La increíble historia de cómo un marsupial encontró a su ángel guardián
Después de luchar en el agua por más de una hora, dos pescadores lograron rescatar al marsupial de una muerte segura.
Un pequeño marsupial, o Ualabí negro, cayó en las aguas del puerto en Portland, Victoria, posiblemente al saltar desde las paredes de piedra del puerto, asustado por algún vehículo que se acercaba mucho.
Durante mucho tiempo el Ualabí luchó por mantener la cabeza fuera del agua, pero no lograba desplazarse lo suficiente para salir de ella.
Dos pescadores se percataron de su presencia y de inmediato se acercaron a él. Lograron sacarlo del agua montándolo en su embarcación, para luego llevarlo a la orilla.
Al salir del barco, el Ualabí era incapaz de mantenerse en pie, y respiraba con mucha dificultad. El agotamiento del pobre animalito era evidente, así como su nivel de estrés.
El guardabosque del parque Victoria, Peter Hill, lo recibió en el puerto y lo envolvió con algunas mantas para contrarrestar el frio de su cuerpo.
Luego lo montó en su vehículo y condujo con el marsupial a un refugio local de animales silvestres. Estaba en el camino con el animal cuando se dio cuenta de que se movía ansioso, como intentando respirar, por lo que intentó tranquilizarlo.
"Estaba conduciendo en la carretera con una mano en el volante y la otra en la cabeza del Ualabí", dijo Hills al Herald Sun.
El Sr. Hill se detuvo en un área de reserva de matorrales y cuando abrió la puerta, el animal se cayó inconsciente.
Reaccionando ante la emergencia, lo levantó por la cola y lo sostuvo boca abajo, frotándole el pecho vigorosamente hasta que comenzó a toser y expulsó gran cantidad de agua, tras lo cual, el Ualabí logró tomar una gran bocanada de aire.
El Sr. Hill se quedó con él durante una media hora, verificando su total recuperación, hasta que finalmente, el marsupial se puso en pie y se dirigió hacia el monte.
No es el primer Ualabí que es salvado por este guardabosque. Anteriormente había logrado rescatar a otro que se ahogaba en una piscina de la localidad. Pero él dice con modestia, que en este caso, el trabajo más grande lo hicieron los pescadores que al verlo en el puerto, se abocaron a sacarlo del agua y llevarlo a la orilla.
En realidad, es trabajo de muchos, aportando su pequeña o gran colaboración, el salvar a estos animales que, en algunos casos, sufren las consecuencias de nuestra misma intromisión en su medio ambiente.
Otra vida silvestre fue salvada por Cindy Hayes, una valiente mujer que ayudó a un águila pescadora indefensa que se ahogaba en medio de un lago.
Ella paseaba con su grupo familiar por uno de los cientos de lagos que tiene Estados Unidos, en un bote inflable, mientras tomaban sol, cuando notaron un bulto extraño en el agua, que resultó ser un águila pescadora, que no pudo remontar el vuelo mientras pescaba.
Cindy le acercó uno de los remos del bote cuidadosamente, y el águila de inmediato trepó a ella y se quedó parada muy quieta, mientras la embarcación se acercaba a la orilla. Finalmente se recuperó lo suficiente para extender sus alas y volar.