Resulta que le alquilé un apartamento a la amante de mi esposo, y su siguiente cita allí fue una que nunca olvidaré — Historia del día
Le preparé el desayuno como siempre: café, omelet, luz suave de la mañana. Entonces vi su nombre iluminarse en su teléfono. Al atardecer, había alquilado un apartamento a su amante, con una llave de repuesto en el bolsillo y un plan en el corazón.