Niño se sorprende al ver a sus padres ricos limpiar la calle con el conserje del que se burla todos los días - Historia del día
Un niño rico se juntaba todos los días con sus amigos para burlarse de un pobre conserje de 51 años, haciéndole la vida imposible, hasta que sus padres encontraron la manera de enseñarle una lección inolvidable.
Ben y Laura siempre estuvieron orgullosos de su hijo Johnny. Ellos querían que se esmerara y sobresaliera. Tenía doce años, era muy activo, con un espíritu enérgico y tenía muchos amigos.
Pero sus padres sabían que esas cualidades no eran suficientes para un chico que pronto entraría en su adolescencia. Así que constantemente se esforzaban para fomentar la bondad y los buenos modales en él, para enseñarle a amar y respetar a todos sin discriminación.
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Pero, bueno, Johnny... ¡Dios, ese chico resultó ser diferente! A diferencia de lo que sus padres imaginaban, el jovencito creció para complacer a la gente y ser un bravucón. Siempre ansiaba atención y quería presumir de que era el más genial de su pandilla.
Provocaba peleas con niños inocentes, hacía rabietas y lideraba una pandilla de otros seis chicos que eran sus discípulos, alentando todas sus travesuras. ¡Oh, cómo le gustaba a Johnny toda esa atención que estaba recibiendo!
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Entonces, un día, después de la escuela, decidió mostrarles a sus amigos de qué más era capaz, y su atención finalmente se centró en Sergio, un pobre conserje de parque de 51 años del que se burlaba regularmente.
Sergio provenía de una familia de clase media baja. Había estado limpiando el parque para ganarse la vida durante casi la mitad de su vida.
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Así se ganaba el pan, y no le gustaba que algunos brutos malvados, como Johnny, se burlaran de él. Pero no podía hacer mucho más que soportar sus burlas.
Como de costumbre, ese día, el estómago del pobre Sergio se revolvió con ansiedad cuando vio a Johnny y su pandilla acercándose a él para reírse de su ropa, apariencia y, lo que es peor, de su trabajo.
“Oye, mira, ¡el viejo sucio está barriendo! Aquí tienes, limpia esto... y esto... Y ESTO”, dijo Johnny, esparciendo basura a su alrededor del hombre.
“Perdedor, mírate. ¡Eres pésimo! ¡Apuesto a que tus hijos te abandonaron, asco! ¡¿Quién querría decir que su papá es un apestoso limpiador?! ¡Retrocede, mofeta!”.
Johnny y sus amigos rodearon a Sergio mientras estallaban en carcajadas profundas y sonoras. El chico estaba tan ocupado burlándose del hombre que no notó que su madre, que había llegado a recogerlo, estaba mirando todo.
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Laura quedó impactada. Las lágrimas brotaron de sus ojos porque no era así como ella quería que su hijo fuera. No se acercó ni detuvo a Johnny porque sabía que él desobedecería o haría una escena frente a sus amigos. Así que dejó el lugar para reunirse con su esposo para contarle lo que había visto.
“¿Johnny hizo esto? Ese muchacho, ¿cómo se atrevió a hacerle eso a ese pobre hombre?”, dijo Ben, furioso, después de que su esposa le contara lo que había visto.
“No habrá más mesada para él. No jugará más videojuegos. Y no lo llevaremos de vacaciones a ninguna parte hasta que rectifique y mejore su conducta”.
Ben estaba furioso con su hijo. Quería castigarlo, pero Laura lo interrumpió, diciendo que Johnny no necesitaba un castigo, sino una pequeña lección para que aprendiera a respetar a todos sin importar la riqueza.
“¿Una lección? ¿Qué podríamos hacer, cariño?”, preguntó Ben con curiosidad.
“Te diré, ven aquí”, dijo Laura llevándolo adentro. Luego planearon algo en secreto en el balcón.
“Está bien, hagamos esto. ¡Estoy seguro de que Johnny se llevará una desagradable sorpresa mañana por la tarde!”, dijo Ben riendo.
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Al día siguiente, Johnny y su pandilla fueron al parque para burlarse de Sergio. Era una especie de rutina diaria hacer miserable el día del pobre hombre. Pero esa tarde, sucedió algo inusual y Johnny tuvo ganas de huir del parque.
“¿Adónde vas, amigo? ¿Y qué hacen tus padres aquí... con el limpiador?”, preguntó uno de los chicos. Johnny estaba avergonzado de ver a sus padres usando delantales y sosteniendo una escoba cada uno mientras barrían el parque con Sergio
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Sus amigos lo arrastraron hasta el lugar y lo miraron en busca de una explicación. Johnny, que siempre se burlaba de los pobres, no tenía idea de por qué sus padres ricos estaban barriendo el parque con el conserje.
“¿Mamá, papá? ¿Qué hacen aquí?”, preguntó enojado y lleno de vergüenza.
“Estamos trabajando, hijo. Necesitamos dinero para comprar tu ropa elegante... Para comprarte comida. Y para pagar tus mesadas. Verás, Johnny, sabemos que no te gustan los conserjes como Sergio”, dijo Laura.
“¡Pero ahora no somos diferentes a él! Ahora somos pobres, hijo. Si no deseas respetarnos o amarnos porque no tenemos dinero, entonces puedes abandonarnos”.
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“Incluso nosotros comenzaremos a apestar algún día debido a nuestro arduo trabajo, y sabemos que no te acercarás a nosotros o no nos querrás cerca”, agregó Ben.
Johnny estaba visiblemente molesto por escuchar a sus padres. Los amaba demasiado y no podía imaginar una vida sin ellos. Sabía que no podía dejarlos solo porque eran pobres. El chico aprendió que el amor y la bondad son más importantes que el dinero.
Miró a su padre con ojos grandes y suplicantes, y las lágrimas rodaron por su rostro en una fracción de segundo. “Lo siento... No me burlaré de nadie. No volveré a reírme de los conserjes... Lo siento, Sergio. Por favor, perdóname”, gritó disculpándose.
Ben y Laura le dieron unas palmaditas en los hombros al viejo Sergio y se disculparon por el mal comportamiento de su hijo, y estaban complacidos de haberle enseñado al niño una valiosa lección de vida. A partir de ese día, Johnny nunca se rio ni menospreció a ningún conserje.
Para compensar su mal comportamiento y demostrar que realmente había cambiado para mejor, se ofreció como voluntario para ayudar a Sergio a limpiar el parque todos los días después de la escuela. Para su sorpresa, todos sus amigos lo apoyaron en esto.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No menosprecies a nadie por su trabajo o estatus social: Johnny siempre se burlaba de Sergio, el conserje del parque, por su trabajo. Dejó de menospreciar la profesión del pobre hombre cuando sus padres le enseñaron una valiosa lección.
- Enseña a tus hijos a amar y respetar a todos porque hay cosas más valiosas que el dinero: Ben y Laura eran una pareja adinerada que se esforzaba constantemente por fomentar la bondad y el amor en su hijo Johnny.
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