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Madre afligida que perdió a su hija encontró una manera inspiradora de ayudar a 48 mil niños

Los sueños de Jessica Bachus quedaron devastados después de perder a su hija Kenzi, hasta que pensó en Dolls for Daughters.

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La peor pesadilla de todas las madres se convirtió en realidad para Jessica Bachus, de 40 años. El 23 de enero de 2007, su segunda hija, Kenzi, nació muerta a las 24 semanas.

Antes del fallecimiento de Kenzi, Jessica y su esposo frecuentemente hablaban sobre el día en que sus dos hijas podrían jugar juntas, y cómo habría el doble de muñecas en el árbol de Navidad familiar, reseña Woman's Day.

"Cuando Kenzi falleció, todas mis esperanzas y sueños desaparecieron también", dijo Jessica. La madre, quien vive en Colorado, estaba devastada, pero finalmente decidió canalizar su dolor para honrar la memoria de Kenzi.

Jessica sabía que incluso si no podía darles muñecas a sus dos hijas ese año, aún podía hacer que las fiestas fueran especiales para otra niña. Con la ayuda de su esposo, Kyle, y su hija, Bailey, ella recolectó más de 150 muñecas para regalar a niñas desfavorecidas en la comunidad.

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"Cuando vi a una familia recoger una muñeca que donamos, lloré lágrimas de alegría por primera vez en casi un año", dice Jessica.

Por lo tanto, continuó recolectando muñecas y fundó “Dolls for Daughters”, una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a las familias con problemas financieros en Colorado con juguetes, alimentos, útiles escolares y más.

En su novena entrega anual, el programa Dolls for Daughters y Toys for Boys opera cinco jugueterías en el estado de Colorado el primer sábado de diciembre. En los eventos, los padres pueden elegir al menos un nuevo regalo para cada uno de sus hijos de forma gratuita.

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"La mayoría de las familias en nuestro programa ganan menos de $15 mil al año", asegura Jessica.

Desde el inicio de Dolls for Daughters, más de 48.000 niños han recibido servicios y más de 323.400 artículos han sido donados a las familias.

Jessica y su esposo ahora tienen cuatro hijos, "tres que caminan y uno que se eleva", dicen de los niños Bailey, Kam, Karson y Kenzi.

"Hablamos de Kenzi todo el tiempo, y el año pasado nuestra meta fue atender a 10.000 niños ya que ella habría tenido 10. Fue un gran número y lo superamos", dijo Jessica.

"Para nuestros niños, el voluntariado es una forma hermosa de devolver, honrar a su hermana y aprender que incluso desde su mayor tragedia puede salir algo hermoso".

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