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Una niña con flores en la calle | Foto: Getty Images
Una niña con flores en la calle | Foto: Getty Images

Cada día, hombre ve a niña ciega vendiendo flores: empieza a buscarla tras notar que desapareció - Historia del día

Georgimar Coronil
24 may 2022
19:05

Un hombre se encuentra a menudo con una niña ciega que vende flores y un día ella desaparece. El sujeto se preocupó al ver que la chica regresó en terribles condiciones.

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José Fernández era adicto al trabajo y laboraba incansablemente para impulsar su empresa de alimentos orgánicos.

Nunca se casó ni salía con nadie y solo se preocupaba por su negocio. Pero también era una persona amable y nunca dudaba en ayudar a alguien que lo necesitara.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

En uno de sus habituales días de trabajo, José se dirigía a la oficina cuando observó a una niña que vendía flores en la calle. La infante estaba sentada junto a una gran pizarra verde con los nombres de las flores y sus precios y una pancarta que decía: "Alegra tu día con estas flores, y tu ayuda puede alegrar el mío".

Cada vez que José cruzaba esa calle, veía que la chica estaba allí. Por desgracia, nadie le prestaba atención y rara vez vendía algo.

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El hombre siempre quería ayudarla, y un día tuvo su oportunidad. La señora Contreras, la conserje más antigua de su oficina, se jubilaba ese día. Quería regalarle algo, y pensó que un ramo de flores sería una gran idea.

Ese día pasó y le pidió a la niña que le preparara un ramo de flores. "Hola", le dijo, sonriendo, mientras se acercaba a ella. "¿Podría hacerme un ramo de rosas frescas?".

José se dio cuenta de que la chica no levantaba la cabeza y miraba constantemente al mismo punto del suelo. "Gracias por comprarme flores", dijo ella, inclinando un poco la cabeza en su dirección. "¿Puede escoger las flores usted y traérmelas? Yo las ataré. Lo siento, no puedo ver".

La sonrisa de José se desvaneció. "Oh, no tenía ni idea... Lo siento", dijo mientras recogía las flores y se las entregaba. La pequeña buscó una hoja de papel celofán y una cinta a su lado, y sin mirar, hizo un precioso ramo para José.

"Tome", dijo, extendiendo el ramo. "Son 5 dólares".

José se quedó sorprendido por las habilidades de la chica. "¡Vaya! Es precioso. ¿No ves nada?", preguntó mientras colocaba el dinero en el sombrero junto a ella.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

La chica le respondió que no. "Gracias de nuevo por el ramo. Por cierto, ¿cómo te llamas?".

"Soy Carla, y tengo 10 años. Espero que le hayan gustado las flores. Por favor, venga por más".

José sonrió ante su inocencia. "Me encantan, Carla. Son preciosas. Gracias. Por cierto, soy José. Ha sido un placer conocerte", dijo y se marchó.

Al día siguiente, José se dirigía al trabajo y decidió tener una charla rápida con Carla antes de entrar. Tenía curiosidad por saber por qué una niña como ella vendía flores en la calle.

Había tenido la intención de preguntarle al respecto el día anterior, pero se le hacía tarde para la fiesta de jubilación de la señora Contreras, así que salió a toda prisa.

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Sin embargo, esa mañana, cuando caminaba por la calle, no vio a Carla en su lugar habitual. Supuso que llegaba tarde y decidió reunirse con ella al día siguiente, pero no apareció durante varios días seguidos.

José temía que le hubiera ocurrido algo horrible. Preguntó en las tiendas cercanas y a los indigentes que descansaban en los aledaños si sabían algo de Carla, pero lamentablemente no se supo nada.

José estaba realmente preocupado. Rezaba por el bienestar de Carla y por la oportunidad de encontrarla pronto. Afortunadamente, sus oraciones fueron escuchadas un día de camino al trabajo. ¡Carla había vuelto al sitio con sus flores!

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

José no pudo reprimir su alegría al verla y corrió hacia ella. Sin embargo, cuando vio su estado, su sonrisa desapareció.

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Carla estaba muy delgada, pálida y su ropa estaba sucia. Parecía que no había comido ni se había aseado en semanas. Se acercó a ella preocupado. "Carla, ¿qué te ha pasado? ¿Dónde has desaparecido? Soy José, ¿te acuerdas de mí?".

"¿José? ¿El que compraba rosas?", preguntó.

"¡Sí, ese soy yo!", respondió él.

"Me acuerdo de usted... Muy poca gente me compra flores, así que nunca los olvido. ¿Le gustaría volver a llevar rosas?"

"No, Carla. Estaba preocupado por ti. Hace días que no vienes. ¿Va todo bien? Pareces débil".

"Bueno, supongo que estoy bien", dijo ella con tristeza. "La semana pasada, mamá se cayó al suelo y tuve que cuidarla sola. Papá nos dejó a mi madre y a mí cuando yo era una bebé. Mami dice que no tenemos a nadie, así que debemos cuidarnos mutuamente. No pude venir a vender las flores porque estaba demasiado cansada. Y..."

"¿Y?", preguntó José.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Mi mami está muy enferma. Necesita ser operada. Por eso empecé a vender flores. Antes ella las vendía, pero tuvo un accidente y ahora está enferma y en cama. Tengo que trabajar y ganar dinero para ella".

Mientras escuchaba hablar a Carla, a José se le llenaron los ojos de lágrimas. No podía creer que una niña de 10 años hubiera pasado por tanto. Sabía que tenía que ayudarla.

"Oye, Carla", dijo. "¿Sabías que no puedes trabajar si no comes bien? Vamos a comprar algo. ¿Qué tal unos sándwiches y un batido? ¿Qué te parece?".

"¿Pero qué pasa con mis flores? ¿Dónde las guardo?", preguntó.

"Puedes guardarlas en mi coche. ¿Te parece bien?", contestó él.

"¡Está bien, gracias!", dijo Carla mientras seguía a José en su bastón.

José la llevó a un restaurante y la niña comió como si no hubiera comido en años. Luego la llevó de vuelta a su casa, donde conoció a su madre, Jazmín, que estaba en silla de ruedas.

José se dio cuenta de las condiciones deplorables en las que vivían y sintió que tenía que hacer algo para ayudarles. Así que esa noche, creó una página de GoFundMe para ayudarlas. Pero la página no era solo para la cirugía de Jazmín.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Cuando José fue a ver a Jazmín y a Carla, descubrió que los ojos de Carla necesitaban ser operados para que pudiera volver a ver. También observó un par de cuadros en su casa y se dio cuenta de que la niña era una pintora brillante.

Así que cuando José creó la página de GoFundMe, destacó en la descripción que podrían salvar dos preciosas vidas si la gente era lo suficientemente generosa para donar. También compartió un par de fotografías de Carla con su obra de arte en Facebook para que tuviera más alcance, junto con el enlace de donación.

Aun así, José era escéptico sobre si su idea funcionaría. Había reservado una suma considerable para ayudarles, pero el costo total de las cirugías sería mucho mayor, y no estaba seguro de poder reunir la cantidad necesaria.

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Sin embargo, cuando se despertó a la mañana siguiente para comprobar las donaciones, ¡no podía creer lo que veían sus ojos! La gente se había enamorado de los cuadros de Carla, ¡y varias personas le sugirieron que abriera una página de Instagram para promocionar su obra! Además, el total de las donaciones superaba con creces las necesidades de Jazmín y Carla.

Cuando José llegó a casa de Carla con el cheque, Jazmín rompió a llorar. Estaba muy agradecida a José por su ayuda y no podía dejar de darle las gracias.

Una semana más tarde, las cirugías de Jazmín y Carla estaban programadas. José las visitó regularmente en el hospital durante el tiempo que estuvieron ingresadas, y él y Jazmín se hicieron muy amigos.

Cuando Carla y Jazmín recibieron el alta, Jazmín y José querían revelar a Carla que querían estar juntos como una familia feliz. Y cuando se lo dijeron a Carla, ¡estaba encantada! Aceptó a José enseguida y, un mes después, José y Jazmín se casaron. Pero eso no fue todo.

José y Jazmín abrieron una pequeña boutique de flores inspirada en la historia sobre cómo las flores y Carla les unieron.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Las personas no llegan a tu vida por casualidad: José y Carla se conocieron porque estaban predestinados a formar una hermosa familia.
  • Si quieres algo con todo tu corazón, al final lo conseguirás: Carla hizo todo lo posible por recaudar dinero para la operación de Jazmín y, al final, obtuvo ayuda.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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