Hombre rico encuentra tráiler donde su padre pasó el resto de su vida: halla el nombre de su madre allí - Historia del día
Durante una reunión le dijeron que su marca de nacimiento era similar a la que tenía alguien que conocían hace mucho tiempo. Decidió investigar, y descubrió la verdad de lo que había sucedido muchos años antes.
“Sabes, Alan, antes de que terminemos esta reunión, quiero preguntarte algo. ¿Siempre has tenido esa marca de nacimiento en el brazo?”, le preguntó el señor Cortázar, al final de su reunión de negocios.
Alan miró la mancha en su brazo, que parecía una bota, y respondió: “Sí, siempre lo he tenido”.
“¿Conoces a un hombre llamado Carlos?”, le preguntó el señor Cortázar, levantando una ceja.
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“No, señor. Nunca escuché ese nombre”, dijo Alan.
“Qué extraño”, comentó el jefe.
“¿Por qué?”, preguntó Alan, confundido.
“Carlos era un antiguo socio mío. De hecho, soñamos con el negocio que tengo hoy y comenzamos a trabajar para lograrlo hace muchos años. Pero luego, otros colegas y yo descubrimos que había estado estafando fondos y tratando con competidores”.
“Cortamos lazos con él y nunca lo volví a ver”, continuó el señor Cortázar, haciendo un gesto con su boca y frotándose el bigote.
“Bueno, eso pasa con el dinero, señor. Pero, ¿qué tiene eso que ver conmigo?”, preguntó Alan, entrecerrando los ojos.
“Carlos tenía la misma marca de nacimiento en el mismo lugar. Así que pensé que era algo curioso. ¿Quién es tu familia? Si puedo preguntar”, continuó el señor Cortázar.
Alan le explicó que no tenía familia. Había sido abandonado en la puerta de un hogar de acogida cuando estaba recién nacido y luego saltó entre varios lugares hasta que cumplió 18 años.
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“Tuve que salir adelante en el mundo sin ayuda, pero me gusta creer que lo he hecho bastante bien. Al menos, estoy en camino”, terminó Alan, con una sonrisa.
“Así es. Y espero tengamos éxito en este nuevo acuerdo”, expresó el señor Cortázar. Estrechó la mano de Alan y salió rápidamente.
Alan quería gritar de emoción. Este trato cambiaría la empresa, y sus superiores estarían contentos por él. Obtendría ese fantástico ascenso y seguiría ascendiendo en la escala corporativa.
Pero mientras miraba por la ventana de su oficina al final del día, pensó en su lunar y en el hombre del que le había hablado. ¿Podría ser la marca de nacimiento una coincidencia o algo más?
Pronto lo olvidó porque sus compañeros entraron con tarta y champán para celebrar el nuevo acuerdo. Sonrió y puso las preguntas en el fondo de su mente. Por el momento…
A pesar de estar ocupado con el nuevo trato, Alan no pudo contener su curiosidad. Fue en busca del hombre que había mencionó el contratista.
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No fue difícil averiguar cosas sobre él, pero su paradero después de cortar los lazos con el señor Cortázar fue un poco más complicado.
Sin embargo, Alan tenía amigos en ciertos lugares y, finalmente, descubrió algunas cosas. También supo que ese hombre probablemente era su padre biológico.
Desafortunadamente, se enteró de que había fallecido años atrás, y su última dirección conocida era en un terreno en las afueras de la ciudad. Condujo hasta allí y descubrió un tráiler maltrecho y abandonado. Entró, y encontró basura y viejas posesiones.
Entre ellos vio el diario personal del hombre, donde hablaba de su exnovia, Mary, y de lo que hubiera pasado si se hubieran quedado con el bebé que ninguno de los dos quería.
“Creo que eso confirma que soy su hijo”, se dijo Alan, encogiéndose de hombros. Siguió leyendo.
Vio el nombre completo de la novia de Carlos, es decir, de la supuesta madre de Alan, y decidió buscarla también. Para su sorpresa, ella aún vivía, y habitaba un apartamento en pésimas condiciones en una zona nada agradable de Brooklyn.
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Alan le dijo que quería hablar con ella sobre Carlos, sin decirle de inmediato por qué estaba allí o quién podría ser para ella. Ella lo invitó a entrar para conversar.
“Carlos y yo teníamos el sueño de triunfar. Yo quería ser una estrella de Broadway y él quería ser un magnate de los negocios, por lo que un bebé no estaba en nuestros planes. Lo entregamos y nos separamos”, explicó Mary, moviendo la cabeza mientras le servía a Alan un poco de té.
“Siempre me pregunté qué habría pasado. Pero me alegro de haberlo dejado porque mi vida fue un desastre. Donde sea que esté mi hijo, tengo que creer que está mejor”, dijo con convicción.
“Así es, pero fue difícil”, dijo Alan secamente.
“Te refieres a….?”, preguntó la mujer, mirando a Alan con una mezcla de asombro y pesar.
“Sí, presumo que soy ese hijo. He estado haciendo algunas investigaciones, luego de que alguien me dijo que tenía la misma marca de nacimiento que Carlos”, continuó.
“¿La bota?”, preguntó María.
“¿La recuerdas entonces?”, preguntó Alan.
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“Así es, y sí, la tuya luce idéntica. No tengo ninguna excusa, excepto que no estaba preparada para hacerme cargo de un hijo. Me alegro de que te esté yendo bien. ¿Puedo decir que estoy orgullosa de eso?”, dijo Mary, sonriendo levemente.
“Es bueno escuchar eso”, respondió, sonriendo un poco.
Con una prueba de ADN, Alan confirmó más tarde que Mary y Carlos eran sus padres. Ella le preguntó si volvería a verlo alguna vez, pero él no pudo responder de inmediato. Luego, cambió de opinión y comenzó a hacerle algunas visitas.
Su trato comercial con el señor Cortázar lo mantuvo ocupado, pero cuando ella se enfermó, hizo arreglos para que se mudara a un centro de vida asistida. Ella fue cuidada hasta su muerte, gracias a su generosidad.
Saber quienes eran sus padres, no le dio a Alan el cierre que había imaginado. Pero si le permitió darse cuenta de cuán enojado había estado desde siempre y supo que era el momento de perdonarlos. Ayudar a Mary en sus últimos años fue reconfortante para él
Eventualmente, pudo formar su propia familia, cuando se casó con la hija menor del señor. Cortázar, Alyssa, y tuvieron tres hijos.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Aprender a perdonar es importante para poder seguir adelante: Alan creció lleno de resentimiento hacia sus padres por haberlo abandonado. Cuando conoció a su madre y escuchó sus razones, pudo perdonarlos y seguir adelante.
- Siempre da lo mejor de ti: A pesar de que Alan no sintió ninguna conexión emocional con su madre biológica, no dudó en ayudarla cuando supo que estaba enferma. Le reconfortó sentir que ella estaría cuidada en sus últimos días.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.