logo
página principalHistorias Inspiradoras
Una mujer caminando por la calle. | Foto: Shutterstock
Una mujer caminando por la calle. | Foto: Shutterstock

"¿Mamá tiene una doble vida?" Hijo ve a su madre de 56 años saliendo de casa todas las noches - Historia del día

Georgimar Coronil
10 feb 2023
08:30

Un hijo empieza a preguntarse si su madre lleva una doble vida tras descubrir que se escapaba de casa cuando todos dormían. Una noche, la sigue fuera de casa y encuentra la verdadera razón: no era lo que esperaba.

Publicidad

Cuando Chester y su esposa Amanda le dieron la bienvenida al mundo a su segundo hijo, decidieron invitar a Grecia, madre de Chester, a mudarse con ellos para ayudarles con los niños.

El hombre trabajaba a tiempo completo y sabía que su esposa no podría criar sola a un niño de dos años y a un recién nacido.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¿Te gustaría ayudarnos a criar a tus nietos, mamá?", le preguntó Chester a Grecia cuando les visitó en el hospital después del parto. "A Amanda y a mí nos vendría bien una ayuda".

Grecia, que vivía sola y veía a su único hijo, Chester, una vez al mes, no pudo estar más contenta de aceptar.

"Me encantaría pasar más tiempo con mis nietos. ¡Me encantaría! Son mi vida", respondió.

Publicidad

Poco después de que Amanda y su hijo recién nacido Henry recibieran el alta del hospital, Grecia hizo las maletas y se mudó con ellos. La vida con Grecia era fácil y sin complicaciones. No era la típica suegra de las películas, sino que estaba realmente contenta de cuidar de sus nietos.

Amanda dependía mucho de Grecia. Su suegra cuidaba del bebé cuando ella dormía un poco y se aseguraba de que su nieto mayor Tomás nunca se sintiera solo o abandonado por el nacimiento de su hermano.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando Henry empezó a dormir corrido por las noches, todo cambió. Grecia comenzó a salir todas las noches. A veces decía que tenía una cena con sus amigas y en otras ocasiones alegó que iba a la peluquería.

Publicidad

Al principio, esto no le molestó a Amanda ni a Chester. Pero luego las noches fuera de casa se hicieron más frecuentes. "Ella vive aquí para poder ayudar con sus nietos. Si está fuera todas las noches, quizá debería volver a su casa", dijo Amanda una noche, irritada por tener que cuidar a sus dos hijos al mismo tiempo.

"¡Abuela!", seguía llorando el pequeño Tomás una noche. "¡Solo quiero a la abuela!".

"¿Qué hace todas las noches?" dijo Amanda, harta. "¿Puedes hablar con tu madre?", le preguntó a su marido.

Chester prometió llegar al fondo del asunto y averiguar por qué su mamá salía todas las noches. Cuando decidió enfrentarse a ella, no la encontró por ninguna parte.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Al día siguiente, Chester le preguntó a dónde había ido. "¿Te pasa algo, mamá? ¿Por qué siempre sales de noche? Ayer fui a verte a medianoche y no estabas en tu habitación", le dijo. "¿Adónde vas siempre?".

"Lo siento, cariño", se disculpó Grecia. "Me he sentido muy sola… He tenido dificultades para dormir, así que siempre intento mantenerme ocupada por las tardes para irme a dormir cansada. Anoche no podía conciliar el sueño, así que decidí dar un paseo", explicó.

Al oír esto, Chester se sintió mal por su madre, pero por el rabillo del ojo pudo ver cómo su mujer negaba con la cabeza. Al principio pensó que Amanda le estaba faltando al respeto, así que decidió enfrentarse a ella.

"¿Qué sucede? ¿No te sientes mal por mamá?", le preguntó.

Amanda volvió a negar con la cabeza. "Está mintiendo, Chester", le dijo a su marido.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

"¿Cómo puedes acusarla de mentir?", argumentó Chester. "¿Qué sacaría de eso?".

"No lo sé, Chester. Probablemente, no quiere que sepamos lo que hace por la noche. Alguien usó mi perfume favorito anoche. Lo sé porque le quitaron la tapa. Alguien también arregló mi maquillaje después de utilizarlo. Ahora, dime, no fuiste tú, y definitivamente no fue Tomás. ¿Quién más podría haber hecho esto?", le preguntó.

Al oír esto, Chester empezó a creerle a su esposa: después de todo, su madre podría haberle mentido. No era común en ella salir todas las noches, sobre todo cuando estaba en compañía de sus nietos. Algo estaba pasando.

Esa misma noche, Chester decidió que si volvía a descubrir a su mamá saliendo a hurtadillas de casa por la noche, la seguiría. Cuando terminaron de dormir a Henry y Tomás, fingió irse a la cama.

Al cabo de un par de minutos, Chester oyó cómo se abría la puerta de su madre. "¡Te lo dije, Chester, se está escapando de casa otra vez!", susurró Amanda.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Chester y Amanda vieron salir a Grecia por la ventana. Llevaba un vestido negro, un par de tacones y el pelo alisado con secador. "¿Ves lo que quiero decir?", le dijo Amanda a su esposo. "¡Está toda vestida… definitivamente no salió a dar un simple paseo!".

“¿Mamá lleva una doble vida? ¿Qué podría estar haciendo a altas horas de la noche, así vestida?”, pensó Chester.

Al ver que Grecia se alejaba, la siguió. Caminaron un par de manzanas hasta que ella finalmente se detuvo frente a una casa desconocida. "¿Qué está haciendo?", pensó.

Grecia llamó a la puerta mientras Chester se escondía detrás de un árbol. No sabía qué esperar de la cita de medianoche de su madre, lo que lo ponía nervioso.

Antes de que pudiera pensar en otra cosa, un hombre mayor abrió la puerta y sonrió a Grecia. "¡Llevo toda la noche esperándote!", le dijo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

“¡No puede ser! ¿Qué hace mi mamá con ese hombre?”, pensó Chester, empezando a entrar en pánico. Corrió hacia la puerta, sobresaltando a Grecia y al desconocido.

"¡Mamá! ¡Para! ¿Qué te pasa? ¿Por qué haces esto?", le preguntó, tratando de zafarla de las manos del hombre.

Los ojos de Grecia se abrieron de par en par al ver a su hijo. "Cariño, ¿qué haces aquí?", dijo, sorprendida.

"Amanda y yo empezamos a preocuparnos por qué salías todas las noches. Así que decidí seguirte. ¿Quién es este hombre? ¿Te obliga a hacer algo? ¿Estás metida en algún lío?", le preguntó a su madre, aun intentando apartarla del hombre.

"Cariño", dijo Grecia. "Este es mi novio, Gregorio. Llevamos un año juntos".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

"¿Qué? ¿Un novio? ¿Por qué no me has dicho la verdad?", preguntó Chester asombrado.

Grecia miró a su hijo nerviosa y dijo: "Tenía miedo de que me juzgaras, hijo. Tengo 56 años, ¡soy abuela! No dejabas de preguntarme por qué salía todas las noches, así que me daba vergüenza decirte la verdad".

"El amor no tiene edad mamá. Siento mucho que sintieras la necesidad de ocultarme esto. Deberíamos ser tu apoyo. Al fin y al cabo, solo queremos que seas feliz", le dijo.

"Espero que no sientas que no soy feliz viviendo contigo, con Amanda y con mis dos nietos. Los quiero mucho a todos. Es solo que… ustedes se tienen el uno al otro, y yo estoy sola. Espero que lo entiendan. Gregorio me hace muy feliz", expresó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Chester asintió y le aseguró que lo entendía. Saludó a Gregorio y los tres tomaron juntos una taza de chocolate caliente.

Al día siguiente, Chester invitó a Gregorio a su casa. No pudo evitar sonreír al ver a Grecia tan contenta de que Gregorio viniera a conocer al resto de la familia. "Estoy muy contento de estar aquí", dijo el hombre al conocer a Amanda y a los dos niños.

"Mamá, deberías habernos dicho que tenías novio. Me alegro mucho por ti". le dijo Amanda. "¿Cómo se conocieron?".

Grecia y Gregorio cruzaron sus miradas antes de compartir su historia. "Nos conocimos en el supermercado", empezó Gregorio. "Estaba tan asombrado por la belleza de esta mujer que estaba eligiendo caramelos".

Grecia se rio y siguió contando el resto de la historia. "Sí, y entonces sorprendí a este hombre mirándome fijamente, y decidí preguntarle si había algo en lo que pudiera ayudarle. ¡No pudo evitar decir la verdad! Cuéntales lo que has dicho, Gregorio", expresó Grecia.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

"Le dije: 'Lo siento, solo estaba hipnotizado por tu belleza'", continuó Gregorio. "La cara de Grecia se puso roja al instante, ¡y supe en ese momento que estaba soltera!".

Chester y Amanda se miraron, sonrientes. Se daban cuenta de lo enamorados que estaban Grecia y Gregorio, y no podían estar más contentos por su madre.

Desde aquel día, Grecia ya no tenía que ocultar nada a su familia. Salía a citas con Gregorio tranquilamente, lo que la motivaba a pasar aún más tiempo con sus nietos sin que Chester o Amanda se lo pidieran.

Grecia vivía su vida al máximo. Pronto, Gregorio pidió la mano de Grecia y se casaron en una sencilla ceremonia civil. Amanda y Chester organizaron el banquete de bodas en su casa, que fue todo lo que Grecia podría haber soñado.

"Tengo todo lo que puedo necesitar", dijo al brindar durante la cena. "Tengo un marido cariñoso, un hijo y una hija cariñosos, y los nietos más bonitos. Estoy realmente bendecida".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca es tarde para encontrar el amor verdadero: A los 56 años, Grecia no creía que volvería a encontrar el amor hasta que conoció a Gregorio en el supermercado. Él le hizo creer en el amor nuevamente, y vivieron felices el resto de sus vidas.
  • El amor propio y el tiempo a solas son esenciales: Al principio, Chester y Amanda juzgaban a Grecia por estar siempre fuera de casa sin darse cuenta de que lo hacía por su propia felicidad. Al final entendieron que no era responsabilidad exclusiva de Grecia cuidar de sus nietos: ¡ella también tenía otras cosas que hacer y otras personas a las que querer!

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les sirva de inspiración.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares