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Un bebé durmiendo | Foto: Shutterstock
Un bebé durmiendo | Foto: Shutterstock

Joven adopta al bebé de su novia y sus padres hablan con su abogado al día siguiente - Historia del día

Un joven que valoraba el dinero por encima de todo aprendió el significado del amor y adoptó al bebé recién nacido de su novia. Sus padres ricos estaban indignados por su decisión, por lo que visitaron a su abogado al día siguiente para darle una dura lección.

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Excepto por sus hermosos rasgos, no había nada admirable en Andrés. Era rico, pero también codicioso, egoísta y egocéntrico. El dinero y los negocios eran las únicas cosas que le importaban, y haría cualquier cosa por ellos.

Un día, él estaba en una cafetería cuando una camarera le sirvió café por accidente. Andrés odiaba el café. Estaba furioso y se giró para gritarle a la mujer, pero su sonrisa agradable le hizo cambiar de parecer.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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En lugar de gritar, el hombre terminó diciendo: “Gracias”, y ella sonrió y dijo: “Lo siento. Creo que me equivoqué de mesa”.

Sarah cambió a Andrés. Incluso él no podía creer que una semana después de conocerla, estaban saliendo. Ella se había convertido en su vida, pero no sabía que todo estaba a punto de desmoronarse pronto.

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“Lo siento, Andrés, tenemos que terminar. Mira, no eres tú, ¿de acuerdo? Soy yo. Estoy terminando esta relación porque te mereces a alguien mejor”, dijo Sarah y colgó el teléfono.

El joven se congeló en su lugar. Nunca había amado a nadie de la forma en que amaba a Sarah. ¿Qué la hizo romper abruptamente con él? Habían estado saliendo durante solo tres semanas.

Esa noche, Andrés condujo hasta la casa de la mujer y, tan pronto como ella abrió la puerta, él irrumpió. “¡No me iré hasta que me des una explicación adecuada, Sarah!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¡Andrés!”, dijo ella comenzando a llorar. “¡Vete! ¿Qué estás tratando de hacer?”.

“¿Qué te pasa, Sarah?”, preguntó furioso. “¡Dime qué te molesta! ¡Se nota que algo te está pasando! ¡DÍMELO!”.

“Por favor, vete, Andrés”, dijo la mujer entre lágrimas. “No quiero hablar... ¡por favor!”.

“Bien”, dijo en voz baja. “Lo averiguaré por mí mismo”.

El hombre irrumpió furioso en la habitación de Sarah y comenzó a tirar cosas. “¿Qué estás escondiendo? ¿Qué se supone que no debo saber?”.

Inmediatamente después de que Andrés levantara el cubo de la basura en el dormitorio de Sarah, lo recorrió un susto. Un kit de prueba de embarazo cayó del basurero al suelo y él se sorprendió.

“¿Por esto querías cortar? ¿Porque estás embarazada? Este kit es tuyo, ¿no?”, preguntó el joven, y Sarah tenía un poco de tristeza y miedo en sus ojos que lo confirmaban.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Lo siento...”, dijo ella en voz baja. “Es que es hijo de mi exnovio, Andrés. Sabes que nosotros... Que nunca pasamos la noche juntos”.

“Oh, vamos...”, reaccionó Andrés, y la abrazó fuerte hasta que ella dejó de llorar. “¿Te preocupa criar sola a tu hijo? Mira, Sarah, te amo, ¿sabes? Criaremos juntos al bebé, si eso te preocupa”.

Hubo un breve momento de silencio antes de que Sarah hablara. “¿Podríamos quedarnos así un poco más?”, preguntó ella, y él asintió, “Ok...”.

Después de un rato, ella dijo: “¿Estás seguro de esto, Andrés? No quiero obligarte a esto...”.

“Más que seguro. Ese bebé es nuestro hijo, Sarah. Y sí, una cosa más...”.

“¿Sí?”.

“Casémonos”, dijo el joven. Al escuchar esto, los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas otra vez.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Oh, ¿estás... qué hay de tus padres, y...”.

“Hablaré con ellos, ¿de acuerdo? Todo estará bien, nena... Estaremos bien”, le aseguró Andrés.

¡Pero sus padres se indignaron cuando supieron que se casaría con una chica que ni siquiera se acercaba a sus estándares y que estaba embarazada del hijo de su exnovio!

“¡Las chicas como ella van y vienen, Andrés!”, dijo su padre con severidad. “¿No puedes ver esa codicia en sus ojos? ¡Está tras tu dinero, tonto! Concéntrate en tu carrera. ¡Eres demasiado joven! ¡El matrimonio y el amor pueden esperar!”.

A su madre tampoco le impresionó su decisión. Ella le dijo que terminara su relación con Sarah y siguiera adelante. Pero él se mantuvo firme. Les dijo a sus padres que adoptaría al hijo de su novia y se casaría con ella, y eso fue lo que hizo.

Nueve meses más tarde, cuando Andrés tuvo en brazos al bebé de Sarah, no podía quitarle los ojos de encima a la pequeña bendición. Estaba llorando antes de darse cuenta, y los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas mientras los miraba.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Es hermoso, nena”, dijo Andrés mientras acunaba al bebé. “¿Seré un buen padre? Es tan pequeño... ¿Qué pasa si lo dejo caer?”.

“Eres tan tonto”, dijo en voz baja. “No lo dejarás caer, mi cielo. Está en los brazos de su padre. Está en el lugar más seguro en este momento".

Gracias a Sarah y al bebé, Andrés se había convertido en un hombre completamente diferente. Se había dado cuenta de lo que significaba el amor verdadero y quería hacer lo mejor para su pequeña familia.

Finalmente, adoptó al bebé de su amada, y el día que finalizó la adopción, él y Sarah se casaron en una ceremonia íntima en la iglesia.

Andrés había invitado a sus padres a la ocasión, pero no se presentaron. ¿Por qué lo harían? Estaban indignados por la decisión de su hijo. Querían que se concentrara en su carrera y se casara con una chica rica y respetable. ¡No alguien como Sara!

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Al día siguiente, los padres del joven decidieron consultar con su abogado. “¡Lo lamentarás, Andrés!”, juró su padre. “¡Regresarás arrastrándote de rodillas y pidiéndome ayuda!”.

El joven, por otro lado, esperaba que sus padres finalmente aceptaran a Sarah y al bebé con los brazos abiertos. No tenía idea de que estaban ocupados intentando destruir su vida.

Esa noche, el recién casado recibió una llamada del abogado de sus padres. “Andrés”, dijo el jurista, “tu casa... tienes que desalojarla. Tu padre cambió su testamento, y ya no eres su heredero”.

El joven estaba sorprendido y confundido. “Sr. Durán... yo… no entiendo”.

“En pocas palabras, tu padre te va a desheredar. También me dijo que te informara que ya no trabajarás más en su negocio, que estabas supervisando. Alguien más será designado en tu lugar”.

Andrés no podía creerlo. En un instante, se quedó sin hogar y sin trabajo. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía una familia que alimentar. ¿Qué pensaría Sarah de él?

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¡Cariño, estamos arruinados! Lo siento…”. Andrés se dejó caer en el sofá y comenzó a llorar. Nunca antes se había sentido tan impotente.

Sarah lo consoló. “Saldremos de esto, Andrés. No te preocupes. Estamos juntos en esto”.

Pero nada cambió mucho para la pareja. Meses después, estaban sufriendo en un pequeño apartamento, tratando de llegar a fin de mes.

Todo lo que el joven había poseído anteriormente pertenecía a sus padres. Cuando se lo quitaron todo, él se derrumbó.

No porque ya no tuviera su dinero, sino porque no podía creer que lo hubieran dejado pasando dificultades. Eso lo rompió por dentro. Sintió que ellos lo odiaban y no querían verlo feliz.

Sarah había tratado de arreglar las cosas entre Andrés y sus padres, pero nada funcionó. Le dijeron cosas hirientes, la echaron de la casa cuando los visitó para hablar con ellos, e incluso llegaron a llamarla “cazafortunas”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Pero ella no se dio por vencida. No podía hacerlo porque sabía lo herido que estaba Andrés. Él había perdido la esperanza, pero ella tenía que ser fuerte. Entonces, un día, le envió algo a la madre de su esposo, con la esperanza de que provocara un cambio.

Cuando Beatriz vio el mensaje de Sarah, se puso a llorar. Algo en su corazón cambió y convenció al padre de Andrés, Ronald, de perdonar a su hijo y aceptar a su familia. Cuando el hombre mayor vio el mensaje de su nuera, no pudo argumentar lo contrario.

Dos días después, Sarah y Andrés estaban desayunando cuando los padres del último los visitaron. Ronald abrazó a su hijo y a su esposa, y eso dejó confundido al joven. Él no esperaba eso. Pero le devolvió el abrazo a su padre y lloró como un niño.

“Lo siento, hijo”, dijo el hombre. “Perdóname. Tú, Sarah y nuestro querido nieto vendrán con nosotros. Viviremos juntos como una familia. Estoy orgulloso de que no te hayas dado por vencido con tu familia, hijo. ¡Estoy muy orgulloso!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Te amo, papá…”, fue todo lo que Andrés pudo decir. “Te amo más que a mi vida, y también amo a mamá...”.

Cuando Andrés les preguntó qué había sucedido, por qué habían decidido perdonarlo, Beatriz reveló la verdad.

“Sarah es grandiosa, cariño”, dijo. “No podríamos haber deseado una nuera más maravillosa. Puede que no lo sepas, pero ella fue a vernos varias veces para arreglar las cosas entre nosotros”.

“Nos envió algunas grabaciones hace dos días y no pudimos dejar de observarte... Lo sentimos mucho, cariño”.

Sarah había enviado videos de Andrés y Noel. En uno de ellos se podía ver al joven acunando al bebé. También había enviado videos de los momentos en que Andrés hablaba con esperanza sobre cómo sus padres los perdonarían.

“Pueden parecer duros por fuera, Sarah”, había dicho. “Pero son dulces por dentro. Sé que nos aceptarán. Nos amarán algún día...”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Lo sentimos, cariño”, dijo Beatrice disculpándose. “Cuando vimos esos momentos en los que cuidabas a Noel, nos dimos cuenta de lo que habíamos perdido en la vida”.

“Estábamos tan ocupados con nuestro negocio que tuvimos que depender de niñeras para que cuidaran a Andrés. Nunca pudimos experimentar la alegría de estar presentes para nuestro hijo”.

“Pero Andrés siempre está ahí para Noel. Se convirtió en un mejor padre que nosotros y nos enseñó que estábamos equivocados. Olvidemos el pasado y comencemos de nuevo”.

El mensaje sincero de Sarah ayudó a los padres de Andrés a cambiar de opinión. Aprendieron lo que significa estar presentes para su hijo.

También aprendieron que el dinero nunca podría reemplazar el amor y la calidez de una familia. Sarah, una huérfana con un corazón esperanzado, les enseñó eso.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • El dinero nunca puede reemplazar el amor y la calidez de una familia: Cuando los padres de Andrés vieron cuánto se preocupaba el joven por su esposa e hijo adoptivo, se dieron cuenta de que la familia era lo más importante.
  • Una familia nace del amor y no necesariamente de la biología: Andrés se casó con Sarah y adoptó a su hijo recién nacido. Su amor por ellos los unió como familia.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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