Qué le pasó a este ídolo juvenil de los 80 que lo perdió todo, se volvió indigente y dormía bajo los arbustos

Este actor emblemático se encontró abandonado por su familia durante uno de los capítulos más oscuros de su vida. Luchando con pensamientos suicidas, tomó la valiente decisión de reconstruir su vida. Hoy se siente "más feliz" que nunca tras empezar de cero en su tercer matrimonio.

Este ídolo adolescente de los 70 y 80 alcanzó la fama con "Eight Is Enough" y "Charles in Charge". Sin embargo, su vida se desmoronó al terminar su matrimonio, dejándole sin hogar y alejado de su hijo.

Su otrora prometedora carrera empezó pronto, y en su adolescencia el éxito parecía no tener límites. Reflexionando sobre su meteórico ascenso en el libro del que es coautor "Grace Is Enough", la estrella divulgó: "Hice mi primer anuncio a los nueve años, y a los diecinueve ya ganaba un millón de dólares al año, y lo hacía de maravilla".

En la cima de su estrellato en "Eight Is Enough", el actor experimentó importantes hitos personales. En 1979 se casó con Victoria Averbach, y dos años después, en 1981, dieron la bienvenida a su hijo, Christopher Aames, su único hijo en común.

El matrimonio terminó en 1984, marcando el inicio de un periodo devastador para el actor. En la cima de su éxito en "Eight Is Enough", junto a Adam Rich, a quien se refirió en una ocasión como su "hermano pequeño" y "amigo de toda la vida", la estrella de la televisión ganaba algo más de un millón de dólares anuales.

"Entonces, de repente, me quedé sin trabajo, sin cuenta bancaria, sin esposa y sin hijo. Nunca soñé que pudiera ocurrir tan rápido", admitió el famoso. Luchando por sobrevivir, reveló: "me encontré prácticamente sin hogar. Me quedaba con amigos cuando podía, dormía en aparcamientos o en el parque".

Describió la experiencia como profundamente vergonzosa, recordando momentos pasados tumbado bajo arbustos y preguntándose "¿es así como resulta? ¿Es así como resulta realmente mi vida?".

Las luchas de esta época turbulenta le pasaron factura, y algunos informes sugieren que podría haber llegado a un punto de ruptura e intentado suicidarse. Al mirar atrás, reconoció "di a la gente muchos motivos de preocupación, y creo que actuaron en consecuencia. Me alegro de que lo hicieran. Más allá de eso, ese periodo de tiempo está borroso".

Durante este difícil periodo, también luchó contra la adicción a las drogas y el alcohol. En una entrevista en "Studio 10", reflexionó sobre sus luchas, haciendo hincapié en la responsabilidad personal: "El hecho es que tomé mis propias decisiones equivocadas, y lo sabía, en la mayoría de los casos. Y pagué el precio por ello".

Cuando se le preguntó qué había pasado, reveló con franqueza reveló: "En un momento dado lo perdí todo. Pasé de comer en la Casa Blanca a dormir en los arbustos". El productor de TV también reveló que nadie le tendió una mano durante ese tiempo, dejándole a él la tarea de dar un giro a su vida.

Enfrentado a un punto de inflexión, se dio cuenta: "Tenía que elegir. Podía empezar de nuevo a los 47 años, o elegir ser una víctima". Decidido a reconstruirse, asumió diversas funciones, empezando como instalador de satélites y aprendiendo el oficio. Más tarde, se unió a la tripulación de un crucero, empezando humildemente como chico de pingpong y ascendiendo poco a poco hasta convertirse en el director del crucero.

Durante su viaje de reconstrucción, también navegaba por cambios personales en su vida en su segundo matrimonio. Se casó en 1986 con Maylo McCaslin, y la pareja tuvo una hija, Harleigh Aames, antes de divorciarse en 2009. Ella también es actriz.

En la década de 2000, sus problemas económicos habían llegado a un punto crítico. Enfrentado a la bancarrota y la ejecución hipotecaria, recordaba que sólo tenía 10 dólares a su nombre y que no tenía a quién recurrir. Desesperado, pidió prestado dinero para volar de vuelta a su casa de Kansas City, donde entró y ocupó mientras trabajaba para reconstruir su vida. Para generar ingresos, puso un anuncio en Craigslist y empezó a buscar trabajo.

Finalmente, encontró una oportunidad en Dish Network, aunque al principio su fama hizo que la empresa dudara en contratarlo. Tras conseguir un permiso especial de la oficina corporativa de Colorado, le contrataron a 8,60 dólares la hora. Durante este tiempo, los problemas de un segundo divorcio se sumaron a sus dificultades, y sus pertenencias, incluidos trofeos y recuerdos, fueron vendidos.

Reflexionando sobre su viaje de reinvención, Willie Aames reconoció los inmensos retos a los que se enfrentó. "Cuando volví a empezar mi vida a los 48 años, tuve que aprenderlo todo de nuevo", compartió en una entrevista. "Tuve que volver a aprender quién era. Tuve que superar todos los errores del pasado".

Mientras Willie Aames se esforzaba por reconstruir su vida, se encontró con innumerables rechazos, incluido el de un trabajo como guía en la naturaleza. Finalmente, encontró trabajo en una empresa de construcción, lo que supuso un pequeño pero significativo paso adelante.

En 2010, se había reencontrado con su hija y estaba siguiendo una nueva trayectoria profesional. "Nunca soñé que querría ser o convertirme en asesor financiero", admitió, y añadió: "Estoy bien encaminado".

A lo largo de sus luchas, Willie encontró un apoyo inquebrantable en su hijo, Chris, a quien describió como uno de sus aliados más cercanos. "[…] Es una de las pocas personas que no se rindió conmigo […] Hablamos tres veces y nos enviamos mensajes de texto 10 veces al día", dijo el orgulloso padre.

En junio de 2024, Willie honró a su hijo con un sentido homenaje de cumpleaños en Facebook, compartiendo una foto de la pareja y escribiendo: "Feliz cumpleaños a mi hermoso hijo Chris. Es el hombre que más respeto en mi vida. Íntegro, compositor de talento, divertido y sí... guapo".

A pesar de los retos a los que se enfrentó, Willie reflexionó sobre su viaje con gratitud, declarando: "Considero mi vida una de las mejores vidas vividas". El viaje de Willie hacia el amor culminó en una historia que llevaba décadas gestándose.

Encontró su alma gemela en la actriz Winnie Hung, antigua admiradora y amiga por correspondencia con la que mantuvo comunicación durante más de 30 años. Su relación empezó con una simple carta, que dio lugar a años de charlas y correspondencia ocasionales antes de que perdieran el contacto.

A finales de los cuarenta, volvieron a conectar a través de las redes sociales y decidieron conocerse en persona durante una escala de un crucero en Vancouver. Para Willie, fue una conexión instantánea. "Aquella tarde, la miré y lo supe", recuerda. Le regaló un amuleto grabado con la inscripción "Fairytale" (cuento de hadas), instándola a no perderse "su propio cuento de hadas de la vida real".

Winnie pensó que era el momento perfecto, diciendo que sus años de correspondencia habían generado confianza. Willie estuvo de acuerdo y reflexionó: "Si no hubiera pasado por los altibajos de mi vida, no habría sido el hombre adecuado para Winnie". Tras su primer encuentro, no podía dejar de pensar en ella. Regresó a Canadá, donde le dijo: "Voy a casarme contigo".

Diez meses después, con la aprobación de la familia de ella, se casaron en 2014. Winnie reflexionó sobre la naturaleza inesperada de su amor, diciendo: "Nunca jamás pensé que fuera siquiera una posibilidad".

Partiendo de su extraordinaria historia de amor, Willie y Winnie encontraron la forma de compartirla con el mundo. Dieron vida a su viaje a través de "Love in the Limelight" de Hallmark, convirtiendo su romance de la vida real en una película inspiradora.

El viaje de Willie Aames es un brillante ejemplo de determinación, amor y nuevos comienzos, que demuestra que, incluso en los momentos más oscuros de la vida, la renovación es posible. A través de sus luchas y triunfos, encontró un amor duradero y creó una historia que merece la pena compartir, tanto dentro como fuera de la pantalla.

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