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Pareja pierde a hijo en el vientre trágicamente

Diego Rivera Diaz
24 oct 2018
09:35

La devastadora pérdida de una familia y el frío trato del personal médico que debió velar por ellos y por su bebé te conmoverá profundamente.

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En agosto de 2015, Stephanie Wilcox Trendowski y su pareja quedaron embarazados por primera vez. "Nosotros y familia y amigos estábamos dichosos. Recuerdo que parientes me decían hace años que todos los primeros embarazos de las hermanas de mi mamá terminaron en abortos,excepto el de mi madre y el mío".

"Cuando quedé embarazada, no pensé en eso al principio". Los exámenes lucían bien, y decidieron decirle a todos en un adorable anuncio en Facebook y correo electrónico. Días más tarde, Stephanie comenzó a manchar, según contó a Love What Matters.

"Llamé a mi doctor de inmediato, y ellos respondieron que eso es normal. No le presté atención por varios días, pero finalmente rogué que me hicieran otro ultrasonido".

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Al llegar al hospital, la radióloga fue muy amable. Stephanie sabía que no tenía permitido decirles nada oficial, pero cuando la notó callada y se negó a mostrarle la pantalla, comenzó a llorar. Al volver la radióloga, le dijo que tenía cita con el doctor para el día sigiente.

"Fuimos a casa esa noche sin saber que nuestro hijo había muerto, y que estaba en proceso de aborto espontáneo. Ni una llamada nos hicieron para informarnos. Fui a la cita al día siguiente como me dijeron, ansiosa", donde esperó media hora antes de ser atendida.

Luego la llevaron a una pequeña habitación, donde el doctor entró y le dijo simplemente "Lo siento". "Mi esposo y yo lloramos juntos inmediatamente, y estábamos demasiado en shock para preguntar, ¿¡por qué no nos llamaron!?"

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Les ofrecieron hacer disección y curetaje, esperar a que el cuerpo pasara el feto naturalmente, o tomaru n medicamento para promoverlo. Stephanie optó por el medicamento, temiendo complicaciones por los otros métodos. Pero igual, no sería nada fácil.

"Enfermeras, doctores y farmaceuta me dijeron todos que no sería agradable, que tendría contracciones como en un parto normal, pero que podía sangrar peligrosamente. Me tomé la medicina y me senté a mirar el lago desde la ventana de mi alcoba, llorando. Le decía al bebé que lo sentía".

Recién habían hecho pruebas para determnar el sexo, y esperaban aún los resultados.

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En Facebook, Stephanie compartió su dolor con una hermosa foto del pequeño bebé "T". "Una persona es una persona, sin importar su tamaño. Nos rompe el corazón decir que bebé T se fue al cielo. El doctor nos dijo que no hicimos nada malo, que estoy sana y que podemos embarazarnos de nuevo pronto. 20% de los embarazos terminan en aborto espontáneo, y simplemente nos tocó".

No lamenta haberle dicho a familia y amigos del embarazo tras ver el latido por primera vez, pues apreció los lindos sentimientos que compartieron con ellos en esos momentos. En la publicación de Facebook, explicó que "sentí que los que nos quieren merecen saberlo, y entiendan por favor que discutirlo más en este momento sólo nos traería más dolor".

"Estamos mirando hacia el futuro, y siempre agradeceremos nuestro primer embarazo"

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Esa noche y el día siguiente hubo "dolor inimaginable y horribles cantidades de sangre", y "nada detenía las oleadas de dolor". El saber que después de toda esa labor de parto, no tendría a un bebé, lo hizo todo aún más difícil.

Eventualmente, la sangre era demasiada, y llamó a su doctor. Le devolvieron la llamada dos horas después, cuando ya iba camino a emergencias tras sentirse débil y perder muchísima sangre. El personal de emergencias fue mucho más amable, tomando su preocupación en serio.

"Me hicieron exámenes de sangre y ultrasonidos de una vez. Querían saber si había pasado "el saco", y pidieron ultrasonido para ver si había que operar". Lloró abiertamente esperando el ultrasonido, y cuando una nueva radióloga se presentó y le preguntó porqué lloraba, le dijo que por haber perdido a su bebé.

"Me dijo "quedarás embarazada de nuevo". Quedé muda. Como si nuestro hijo fuera reemplazable. Pasé el resto del examen llorando callada, ensimismada".

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Las siguientes semanas no fueron más sencillas. Tuvo que monitorear sus niveles hormonales semanalmente en el laboratorio para poder volver a intentar quedar embarazada y asegurar que su cuerpo procesara los restos de su primer hijo, esperando a que sus niveles volvieran a cero. Cuando por fin sucedió, volvieron a llamar al doctor, a preguntar qué hacer ahora.

"Llamen cuando estén embarazados", les respondieron. "Quedé perpleja. Llegué a casa y le dije a mi marido que no voy a ser otro historial en esa oficina, y que necesitamos un nuevo ginecólogo". Poco tiempo después, la pareja recibió felizmente a otra niña, aunque no sin una sarta de dificultades.

Otro indignante caso reciente, en el Reino Unido, demostró el peligro de la violencia para los educadores de la nación. 16% del personal en instituciones escolares sufre actos violentos semanalmente, desde estrangulaciones hasta amenazas con tijeras.

Fuente: Shutterstock

Fuente: Shutterstock

Uno de los casos más lamentables fue el de una maestra asistente que perdió a su bebé luego que un alumno la pateara en el vientre; quien aseguró que tan pronto recibió el impacto, comenzó a sangrar.

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