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La gigante pata trasera obliga al gatito a pararse como un humano y derrite corazones en internet

Un círculo de parientes de seis miembros de una familia de gatos fue enviado a un refugio en Lynnwood, Washington. Los gatitos saltan como pequeños canguros con mitones gigantes.

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PAWS (Progressive Animal Welfare Society) llevó a una mamá felina junto a sus 5 gatitos polidáctilos todos nacidos con hipoplasia radial, una situación genética que hace que sus miembros de entrada sean breves y retorcidos.

Ashley Morrison, voluntaria de PAWS, se enamoró de la camada de gatitos cuando los visitó en un refugio seguro. La adorable mama gato caminó hacia ella para saludarla, como para decirle que estaban listos para irse a casa con ella.

Ashley no pudo resistirse al encanto de los gatitos y se los quedó. Morrison le contó a Love Meow:

“Todos ellos tienen pies adicionales. (Lo mismo ocurre con la madre). Algunos también tienen seis pies en cada pie de nuevo. No parecen darse cuenta en realidad. Juegan como gatitos diferentes".

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La camada de gatitos está conformada por una hembra, Marilyn Mon-roo y cuatro gatitos varones: Roo, Skippy, Joey y Pouch Adams. La mamá gato fue identificada como Kanga.

Los gatos se mostraron complacidos con el nuevo hogar provisional de Ahsley. Mamá Kanga exploró la casa mientras sus bebés correteaban por la habitación. Les encanta jugar entre ellos.

“Son como gatitos normales, con ganas de estar locos y correr”, comentó Ashley, “se ponen de pie para jugar, pero terminan pareciendo que están en un pequeño combate de boxeo”.

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A su corta edad, los bebés presentan caracteres definidos y diferentes entre sí. Pouch Adams (también conocido como Pouchy) es el menor de la camada y el más desordenado. Sin embargo, también es el más amistoso.

Skippy se caracteriza por su valentía y liderazgo. Según Ashley, "Se alzará y te golpeará junto con sus dedos gigantes de nuevo".

Los gatitos son juguetones y unidos. Les gusta acurrucarse con frecuencia en un colchón gigante luego de jugar. Los gatos se encuentran sanos y salvos, en la espera de un hogar definitivo.

“una vez adoptados en sus hogares para siempre, sus padres pueden decidir cuál creen que sería la mejor opción de tratamiento para cada gatito, aunque la mayoría de los gatos con esta condición viven vidas largas y felices sin ningún tipo de cirugía“, aseguró Morrison.

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Un pequeño perro Jack Russell también tuvo la suerte de encontrar un hogar. Sue Markham de Reino Unido se enamoró de Yogi cuando era un bebé de 1 libra y 15 onzas. Pero su esposo, Robert, de 57 años, le dijo que no quería un perro grande.

Sin embargo, pensó "¿Cuántos problemas podría tener un Jack Russell?". El problema es que el perro creció más de la cuenta.

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