Federica Quijano explica por qué tendría que dejar ir a su hijo cuando cumpla 14 años
Cuando el pequeño se enoja, dice que quiere respirar, trata de controlarse, pero no puede.
Según informó TV Notas, Federica Quijano, de 46 años, integrante del grupo Kabah, decidió acudir a la adopción en 2006 por no poder convertirse en madre de manera natural debido a un problema de endometriosis
Primero adoptó a su hija María, quien ya tiene 11 años, y posteriormente, su pequeño Sebastián, que ahora tiene 10 años.
Lamentablemente el pequeño fue diagnosticado con autismo a la edad de 3, además de tener Trastorno por Déficit de Atención y retraso mental.
Cuando ella lo adoptó, la institución en la que lo hizo no le comunicó sobre esto y aunque ahora le dicen que podría regresarlo, para ella eso definitivamente no es una opción, pues es su hijo.
A raíz de eso, la cantante se ha visto en la necesidad de juntar dinero, pues es muy caro el tratamiento que debe seguir.
Ella siempre se ha preocupado por el bienestar de sus hijos, y hace unos días sus amigos de Kabah y Matute dieron un concierto para donar las ganancias y ayudar a su pequeño.
En entrevista exclusiva para TV Notas, Federica contó que el objetivo de la presentación de Kabah y Matute era para juntar fondos para el fideicomiso de su hijo.
“Este concierto me lo ofrecieron los Kabah y los Matute porque estoy juntando fondos para el fideicomiso de mi hijo”.
Ella señaló que el niño, a partir de los 14 años seguramente ya podrá estar con ella, y afirmó que se debe a un problema de agresividad: “y porque quizá yo, como mamá, después no pueda tener cierta fortaleza para protegerlo”.
“Le rezo a Dios diario para que pueda tener a mi hijo toda mi vida, pero en la pubertad los niños con autismo también se vuelven más grandes y fuertes, y se complica cuidarlos”.
Durante la entrevista le preguntaron si le preocupaba que Sebastián tenga crisis y sea violento con ella, a lo que contestó: “No temo que me vaya a hacer daño a mí, sino que pueda dañarse a sí mismo o a mi hija; son las cosas que uno tiene que prevenir”.
Agregó que cuando el pequeño se enoja, dice que quiere respirar, trata de controlarse, pero no puede.
“Una vez tuve que internarlo en un hospital psiquiátrico y tuvieron que sedarlo para controlarlo; eso es muy doloroso. Además, está con especialistas, medicamentos y terapias para que no sea así”, dijo la madre.
Luego le cuestionaron si había alguna institución donde él pueda estar en caso de que tenga que irse de casa en algún momento, y ella contó que continúa buscando, pero hasta ahora no ha conseguido un lugar. “Ese es el problema; por ahora necesita sombras”.
Agregó que las sombras son cuidadores, como bien lo dice el nombre, son la sombra del niño.
“Él no puede estar solo ni valerse por sí mismo, y yo no puedo estar todo el tiempo con él, pues estoy trabajando, entonces tiene a alguien que lo protege y lo pone a hacer ciertas actividades”.
Dijo que es por eso que una sombra suele ser muy cara (cobran cerca de 100 pesos por hora).