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El hombre se despertó después de la resaca. Luego lee la nota de su esposa y quedó atónito

Vanessa Guzmán
26 mar 2018
17:10

A veces la resaca te borra la memoria, pero lo que le ocurrió a este hombre de verdad no tiene comparación.

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Enrique se había ido con unos amigos a un bar a tomar algunos tragos, pero al día siguente, el hombre casado sufría por una terrible resaca, al punto que ni siquiera recordaba cómo llegó a su casa.

Un poco acalorado, Enrique trataba de recordar si había hecho algo malo la noche anterior, pero su cerebro estaba en blanco.

Estando aún acostado, se obligó a abrir los ojos y frente a él había un vaso de agua y una píldora para el dolor de cabeza puestos en su mesita de noche.

Su ropa estaba doblada y puesta sobre la silla en su habitación. Se tomó la pastilla y de pronto, a través del espejo del baño, se vio el ojo negro y quedó petrificado.

Al levantarse, descubrió que en una de las esquinas del baño habían dejado una nota con pequeños corazones pintados. De hecho, su esposa había marcado sus labios con pintura roja.

Imagen tomada de Pexels

Imagen tomada de Pexels

“Amado esposo, anoche llegaste muy borracho e hiciste mucho escándalo. ¡Pero no te preocupes! El desayuno está en la mesa, yo me fui temprano para poder preparar tu comida preferida esta noche. Te amo. Tu Jillian”.

Extrañado con la nota, Enrique fue hasta la cocina, y efectivamente su esposa le había dejado listo el desayuno y había café recíen colado junto con el periódico. Su hijo ya estaba comiendo en la mesa.

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Al ver a su hijo, Enrique le preguntó qué pasó anoche y el chico le dijo que había hecho un total desastre.

”Llegaste a la casa después de las tres de la mañana y estabas súper borracho y loco. Te caíste encima de una mesa en el salón y la dañaste. Luego vomitaste en todo el piso y te chocaste con una puerta y por eso tienes ese ojo negro".

Todavía confundido por lo que el hijo le comentó, Enrique le dice: ”¿Bueno, pero entonces por qué tu madre está de tan buen humor, y por qué hay desayuno para mi en la mesa?”.

El hijo respondió: “Ajá, eso… Si porque cuando mi mamá te llevó al dormitorio y te trató de quitar los pantalones tú gritaste ¡déjame en paz, soy un hombre casado!”.

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