logo
página principalVida

Al niño se le diagnosticó una rara enfermedad después de que sus padres pensaron que ganaba peso

Fabricio Ojeda
12 oct 2018
01:05

Los niños comen mucho y en ocasiones quieren más dulces de lo que realmente pueden ingerir. Los padres de Mckenzie, al ver que su pequeño se ponía muy gordo, nunca sospecharon que un raro mal amenazaba a su criatura.

Publicidad

La barriguita de los niños suele hincharse o ponerse muy gordita dependiendo de lo que coman y cuánto corren, juegan y se ejercitan a diario. Un chico de cinco años lucía como si estuviera embarazado y sus padres ni se imaginaban lo que les esperaba desde ese momento.

"Fue tan aterrador porque su piel estaba tan tensa, como si fuera un bulto completamente formado", dijo Antonia Watson, madre del niño de cabellos rubios.

Al llevarlo al hospital tuvieron que internarlo durante 11 días y allí fue que descubrieron la delicada y extraña deficiencia renal que sufría. El síndrome nefrótico hacía que sus pulmones se llenaran y gotearan agua que luego se depositaba en su abdomen y lo hinchaba hasta el extremo.

Publicidad

Sus pantalones empezaron a quedarle apretados y en una oportunidad cuando sus padres lo llevaron a la alberca y trataron de ponerle el traje de baño, no lo lograron. Allí fue cuando se dieron cuenta de que algo estaba mal.

Luego de muchos estudios y de dar con el problema, se presentó un nuevo obstáculo. Solo dos de cada 10 mil niños padece el síndrome nefrótico, según American Kidney Fund.

“Ahora tiene que recibir una dosis diaria de quimioterapia para, con suerte, acabar con el síndrome para evitar que ataque sus riñones”, explicó Watson, la madre de 26 años. "No se le permite ninguna comida salada y solo puede beber medio vaso de agua cada día", agregó.

Publicidad

La familia creó una cuenta en Go Found Me y en solo cuatro semanas recaudaron 2.600 dólares. Esperan que el niño no tenga recaídas y que con el dinero recolectado se consiga un tratamiento específico para estos raros casos.

Publicidad

UN DIAGNÓSTICO QUE LOS DEJÓ SIN AIRE

Otro caso realmente sorprendente es el de Alayna Jacobs, una preciosa de cuatro años que comenzó a aumentar de peso rápidamente.

No fue algo que se debió a una gran cantidad de ingesta de comida, dulces o cosas saladas. No. La criatura estaba sufriendo de una enfermedad que la hacía engordar, la dejaba sin aliento y bajaba su temperatura a lo más mínimo.

En muchas ocasiones Alayna lucía azul por los grados que su cuerpo sentía. Nadie entendía por qué la chiquita padecía así, ni sus padres ni el cuerpo médico. De hecho, han sido diagnosticados solo 75 casos en todo el planeta. ¡Insólito!

Publicidad

Lo peor del panorama es que Alayna tiene menos esperanza que Mckenzie, pues esta enfermedad es posible que la deteriore y sólo viva hasta los 10 años, aproximadamente. Sin embargo, sus familiares y seres queridos le brindan lo mejor para que viva a plenitud lo que le reste de vida.

Lo que no cabe a dudas es que depende de una actitud positiva el periodo que puedan estar en este plano.

Como el caso de Adalia Rose, una niña de Texas que con sólo tres meses, fue diagnosticada con Síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, un extraño padecimiento que la hace ver más vieja de lo que realmente es.

Sin embargo, eso no la pone cabizbaja y enfrenta a la enfermedad con la mejor actitud. ¡Conócela ahora!

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares