Mujer 'casada' con estación de trenes que ama desde los 9 años, asegura que tienen 'sexo mental'
Carol asegura que la estación de trenes Santa Fé le dijo que nunca la dejaría.
Dicen por ahí que el amor no tiene edad, género, raza, ni religión, y al parece tampoco tiene que ser un ser vivo. Al menos para Carol Santa Fé es así; pues su media naranja es un edificio público, publicó Caters News.
La mujer de 45 años, oriunda de San Diego, California, dice estar enamorada y casada con la estación de trenes Santa Fé, de la cual ha estado enamorada desde que ella tenía 9 años, reseñó Metro.
Muchos pensarían que Carol mantiene esta "relación" con Daidra (Así le llama a la estación) porque no ha tenido la oportunidad de estar con un humano, pero la verdad es que estuvo con un hombre llamado Tom por 18 meses.
EL AMOR NACIÓ INUSITADAMENTE
"Estoy enamorada de un edificio", dijo Carol, quien entendió su orientación sexual hace 5 años, mientras nevegaba por Internet.
Según la señora Santa Fé, nunca había sentido la conexión que siente con su pareja de concreto, Daidra, y por eso se casó con ella (o eso) hace dos años, poco después de darse cuenta que estaba profundamente enamorada del edificio.
"No comenzamos una relación hasta 2011, pero he estado enamorada de la estación desde que era una niña", declaró la mujer quien asegura que también tiene sexo con la estación.
Es normal que todo matrimonio sea consumado, pero seguramente es complicado hacerlo cuando una de las partes de la pareja es un objeto inanimado que además resulta ser una términal de pasajeros.
COMO TODA PAREJA, ELLAS CONSUMAN SU AMOR, PERO EN SECRETO
Pero esto no es impedimento para Carol, pues según su testimonio, la estación la besa y le transmite su energía cuando la mujer toca las paredes; de hecho, escuchar los trenes la excita al punto de consumar su pasión con Daidra mentalmente, informó People En Español.
"Tengo sexo con Daidra en mi mente cuando estoy allí... Me gusta especialmente cuando escucho que los trenes aceleran sus motores, me enciende", dijo Carol.
CAROL NO ES LA ÚNICA OBJETOFÍLICA
Pero Carol no es la única que se encuentra perdidamente enamorada de una estructura, Erika LaBrie, se casó con la Torre Eiffel en 2007, por lo que pasó a ser Erika Eiffel; un hombre en Washington tuvo sexo con de 1000 automóviles (no sabemos si fue consensual).
Como ellos hay muchos más casos similares y de acuerdo al psicólogo Mark Griffiths los "objetófilos expresan una preferencia y compromiso amorosos y/o sexuales con elementos o estructuras particulares”.
El psicológo también agregó que "a diferencia del fetichismo sexual, el objeto o estructura se ve como un compañero igual en la relación y no se usa para mejorar o facilitar el comportamiento sexual".
Con estos antecedentes de su condición, Carol es muy precavida de no llamar la atención para no correr el riesgo de ser separada de "su amante", pues de hecho es la relación más estable que ha tenido, según cuenta.
"Pero solo oculto mi atracción sexual hacia la estación porque simplemente no quiero que la gente se entere y me prohíba verla", expresó Santa Fé, quien está muy consciente de que lo de ellas es un amor prohibido.
Otro enlace polémica, pero quizás no tan sorprendente, es el de una abuela de 72 años que finalmente encontró el amor con un chico de 19 años, quien le propuso matrimonio luego de dos citas y ella aceptó.