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Niña fue abandonada por sus padres y criada por perros salvajes. Esto es lo que le pasó

Georgimar Coronil
13 nov 2018
04:11

Aunque los niños salvajes o "criados" por animales, parezca ficción, han existido algunos casos reales que han sido documentados.

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De acuerdo a lo publicado en Youtube por 60 Minutes Australia, uno de los casos mejor documentados fue el de una niña ucraniana llamada Oxana, quien fue criada por perros durante sus primeros años.

Honest to Paws reseñó que la historia ofrece una mirada interesante al clásico debate de “la naturaleza contra la crianza", ya que es una muestra de que el desarrollo humano puede ser afectado y alterado por diversas razones.

Nacida en el pequeño pueblo ucraniano de Novaya Blagoveschenka en 1983, Oxana Malaya tuvo una de las infancias más inusuales que se puedan imagina, luego de que sus padres la abandonaran afuera en una perrera a los tres años.

Los padres de la niña, ambos alcohólicos, la descuidaron durante años, por lo que la dejaron en el patio trasero de la familia para valerse por sí misma.

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

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Oxana encontró comodidad y calidez entre los perros que vivían dentro de la propiedad, quienes eventualmente se convirtieron en sus cuidadores sustitutos.

La niña fue aprendiendo a través de sus ejemplos, sobreviviendo con carne cruda y otro tipo de sobras. Además creció corriendo a cuatro patas, ladrando, gruñendo e imitando el comportamiento de sus guardianes lo mejor que pudo.

Esto continuó durante cinco años, hasta que Oxana tenía ocho años. Fue entonces cuando un vecino se comunicó con las autoridades locales para ver a un niño que vivía entre animales. Para entonces, apenas podía hablar y solo se comunicaba a través de ladridos.

Para ese entonces, la chica se había convertido en un miembro tan valioso de su "manada" que la protegieron vehementemente cuando las autoridades intentaron llevársela, por lo que los perros debieron ser sobornados con golosinas para que cooperaran.

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

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Finalmente, y tras apartarla de los animales, fue puesta bajo custodia policial y enviada a un orfanato, donde rápidamente hizo una conexión con los perros en el centro, pero tuvo problemas para relacionarse con los otros niños.

A pesar de su cambio de vida, le fue muy difícil adaptarse la sociedad humana, e incluso más de una década después de que la sacaron del patio, todavía tenía una habilidad extraordinaria para realizar ciertos comportamientos de perro, como aullar y saltar a cuatro patas.

A pesar de su educación altamente inusual, Oxana poseía una gran inteligencia, y tenía la capacidad de comprender elementos del lenguaje relativamente difíciles como las preposiciones.

A diferencia de otros niños salvajes, podía reconocer su reflejo como propio.

Lyn Fry, un psicólogo británico que se especializaba en estudiar a niños salvajes, se sorprendió cuando la conoció; había oído rumores de que ella era agresiva y "socialmente inepta". Sin embargo, él se impresionó con su progreso...

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

Imagen tomada de: Youtube/60 Minutes Australia

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La joven incluso le agradeció al investigador cuando le dio un juguete, demostrando que tenía al menos una comprensión superficial de las costumbres humanas. "Si solo es vista superficialmente, es imposible sospechar que fue criada por perros", afirmó Lyn.

Fue alentador escuchar que se identificó completamente como humana después de vivir una vida tan diferente durante tantos años formativos. Con el paso de los años, aprendió a conectarse con la gente, aunque fue sometida a apodos ofensivos como "niña perro".

Aunque logró comunicarse con eficacia, su forma de hablar era un poco inusual. Lyn explicó que no existía cadencia o ritmo o música en su discurso, ni inflexión o tono.

En su adultez, Oxana finalmente inició una relación de pareja, por lo que quiso ser sincera con él y contarle su increíble historia, pero la reacción del chico no fue la que ella esperaba.

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Cuando relató sus vivencias y le mostró que podía correr y ladrar como un perro, el hombre se sorprendió tanto que rompió con ella.

En 2013, Oxana apareció en la televisión ucraniana explicando cómo se había desarrollado su vida desde los primeros titulares que el público había visto sobre ella en 1991.

En la entrevista, la mujer aseguró que vivía en una granja con su novio y, como era de esperar, disfrutaba cuidando a los animales.

Otro increíble caso, fue el de una niña rusa que fue rescatada de un apartamento en Siberia, donde convivía con gatos y perros salvajes, cuando tenía 5 años de edad.

Según lo publicado por Huffington Post, la infante fue encontrada por la policía rusa en un apartamento sin calefacción, donde ha vivido toda su vida en compañía de los mencionados animales, sin haber adoptado un vocabulario.

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La niña, conocida como "Natasha", vivía en la ciudad de Chita, con sus padres y abuelos, evidentemente negligentes, que la criaron como una mascota.

Los medios locales indicaron que la pequeña lamía su comida de un tazón en el suelo y que nunca había aprendido a usar cubiertos.

Los oficiales de bienestar, que fueron conducidos al apartamento por vecinos preocupados, han colocado a Natasha en un orfanato.

Aunque en desnutrición y con una talla pequeña para su edad, parecía estar relativamente sana teniendo en cuenta su terrible experiencia, dijo un portavoz de la policía.

Sin embargo, el padre de Natasha no estaba en casa cuando llegó la policía y se desconoce su paradero. Sin embargo, la policía está presentando cargos penales contra la familia.

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Pero estos no son los únicos casos, la historia Genie la niña "salvaje" criada a solas en el encierro por 13 años, fascinó a científicos de los años 70.

Uno de los más representativos sobre la psicología infantil salió a la luz el 4 de noviembre de 1970 cuando las autoridades de California hicieron un hallazgo escalofriante, tal como informó Rolograma.

Se trataba de una niña de 13 años de edad que seguía usando pañales y hacía ruídos como si fuese un animal. Una trabajadora social fue la mediadora para que dieran con ella, y así fue como se convirtió en todo un caso ejemplar.

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