A los 77 años en Galicia tiene que saltar medianera de autopista cada día para sacar la basura

"Saltaba una medianera diariamente para ir a tirar la basura" cuenta un hombre de 77 años. Las autopistas y carreteras inviables son un dolor de cabeza para los habitantes.

La parroquia del concello ourensano de Vilamartín de Valdeorras tiene una década incomunicada, a pesar de que los conflictos en este vial OU-0807 propiedad de la Diputación, datan desde 1993.

La proximidad de una explotación pizarrera causó los primeros desprendimientos de las laderas donde se localiza la carretera en cuestión. Frente a los problemas frecuentes y el peligro de circular por ella, el ente provincial cerró la carretera. Sin embargo, los vecinos continúan usándola.

Leopoldo Nogueira, uno de los vecinos del pueblo, explicó: "Hemos estado luchando por condiciones que tienen más de 25 años". Los años pasan y nada ha cambiado.

En la única carretera de acceso a San Vicente de Leira se puede leer un cartel que dice: "Peligro, carretera cortada".

"La gente ignora la dirección prohibida porque es la única manera de entrar y salir del pueblo" confirma el alcalde de Vilamartín, Enrique Barreiro.

Existe otra vía que pasa por la ladera pero los vecinos afirman que es más peligrosa y no es apta para automóviles. Incluso dicen que existe un informe de Tráfico que señala que no se puede transitar por esa carretera en la que apenas cabe un vehículo.

"En un día lluvioso, lo más fácil es que termines en el río", comenta el regidor.

Entrar o salir de San Vicente de Leira implica transgredir la ley. Hoy en día es posible infringir las normas, el año pasado un derrumbe hizo que la Diputación anclara un quitamiedos en medio del vial.

Una medida parecida se ha convertido en un problema para los habitantes de Santa Ana, en Fene. La nueva señalización de la N-651 les fuerza a dar una vuelta de cinco kilómetros para acceder al núcleo urbano del concello, que en realidad queda a menos de un kilómetro.

A esto se suma la colocación de una mediana que divide los dos caminos que conectaban el mismo barrio. Xulio Santos, de 77 años, habló de sus problemas de acceso al barrio:

"Ahora tengo que saltar a la mediana todos los días para ir y tirar la basura y encontrarme con los animales porque tengo que caminar un kilómetro hacia arriba y otro por el lado de la carretera que no está allí."

El dueño de un taller de vehículos se las está viendo dificil debido a los problemas de acceso al barrio: "He llegado a mirar alguna nave en el polígono pero no me lo puedo permitir".

Si hay una parroquia que sabe bien lo que es estar dividida, esa es Chapela. Francisco Puch, histórico del movimiento vecinal del rincón de Redondela:

"Cruzamos dos vías de tren, dos carreteras y, por si fuera poco, una autopista".

El chiste de "Villarriba y Villabajo" es uno de los más repetidos del lugar. En la parte superior se encuentran los equipamientos sociales y en la parte baja, los comerciales. Rafael Baltasar Cela "Balta", otro vecino, cuenta:

"Y para ir de una a otra tomamos el auto y recorremos toda la parroquia o usamos el autobús urbano, que es la forma que Vigo quería eliminar".

Por si fuera poco, decidir la ruta a tomar no es la única eleccion dificil a la que se enfrentan muchos españoles. Según la Encuesta de Condiciones de Vida, 27.9% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social.

Muchos deben elegir entre una comida caliente o un hogar cálido. Un informe sobre vulnerabilidad social fue publicado la semana pasada por la Cruz Roja Española.

Este arrojó que alrededor de un millón de personas beneficiadas por este programa tienen muchos problemas para pagar artículos básicos como comida, medicinas o artículos escolares.