foto: Shutterstock

Niño de 7 años le dice a mamá que no está solo en las noches: ella instala cámara en su habitación - Historia del día

Mayra Pérez
12 abr 2022
01:00

Un niño asustado le dice a su madre que hay alguien en su habitación por la noche. Ella no le cree, pero instala una cámara de vigilancia para calmarlo y hace un descubrimiento sorprendente.

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Cristian Castillo se tapó la cabeza con las sábanas y los oídos con los dedos. Pensó que si no podía ver u oír al monstruo, no podría atraparlo, o al menos eso esperaba.

En los últimos días, el monstruo se había vuelto más audaz. Cristian estaba seguro de que muy pronto sentiría sus terribles garras, y lo arrastraría hacia su guarida. Entonces se perdería para siempre y su madre no podría encontrarlo...

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Laura miró preocupada a su hijo de siete años. Cristian, por lo general bullicioso y hablador, estaba muy callado y picoteaba el cereal que solía devorar para el desayuno.

“Cris, hijo”, dijo ella. “¿Qué tienes?”.

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“Nada…”, dijo el niño, pero por la forma en que apartó la mirada, Laura supo que no estaba siendo sincero. “Puedo notar que estás molesto. Por favor, dime qué pasa”.

Chris la miró con los ojos llenos de dolor. “No me vas a creer”, dijo con tristeza.

“Sí, lo haré, lo prometo”, dijo Laura con seriedad. “Te lo juro”.

“Hay un monstruo en mi habitación”, le susurró Chris al oído. “Vive en mi armario; sale por la noche y viene a la cocina a comer. Siento que uno de estos días me comerá A MÍ”.

La primera reacción de Laura fue echarse a reír, pero vio las sombras oscuras bajo los ojos asustados de su hijo. “Puede que solo sea una fantasía, pero para Chris es real”, pensó.

“Está bien”, dijo Laura. “Pondré una luz nocturna para asustar al monstruo”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Cristian parecía feliz. “¿Estás segura de que eso funcionará?”, preguntó.

“Sí, por supuesto”, dijo Laura. “Los monstruos del armario se derriten con la luz. Ya verás”.

Pero a la mañana siguiente, Cristian estaba aún más asustado. “¡Mami, lo vi!”, dijo con voz llorosa. “Vi claramente su sombra a través de las sábanas debido a la luz. ¡No se derritió!”

“Escucha, Cris”, dijo Laura. “Voy a atraparlo, sea quien sea. ¿Recuerdas esa cámara que había en tu cuarto cuando eras pequeño?”.

“¿La que parece un osito de peluche?”, preguntó.

“Sí”, dijo Laura. “Voy a ponerla en tu habitación esta noche, y si hay algo, la cámara lo grabará. Atraparemos al monstruo en el acto”.

Laura no esperaba que la cámara captara nada, y mucho menos un monstruo. Ella solo quería tranquilizar a su hijo. A la mañana siguiente, se sentó a desayunar con su hijo mientras veía lo que había grabado la cámara.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Estaba en shock. En el video se veía cuando la puerta del armario se abría y la silueta de un niño salía corriendo. ¡Había algo escondido en el armario de Cris!

Laura se levantó de un salto y corrió escaleras arriba. Abrió la puerta del armario y apartó las cajas de juguetes. Justo en la parte de atrás, hecho un ovillo, estaba un niño como de la edad de su hijo.

El pequeño comenzó a llorar cuando se vio descubierto y ella intentó calmarlo. “Hola”, le dijo con cariño. “Soy Laura. ¿Cómo te llamas?”.

“Víctor”, contestó él, con voz trémula.

“Hola, Víctor”, dijo Laura. “¿Qué tal si bajas y desayunas con nosotros? ¡Cristian pensaba que eras el monstruo del armario!”.

Cristian quedó atónito cuando vio que su madre bajaba las escaleras con un niño pequeño, ¡pero estaba muy aliviado al descubrir que Víctor no era un monstruo y no quería comérselo!

Víctor le dijo a Laura que había ido a la fiesta del séptimo cumpleaños de Cris dos semanas antes con un amigo. Ellos le habían parecido tan agradables que decidió quedarse.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

“¿Pero qué hay de tu mamá?”, preguntó Laura. “¿No crees que esté preocupada?”.

Víctor negó con la cabeza. “No”, respondió. “Mi mamá está en el cielo. Mi papá se casó con Marga y yo no le gusto. ¡Por favor, no me hagas ir a casa!”.

A pesar de su súplica, Laura se vio obligada a llevarlo a su casa. Sin embargo, supo de inmediato que estaba diciendo la verdad cuando vio la forma en que su madrastra lo jaló por el brazo.

“¡Niño estúpido!”, susurró. “¡No hay cena para ti!”, dijo la mujer entre dientes.

Segundos después, Marga le dedicó una sonrisa encantadora a Laura y le explicó que habían pensado que Víctor estaba con un amigo. Pero la manera en que le clavó las uñas en el hombro del niño fue una señal de alerta.

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Apenas salió de esa casa, Laura fue directamente a la policía y una hora después estaba de regreso con dos oficiales y una trabajadora social. Al llegar, encontraron a la pareja maltratando al niño.

A pedido de Laura, la trabajadora social permitió que Víctor se quedara en su casa, y arregló para él el dormitorio de invitados. Tan pronto como fue posible, solicitó su adopción. Cristian y él se convirtieron en hermanos y mejores amigos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Es importante que los niños se sientan escuchados. Laura nunca creyó que la historia de su hijo era real, y no se tomó el tiempo de revisar a conciencia su habitación. Resultó que en realidad alguien se ocultaba en el armario.
  • Todo niño merece ser amado incondicionalmente. Laura le ofreció a Víctor un hogar lleno de amor y cuidados, algo que el niño siempre debió tener.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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