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Arqueólogos hallan enorme sarcófago negro que ha estado enterrado por más de 2.000 años

Un enorme sarcófago de granito negro -con una escultura de un hombre que puede ser enterrado en su interior- han sido descubiertos en una tumba en Alejandría, Egipto.

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El sarcófago parece aprensivo: mide casi 2,7 metros de largo, 1,5 metros de ancho y 1,8 metros de alto, informó CNN.

Podría ser el más grande jamás descubierto en Alejandría, dijo Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, en un comunicado emitido por el ministerio de antigüedades de Egipto.

Una gruesa capa de mortero cubre gran parte del sarcófago, lo que sugiere que no se ha abierto desde que fue enterrado, dijo Waziri en el comunicado.

Como tal, la persona enterrada allí, junto con cualquier vestimenta o joyería que usen y cualquier artefacto con el que fue sepultado, puede estar intacta, esperando ser descubierta.

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Un equipo del Ministerio de Antigüedades de Egipto estaba inspeccionando un área de tierra en el distrito de Sidi Gaber antes de que los trabajos de construcción en un edificio comenzaran, cuando los miembros encontraron el misterioso ataúd.

Se remonta a algún momento entre 304 y 30 a. C., un tiempo después de la muerte de Alejandro Magno, cuando los descendientes de Ptolomeo I, que era uno de los generales de Alejandro, gobernaron Egipto.

En ese momento, Alejandría, que Alejandro Magno afirmó haber fundado (aunque la gente vivía allí antes), era la capital de Egipto.

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El descubrimiento deja a los arqueólogos con una serie de misterios: ¿Quién está enterrado dentro del sarcófago? ¿Qué artefactos se esconden adentro? y, ¿por qué es tan grande?

Mientras que las tumbas antiguas se descubren en Egipto, eventualmente han sido saqueadas, ya sea en tiempos antiguos o modernos.

La mayoría de los sarcófagos se encuentran ya abiertos, sus contenidos son retirados y los huesos de las momias a veces se encuentran dispersos por los saqueadores.

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En este caso, el sarcófago parece no haber sido abierto todavía, dando a los arqueólogos la oportunidad de estudiar su contenido y la persona que está dentro. Los arqueólogos están siendo cautelosos con el sarcófago.

No lo han abierto, y pueden decidir que, para evitar daños, usarán rayos X, tomografía computarizada (TC) u otra prueba científica que les permita mirar dentro sin abrir el sarcófago.

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