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Una mujer con un bebé en una plaza | Foto: Shutterstock
Una mujer con un bebé en una plaza | Foto: Shutterstock

La ex de mi novio regresó y lo obligó a echarnos a la calle - Historia del día

Georgimar Coronil
12 may 2022
10:10

Mi novio y yo teníamos una excelente relación cuando su exmujer decidió volver y le obligó a tomar probablemente la decisión más importante de su vida.

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"Hola, soy Luisa, tu vecina de al lado. ¿Necesitas ayuda?", le dije al hombre que intentaba cambiar el pañal de su hijo en el parque. Le había visto varias veces con su mujer, pero nunca habíamos hablado. Sin embargo, ahora parecía desesperado.

"Ah, hola. Soy Paul. La verdad es que sí, me vendría bien un poco de ayuda ahora mismo", respondió. "Mi mujer nos dejó hace unas semanas, y ser padre soltero de Michael no ha sido fácil".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Siento mucho que eso haya sucedido. No puedo imaginarme que alguien abandone a su familia así como así. Pero déjame ayudarte, fui niñera durante muchos niños cuando era adolescente", le dije.

"No puedo agradecerte lo suficiente", continuó Paul. Después de cambiar el pañal de Michael, me senté con Paul. Charlamos un rato y descubrimos que teníamos muchas cosas en común. Con el tiempo, empezamos a vernos con frecuencia hasta que nuestra relación fue a más.

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Parecía un hombre maravilloso, y no podía imaginar a ninguna mujer abandonando a un hijo tan increíble como Michael. Siempre había soñado con una familia así, y quizá esta era mi oportunidad de tenerla. Al cabo de unos meses, descubrí que estaba embarazada.

Por suerte, Paul estaba encantado. "Ahora podemos ser una gran familia", me dijo.

"Pero, ¿qué vamos a hacer con nuestra situación? ¿Me mudo a tu casa? ¿Debo vender la mía?", pregunté, aliviada de que estuviera encantado con esta noticia. Sin embargo, me seguía preocupando la logística.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¿Qué tal si te mudas aquí? Esta casa tiene más espacio, y luego discutiremos qué hacer con la tuya. Podría ser una gran idea alquilarla y ganar algo de dinero extra", respondió Paul.

Me pareció una idea fantástica. Mi embarazo fue estupendo y mi hijo, Tomás, nació rodeado de amor. Paul y yo discutimos el tema del matrimonio, pero acordamos esperar a que nuestro bebé fuera mayor para casarnos. También hablamos de que yo adoptara a Michael y dejamos esa discusión para más adelante también.

Pero un día, todo mi mundo dio un vuelco cuando sonó el timbre de la puerta. Paul estaba en el supermercado con Michael, mientras yo estaba en casa con el bebé. "¿Hola? ¿En qué puedo ayudarte?", pregunté cuando abrí la puerta y vi a una mujer vagamente conocida.

"¿Disculpe? ¿QUIÉN ES USTED? ¿Y qué hace en MI CASA?", gritó la mujer y luego entró sin permiso.

"¡Oye! No puedes entrar aquí sin invitación. Baja la voz. Hay un bebé durmiendo en la habitación de al lado. Esta es mi casa ahora. Tienes que irte", dije con severidad.

"¿Dónde está Paul? ¿Te ha vendido esta casa?", preguntó, ignorando por completo lo que le había dicho.

"Paul está fuera ahora mismo. ¿Quién eres tú?", pregunté una vez más.

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"Soy la mujer de Paul, Karen, y he vuelto. Esta es mi casa. TIENES QUE IRTE!", contestó ella y empezó a gritar de nuevo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Escucha. Tienes que calmarte y esperar a que Paul vuelva. Pero yo no me voy a ir, así que, por favor, mantén la calma", continué.

"¡Haré lo que quiera en mi casa! ¡FUERA! SAL DE MI CASA!", gritó Karen y siguió adelante. Temí por la vida de mi hijo, así que me fui a mi casa con él y esperé a que Paul regresara.

Por suerte, todo estaba tal y como lo dejé porque aún no habíamos avanzado en nuestros planes. Llamé a Paul y le expliqué lo sucedido. Me dijo que esperara, ya que él se encargaría de Karen. Pero esa noche mi vida cambió para siempre.

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Poco después, Paul tocó la puerta de mi casa y cuando le abrí lo vi con todas mis pertenencias metidas en bolsas. "Luisa, lo siento", empezó a decir Paul.

"¿Qué quieres decir con que lo sientes? ¿Por qué traes mis cosas?", pregunté confundida.

"Luisa, Karen es el amor de mi vida. Sigue siendo mi mujer y vamos a volver a estar juntos", explicó.

"Paul, ¿estás loco? Ella los abandonó a Michael y a ti. ¡Tenemos un bebé juntos! ¿Y qué pasa con Tomás? ¿Qué pasa con nuestra relación? ¿Vas a tirar todo eso por la borda por una mujer que podría irse de nuevo?", le hice un millón de preguntas.

"Ya lo decidí, Luisa. Lo siento. No puedo evitar amarla. Necesito mantener a mi familia unida", respondió Paul.

"Tú también tienes una familia conmigo", dije.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Tú y Tomás no son mi familia original. Tengo que ponerlos a ellos en primer lugar", aseguró. "Lo siento. Adiós".

Después de todo lo que hizo esa mujer, iba a volver con ella sin pensarlo dos veces. No me quería a mí ni a su hijo, Tomás. Estaba dolida hasta la médula, pero tenía que recomponerme por mi bebé. A Tomás nunca le faltaría nada.

Ser madre soltera no era fácil, especialmente cuando el padre de tu hijo estaba cerca y se negaba a reconocerlo. A veces era desgarrador, pero me alegré de que Tomás fuera tan joven cuando ocurrió. Ni siquiera se acordaba de su padre.

Pasó cerca de un año y nos iba mejor que nunca. Mi familia se hizo cargo de Tomás siempre que lo necesitaba. Mi papá se convirtió en su figura paterna y él era un niño feliz.

Fue entonces cuando Paul decidió volver. Se acercó a mí con un ramo de flores mientras yo estaba en mi jardín. "Luisa, hola", dijo tímidamente.

"Paul. ¿Qué haces por aquí?", pregunté, frunciendo el ceño.

"Siento mucho lo que pasó hace un año. Fui un gran idiota", continuó Paul.

"Está bien".

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"Yo... toma, estas flores son para ti", añadió.

"Gracias".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¿Puedo ver a Tomás?", preguntó Paul.

"No. Déjame adivinar, Karen se fue de nuevo. Por eso estás aquí. ¿Vas a rogar por una segunda oportunidad?", me aventuré a decirle.

"Por favor, Luisa. Fui un idiota. Quería recuperar a mi familia y ella parecía tan arrepentida. Tenía que darle una oportunidad", dijo Paul.

"No quiero escuchar tus falsas disculpas, Paul. No volveré contigo. Nos abandonaste, y ya tengo un abogado contratado para el tema de la custodia", revelé.

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"Luisa. No seas tan cruel!", gritó.

"¿Cruel? Me has echado de casa con un bebé de un mes. Eso es cruel. Ahora, adiós. No quiero volver a verte. No necesitamos nada de ti", terminé. Paul se fue, pero empezó a venir y a pedir segundas oportunidades.

Al final, vendí la casa y me mudé más cerca de mi familia. No volví a ver a Paul, y lo último que supe es que Karen seguía manipulándolo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Hay que respetarse y quererse a uno mismo: No puedes dejar que otras personas jueguen con tus sentimientos. Tienes que darte tu lugar.
  • Ningún desamor dura para siempre: Luisa podría haberse despechado por Paul y haberle rogado que los eligiera a Tomás y a ella. Pero sabía que su bebé necesitaba una madre fuerte, así que continuó con su vida.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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