Tumor cerebral de mujer fue ignorado por estrés y casi la deja paralizada de cintura para abajo
Chelsea Yeomans vivió una experiencia aterradora y profundamente frustrante al ser ignorada por todo el personal médico.
Chelsea Yeomans, ahora de 23 años, sufría de dolores de cabeza y mareos, pensando que se trataba de efectos secundarios del estrés y las hormonas. La joven mujer sufría de debilitantes dolores de cabeza, y terminó arriesgándose a quedar paralizada luego de un mal diagnóstico.
Los doctores pensaron que se trataba de estrés, pero en realidad, era un tumor cerebral. Chelsea comenzó a tener terribles jaquecas a los 13 años, además de mareos, y eso siguió hasta que presentó sus pruebas para ingresar a la universidad.
Los doctores dijeron que el dolor se debía al estrés y sus hormonas adolescentes, recetándole paracetamol, según reporta el diario Mirror. Pero el dolor siguió, y Chelsea se convenció de que sufría de algo más serio, así que buscó sus síntomas en Google. Los resultados sugerían un tumor cerebral.
Compartió sus miedos con sus doctores, pero de nuevo fue ignorada, hasta que un especialista hizo una tomografía que reveló un tumor canceroso presionando su espina dorsal.
Sorprendentemente, a Chelsea le dijeron que estaba a escasas dos semanas de que su tumor ocasionara daños irreparables, que la dejarían paralizada de la cintura para abajo. Descubrieron que tenía un tumor astrocitoma pilocítico, del tamaño de una naranja, del lado izquierdo del cerebro.
Chelsea atravesó una operación que removió 90% del tumor en 2014, pero perdió parte de su memoria y sigue sufriendo de dolores de cabeza hasta el día de hoy. La operación también le impidió seguir en su trabajo de peluquera, porque olvidó sus habilidades.
Ahora ha vuelto a recibir entrenamiento y es administradora del Instituto Real de Topógrafos Oficiales (RICS, siglas en inglés). Chelsea, oriunda de Dudley, West Midlands, dijo que "tuve dolores de cabeza por cinco años y medio, lo cual resultó ser un tumor cerebral, que me quitaron a los 19 años".
"Desde entonces me hago tomografías frecuentemente para ver si vuelve a crecer. Estuve a dos semanas de quedar paralizada por la presión sobre mi espina dorsal. Tuve suerte de que lo descubrieran en ese momento".
"El dolor de cabeza comenzó alrededor de mis exámenes, y por mis síntomas dijeron que era estrés. Dijeron que eran hormonas y que estaba siendo muy dramática, que el paracetamol me lo quitaría. Nadie me creyó que era algo más serio, excepto mi mamá, fue algo muy duro", dijo.
"Parte de mí sabía que no eran sólo dolores de cabeza y no estaba siendo dramática. Busqué mis síntomas en Google y decía que tenía un tumor cerebral y que podía ser cancerígeno".
"Estaba preocupada porque tenía el teléfono siempre bajo mi almojada, pero el cirujano confirmó que no tenía nada que ver con eso. Fue frustrante que tomara tanto tiempo ser diagnosticada. Mi doctor se disculpó por no actuar antes". Incluso la recepcionista no la tomó en serio.
"Me dijo que estaban repletos y no era cierto. Los dolores de cabeza eran horribles. Igual iba al trabajo, simplemente me medicaba a mí misma con diazepam. No era prescrito, mi mamá lo toma para el dolor de espalda", cuenta.
"Perdí mucha memoria en la operación. Espero que vuelva, pero van 4 años y nada".
Imagen tomada de: Wikimedia Commons
"Todavía tengo jaquecas porque sigue ahí. Tengo que usar lentes para suavizar las jaquecas. Sigo preocupada porque tengo un tumor cerebral. ¿Volverá? No saben si se convertirá en maligno".
Chelsea en un principio fue vista por su doctor siendo adolescente, antes de ser referida al Hospital Russells Hall en Dudley a los 19 años. Dijo que vio a 6 especialistas en un día, hasta que el último le pidió una tomografía tras tocarle el cuello, lo cual la hizo gritar de agonía.
La tomografía reveló un tumor cerebral en su nuca, del lado izquierdo. En menos de dos días, cirujanos del Hospital Queen Elizabeth de Birmingham la operaron para quitarle 90% del tumor. Tuvieron que dejar 10% porque estaba muy cerca de su cerebelo, la parte responsable del balance y la coordinación.
Tras la operación, Chelsea inicialmente se hizo tomografías cada seis meses para monitorear su condición, y ahora es uno cada dos años.