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Familia del actor Alessandro Lequio está en pie de guerra tras la muerte del patriarca familiar

La fortuna de la familia Torlonia de Civitella-Cesi se aproxima a los 2 billones de euros e incluye invaluables esculturas y obras de arte, y está en juego.

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¡Ah, quién tuviera los problemas de los ricos! Uno de los más famosos clanes de la aristocracia italiana está pasando por una de sus más oscuras etapas, luego de que una querella alrededor de una gigantesca herencia sacara sus "trapitos sucios" a la luz.

La familai está ahora en pie de guerra en un pleito por sucesión. Los Torlonia, la familia de Alessandro Lequio (hijo de Alessandra Torlonia di Civitella-Cesi, QEPD, y nieto de Beatriz de Borbón y Battenberg) estan envueltos en tremendo enredo.

Los problemas de familias de tan alta alcurnia suelen resolverse tras bambalinas. Pero en esta ocasión, no han podido mantenerlos fuera de los titulares, causando mucho escándalo.

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El magnífico Museo Torlonia, cerrado desde 1976, contiene la más fina y extensa colección privada de esculturas de mármol griegas y romanas en toda Italia, con 623 ejemplares. Es comparable al Museo Vaticano y Capitalino.

Este es sólo uno de los activos del patrimonio de la familia, que excede los 2.000 millones de euros, incluyendo cuentas bancarias, tierras, propiedades y más. El Palacio Torlonia, a tiro de piedra del Vaticano, es un símbolo de la familia.

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Esta fortuna estaría "secuestrada" por orden judicial, ya que el testamento del príncipe Alessandro Torlonia (fallecido en diciembre del año pasado, a los 93 años), fue impugnado por su hijo mayor, Carlo Torlonia.

Carlo demanda a sus hermanos Paola, Francesca y Guilio, y a su sobrino Alexander. Alega que fue alejado del padre por sus hermanos para ellos repartirse la herencia, e incluso que hubo manipulación de documentos.

Dijo que no se podía "comunicar con el padre ni siquiera por teléfono, ya que las llamadas eran filtradas por una hermana o por la secretaria del príncipe, refiriéndole que su estado de salud era óptimo"

"Solo casualmente supe por la prensa que se había constituido una Fundación Torlonia, en la que ni yo ni mis hijos teníamos ningún papel, y que había asumido la gestión de todas las colecciones"

Dijo además que intentaron vender las esculturas en el exterior.

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Según Carlo, la famosa colección Torlonia habría sido negociada para ser vendida al museo Paul Getty, aunque la operación no llegó a concretarse.

Giulio, uno de los hermanos, respondió que "para proteger nuestro nombre y restablecer la verdad" comparecerá ante un juez "junto a mis hermanas" para revelar la verdad. Alega tener un testimonio escrito por el difunto.

En el testimonio, el príncipe habría dicho lamentarse que su primer hijo "o estaba interesado en mi persona, sino en mi patrimonio", llamándolo "indigno" y escribiéndole cartas sobre "el odio feroz que nutres hacia tu familia".

Lo acusó incluso de haber "pisoteado nuestro honor". El juez emitió la orden por la importancia cultural de las esculturas de la colección.

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Se espera que el problema legal sea prolongado. Carlo contrató a un abogado de renombre, Franco Coppi, defensor de Silvio Berlusconi, para que participe en la investigación de falsificación de documentos y verifique las firmas.

Organizaciones que defienden la herencia cultural italiana urgen a que el estado intervenga y proteja esta colección de ser vendida y sacada del país. Y este es sólo uno de los problemas en la mente de Alessandro Lequio.

La salud de su hijo es otro. El hijo de Ana Obregón ha compartido una bonita imagen en mitad de su tratamiento.

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En mitad de su tratamiento contra el cáncer, Álex Lequio no pierde la sonrisa, tampoco el humor. El joven de vez en cuando comparte momentos en Instagram para hacer saber a sus seguidores que se encuentra bien, como la dedicatoria hacia su abuelo.

“Esta es una enfermedad dura y larga, y todos sabéis perfectamente de lo que estamos hablando”, confesó su padre, el actor español.

Álex Lequio, de 26 años, tenía previsto volver a Madrid tras su paso por el hospital después de dos meses en Nueva York, donde ha sido tratado en un centro especializado en oncología.

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