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Un perrito ayudó a un niño con vitiligo a verse en el espejo y sentirse normal

La madre del niño comenzó a buscar soluciones en Internet, y encontró la fotografía de un perro llamado Rowdy.

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Un niño llamado Carter Blanchard fue diagnosticado con vitíligo en 2014. Esta es una enfermedad degenerativa de la piel a través de la cual se va perdiendo pigmentación, lo que hace que aparezcan manchas blanquecinas por todo el cuerpo.

Debido a esto, el pequeño se sentía diferente a los demás y comenzó a tener problemas de seguridad y autoestima. Las manchas en su piel aumentaban cada vez más, lo que le generó una gran depresión.

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El perro había ganado seguidores en las redes sociales en todo el mundo debido a su aspecto único.

Su madre, Stephanie Adcock, contó lo siguiente:

"Estaba en una escuela grande con muchos niños y su rostro se estaba transformando muy rápidamente. Mientras trataba de aceptarlo, sus compañeros de clase también lo intentaban porque su cara estaba cambiando frente a ellos".

Y agregó: "Lo primero que me dijo cuando se subió al auto es que odiaba su rostro y odiaba su aspecto".

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EL PERRO TENÍA LA MISMA CONDICIÓN

Fue por esto que Stephanie decidió buscar ayuda. Comenzó a buscar soluciones en Internet, y encontró la fotografía de un perro llamado Rowdy, a quien también habían diagnosticado la misma condición que a Carter en 2014.

Adcock descubrió rápidamente que el perro había ganado seguidores en las redes sociales en todo el mundo debido a su aspecto único. También tenía su propia página web.

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Carter comenzó a ver videos de Rowdy en línea y eso lo hizo cambiar su forma de pensar sobre su trastorno de la piel.

“El vitiligo es una condición muy rara y estaba muy molesto por tenerla, pero ahora está orgulloso de haber sido elegido para tener vitiligo y esta es la forma en que está y no lo querría de otra manera", dijo la madre.

"Piensa que la piel de todos los demás es aburrida".

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UNA DONACIÓN LOS REUNIÓ

La propietaria de Rowdy, Niki Umbenhower, y Stephanie comenzaron a enviarse correos electrónicos y se mantenían en contacto.

Desafortunadamente la dueña del can vivía en Oregon, mientras que Adcock y su hijo vivían en Arkansas, y sus finanzas no le permitían viajar.

Sin embargo, la historia de Carter y Rowdy apareció en KATU, un afiliado de ABC Oregon, y al ver esto, un espectador anónimo donó $5,000 para ayudar a que el pequeño y su madre viajaran a Oregon para que pudieran conocer a Rowdy en persona.

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Finalmente, el niño y el perrito pudieron conocerse. "Cuando entramos no sentí que estuviéramos entrando por primera vez, ya eran familia. Se podría decir que Rowdy sabía que algo estaba pasando y sentía la energía en la habitación", contó la madre.

Por su parte, la dueña del can dijo que Rowdy reacción con Carter como si fueran viejos amigos.

"Carter se sentaba en el suelo armando Legos y Rowdy iba y se acostaba a su lado", dijo Niki Umbenhower.

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Y agregó que, en la primera reunión del par, "Carter lo abrazó y lo acarició durante dos horas seguidas y han estado juntos desde entonces”.

UN PELUDO AYUDÓ A OTRO NIÑO

La historia de Carter y Rowdy nos recuerda a la de otro niño diagnosticado TDAH y trastorno del procesamiento sensorial que se hizo amigo de una perrita de servicio llamada Jay.

El pequeño de 6 años se la lleva muy bien con la perrita y puedes conocer más sobre su historia aquí.

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