Alimentaba a las palomas todos los sábados hasta que una de ellas me trajo una carta que decía "Sígueme" - Historia del día
A veces, Sylvia se sentía más en paz con las palomas del parque que con su marido en casa. El único momento de la semana en que se sentía apreciada y necesitada era cuando daba de comer pan a las aves. Pero esta vez, su rutina cambió cuando una extraña paloma amaestrada le trajo una nota.