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Autobús lleno de monjas cae de un acantilado y todas mueren. Ahora deben confesar todos sus pecados

Fabricio Ojeda
19 mar 2018
15:09

Un autobús repleto de monjas se desploma por un precipicio y en el impacto todas perecen. Pero aún no tienen tan fácil su entrada al cielo.

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Las religiosas llegan a las puertas del Paraíso y se encuentran con San Pedro, quien les dice:

"Hermanas, bienvenidas al cielo. En un momento les dejaré pasar a través de las puertas perladas, pero antes de que pueda hacer eso, a cada una debo formularles una sola pregunta. Por favor, formen una fila", y ellas lo hacen.

San Pedro se vuelve hacia la primera monja en la fila y le pregunta: "Hermana, ¿alguna vez ha tocado un pene?".

La hermana responde: "Bueno... hubo una vez... que algo así... toqué uno con la punta de mi dedo meñique...".

San Pedro dice: "Muy bien Hermana, ahora sumerja la punta de su dedo meñique en el Agua Bendita, y puede ser admitida". Y ella lo hizo.

San Pedro entonces se dirige a la segunda monja y le dice: "Hermana, ¿alguna vez tocó un pene?".

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"Bueno... Hubo una vez ... que tuve uno por un momento...".

"Muy bien Hermana, ahora solo lava tus manos en el Agua Bendita, y puedes ser admitida" y ella lo hace.

De repente se produce un ruido y un empujón en la línea. ¡Parece que una monja trata de pasar delante de otra!

San Pedro ve esto y le pregunta a la monja: "Hermana Susan, ¿qué es esto? ¡No hay prisa!".

La Hermana Susan responde: "Bueno, si voy a tener que hacer gárgaras, ¡preferiría hacerlo antes de que la Hermana Mary le meta el trasero!".

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