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Un hombre abrazando a un niño | Foto: Shutterstock
Un hombre abrazando a un niño | Foto: Shutterstock

A pareja se le niega la adopción de un niño por ser pobres: años después él los visita en un auto de lujo - Historia del día

Una pareja no podía adoptar a un niño huérfano debido a sus bajos ingresos. Aun así, lo visitaban con la mayor frecuencia posible, incluso hasta que fue adoptado. Años más tarde, un hombre adulto se presentó en su casa en un automóvil caro y no podían creer lo que decía.

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“Lo siento, señores. Su solicitud de adopción no puede avanzar más”, les dijo la amable dama, la Sra. Salazar, a Alicia y Juan al final de su visita. La pareja no podía tener hijos y comenzó a visitar el hogar comunitario local para ver si se conectaban con algún niño.

“¿Por qué no?”, preguntó la mujer, con desanimada. Juan la agarró del brazo y miraron a la trabajadora social con ojos tristes.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La Sra. Salazar suspiró desde su lugar en el sofá de la pareja y dijo: “Parecen una pareja fantástica, listos para dar amor. Pero no ganan lo suficiente para mantener a un niño, y este es un apartamento de una habitación”, explicó amablemente.

“Podemos trabajar en eso a través de los años. Nos enamoramos de Ronald en el refugio”, suplicó Juan.

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“Lo sé, señor. Pero no podemos. Debería tratar de encontrar otro trabajo y otra casa con al menos dos habitaciones antes de que podamos considerarlo nuevamente”, sugirió la trabajadora social.

“Pero podría ser adoptado por alguien más antes de eso”, respondió Alicia, mirando hacia abajo. “Por supuesto, eso sería maravilloso. Pero no para nosotros”, agregó.

“Lo sé. Esto también es triste para mí. Pero traten de hacer lo que les digo, y haré todo lo posible para presionar por ustedes. ¿Les parece?”, ofreció la dama antes de salir de su casa.

Decididos a adoptar a Ronald, Juan y Alicia trabajaron doblemente para lograr lo que les faltaba. El hombre afortunadamente consiguió un trabajo mejor.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Su esposa también comenzó a trabajar para poder pagar el alquiler de una vivienda más grande. Visitaban a Ronald en el hogar comunitario una vez cada dos días y se enamoraron más de él.

Desafortunadamente, algunas circunstancias les impidieron alquilar un nuevo apartamento y, finalmente, Ronald fue enviado a un hogar de acogida.

Alicia y Juan descubrieron que esas personas eran adineradas, por lo que, si el niño era adoptado más adelante por ellos, tendría un gran futuro.

“¿Deberíamos rendirnos?”, le preguntó Juan a su esposa cuándo la Sra. Salazar les contó que el pequeño había sido enviado a un hogar de crianza temporal.

“No, debemos seguir tratando de mejorar nuestras vidas”, respondió Alicia, triste pero esperanzada. “¿Quién sabe lo que pueda pasar?”.

Pero cuando los dos comenzaron a ganar más dinero y consiguieron un hogar mejor, Ronald ya había sido adoptado. Tenía siete años y estaban felices por él, incluso si eso significaba perder la oportunidad de adoptarlo.

Según la trabajadora social, los padres adoptivos del niño lo adoraban e incluso le pagaban una escuela privada. Juan y Alicia sabían que era lo mejor para él.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Ellos intentaron seguir adelante. Trataron de conectarse con otros niños y darles una oportunidad. Se convirtieron en padres de acogida y ayudaron a un montón de adolescentes en momentos difíciles.

Pero nunca adoptaron a ninguno de ellos porque la mayoría se reunió con sus familias. Fue un final feliz para esos niños. Alicia y Juan se decidieron por la idea de ayudar solo temporalmente.

Amaban a todos los niños y adolescentes que vivieron en su casa a lo largo de los años, pero nunca se olvidaron de Ronald. Y milagrosamente, el niño tampoco los olvidó.

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Quince años después de la adopción del chico, Alicia estaba regando el jardín mientras Juan trabajaba en su motocicleta cuando un hermoso automóvil se detuvo en su casa. Ambos fruncieron el ceño cuando un hombre de negocios bien vestido salió y les sonrió.

“¿Podemos ayudarte, joven?”, preguntó Juan, confundido pero curioso.

“¿Alicia y Juan?”, preguntó el hombre de negocios con una sonrisa.

“¡Sí!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Tengo un regalo para ustedes”, dijo el hombre y se dirigió a la cajuela de su auto.

“¿Quién eres tú?”, preguntó la mujer, acercándose mientras lo miraba sacar un regalo de la parte trasera de su vehículo.

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“Puede que me recuerden como Ronald”, dijo el hombre mientras sacaba una caja grande.

“¿Ronald?”, dijeron Alicia y Juan al unísono, sorprendidos y complacidos.

“Veo que sí me recuerdan”, dijo el joven sonriendo emocionado. “Regresé a ese hogar comunitario no hace mucho tiempo. Le pregunté a la Sra. Salazar sobre ustedes. Bueno, durante años estuve preguntándole por ustedes”.

“Quería saber su dirección. Escuché que habían estado cuidando niños durante años y ayudando a tantos pequeños como fuera posible”.

“Sí, eso hicimos. Nos inspiraste”, dijo Alicia. “¿Por qué no entras?”.

“Bueno, no puedo hoy. Tal vez en otro momento. Pero vine a darles esto. Es un paquete de cuidado para su próximo hijo de crianza. Si alguna vez necesitan algo para su colocación de crianza, por favor llámenme. Quiero ayudar, también, mientras pueda”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Ustedes dos actuaron como mis padres cuando no tenía nada, y ahora sé por qué no pudieron adoptarme ustedes mismos. Pero aun así estoy agradecido”, continuó el joven, sonriéndoles.

Juan y Alicia se abrazaron mientras aceptaban el paquete de ayuda. “Gracias por esto”, le dijo el hombre a Ronald. “Puedes venir a visitarnos cuando quieras”.

“Aceptaré tu invitación”, respondió el joven. Luego caminó hacia el asiento del conductor.

“Y oigan, no sé por qué no han adoptado a nadie en todos estos años, pero espero que lo hagan en algún momento. Ese niño tendrá suerte de tenerlos. Sé que yo también habría crecido muy bien aquí”.

“Bueno, ahora tampoco tenemos tanto dinero”, dijo Alicia encogiéndose de hombros. “Todavía somos gente común”.

“El dinero es bueno. Pero honestamente, la mejor parte de mis padres fue cuánto me querían, amaban y protegían. Mientras un niño tenga eso, el resto se resolverá solo”, aseguró el joven. Luego subió a su auto.

La pareja se despidió con la mano mientras se alejaba y llevaron el paquete de cuidado adentro. Estaban orgullosos del hombre en el que se había convertido Ronald, aunque no pudieran ser sus padres.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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El joven cumplió su promesa y los visitó en otra ocasión. Incluso les presentó a sus padres adoptivos.

Pero las palabras del joven durante ese primer encuentro cambiaron algo en ellos, y finalmente se conectaron con el siguiente niño que acogieron, un dulce niño llamado... Ramón.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Todo lo que los niños realmente necesitan es amor, apoyo y atención: El dinero es bueno, pero hay muchas cosas más importantes necesarias para criar a los hijos. El amor es la parte más esencial de la crianza.
  • Puedes convertirte en familia de muchas maneras: La crianza temporal y la adopción son excelentes maneras de convertirse en padres. Es un trabajo duro, pero al final vale la pena.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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