Cafetería en Guardamar del Segura causa indignación al negarse a atender a grupo de discapacitados
La cafetería no quiso atender a un grupo de 33 personas sólo por el hecho de ser discapacitados. Una mujer denunció a la camarera que los miró y les dijo que no tenía "refrescos para todos".
Un grupo de personas con discapacidad acudió el domingo a la cafetería Hernández de Guardamar del Segura para disfrutar de unas bebidas y bocadillos. Por desgracia, salieron con las manos vacías luego de presenciar una amarga escena.
Una portavoz de APSA (Asociación Pro Deficientes Psíquicos de Alicante), relató lo sucedido en la cafetería luego de que una camarera rechazara atender al grupo. "No hay pan ni refrescos" les decía la camarera.
LA CAMARERA NO QUISO ATENDERLOS
Laura Pérez narró en detalle cómo fue la excursión semanal de la asociación. Según Pérez, las personas del grupo eran "“chavales muy educados que solo querían tomar algo y gastar su dinero como lo haríamos cualquiera de nosotros”.
Ella cuenta que la camarera le notificó a la coordinadora de la asociación que el lugar no disponía de refrescos para todos y luego le lanzó una mirada poco amable.
A esto se le suma la negativa del restaurante de la calle Dunas. La voluntaria añadió que ese restaurante tampoco había querido atender a uno de los usuarios de APSA, argumentando que no había pan.
El grupo decidió ir a comer en un parque, cuando Laura, a quien no había visto dentro del local, regresó al lugar y pidió un bocadillo. Para su sorpresa, la mujer esta vez le dice que sí tiene bocadillos, incluso se lo sirvieron.
En ese momento, Pérez llamó a su compañera y sólo con verla le dice “que no tiene pan, que solo le queda una barra y que no puede hacerle un bocadillo, cuando, segundos antes, tanto la camarera como la cocinera, me habían dicho a mí que sí”.
RESPUESTA DEL BAR
La encargada del bar le aseguró a ElDiario que se siente "abrumada" por las consecuencias que ha tenido la denuncia de la asociación y niega que haya habido algún tipo de discriminación.
Ella justificó su negativa al atenderlos y añadió:
“No disponíamos de tantos. Les ofrecimos otras opciones de bebida y no quisieron. No tenemos capacidad para hacer tantos bocadillos, sí que había para una barra de pan pero no para más”.
MUJER GROSERA SE BURLÓ DE UN EMBOLSADOR DE VÍVERES
La cajera le enseñó una valiosa lección a la grosera mujer por su falta de respeto, luego de que súbitamente insultara al embolsador, discapacitado mental, a quien llamó "retrasado".
La mujer insultó al pobre embolsador, llamándolo "retrasado". Y la cajera simplemente no estuvo dispuesta a dejarlo pasar.
"¡Dios, todos ustedes los especiales tienen que dejar de interferir a la gente normal!" decía la mujer visiblemente molesta.