Perrito adoptado que pasó hambre y sufrimiento siempre deja el tazón de comida a la mitad
Las cicatrices invisibles del trauma anterior de este perrito se ven reflejadas en el modo en que se alimenta.
Otávio hoy es un perrito sonriente y feliz. Nunca imaginarías la tristeza y el dolor que soportó en sus años de juventud. Sin embargo, la sombra oscura de su desgarrador pasado aún persiste.
A principios del año pasado, Joice Lamas y su esposo adoptaron a Otávio de un grupo de rescate que lo había salvado de una casa abusiva donde muchos perros vivían de manera descuidada.
Aunque ahora estaba a salvo y las heridas de su cuerpo se curaron, el perrito al principio temía el contacto humano. Lamas supo de inmediato que quería ayudarlo.
"Desde el primer momento que lo vimos, nunca hemos estado separados", contó la mujer.
AHORA CONFÍA EN SU NUEVA FAMILIA
En los meses transcurridos desde que se llevó a Otávio a casa, Joice lo vio mejorar sus ánimos. El tímido cachorro que se estremecería cuando alguien se acercara a acariciarlo ahora le encanta acurrucarse con su familia.
Sin embargo, las cicatrices invisibles de su trauma anterior se ven de otras maneras, particularmente en cómo come el perrito.
SUS HÁBITOS ALIMENTICIOS
No importa cuánta comida ponga Lamas en el tazón de Otávio, siempre come sólo la mitad.
No está claro su motivo para hacer esto, pero Lamas sospecha que está relacionado con los años que pasó sin cuidado pasando hambre.
Los momentos en los que el perrito comía antes pueden haber sido tan escasos, que aprendió a racionar lo que le daban, reservando algo de alimento para los otros perros hambrientos que lo rodeaban.
"Es triste. Siempre le digo: 'Está bien si comes todo'", dijo Lamas.
COMPROMISO DE HACERLO FELIZ
Su nueva familia está comprometida a ayudarlo en cada paso del camino para que tenga hábitos de alimentación más saludables.
"Sé que nunca estará sin nada en la vida, no le faltará comida, ni amor. Tratamos de hacerlo lo más feliz posible", dijo su dueña.
Cuidar de un perro salvado del abuso puede ser un reto, admite Lamas. Pero verlos transformarse hace que todo valga la pena.
"Necesitan paciencia y mucho amor, porque pueden tardar más en adaptarse. Pero es notable cómo el amor cambia a los animales. Un animal rescatado es mucho más dulce, más agradecido y afectuoso que otros. ¡Son simplemente increíbles!", dijo la mujer.
Otro perrito víctima de maltrato abandonado por sus dueños fue rescatado en la cancha 904 Sur, en Palmas, en Tocantins, Brasil en noviembre del año pasado.
Varios vecinos fueron testigos de que la criatura se encontraba atada a una ventana por el cuello con una cuerda excesivamente corta, por lo que no podía moverse ni recostarse, ni siquiera alimentarse. Conoce los detalles aquí.