Mamá que luchaba contra el cáncer se negó a abortar a su bebé: "Los médicos no lo saben todo"
Sarah Wickline Hull vivió la peor pesadilla de su vida cuando le diagnosticaron un cáncer agresivo con 20 semanas de embarazo.
Los médicos le explicaron que para salvar su vida tendría que abortar a su bebé, pero ella se negó rotundamente.
Sarah había sufrido años de infertilidad antes de poder quedar embarazada, y no estaba dispuesta a renunciar a su hija sin antes luchar.
“Sabía que preferiría morir y poder dar a luz”, escribió Sarah en su página de Facebook.
Los médicos no fueron muy comprensivos, uno de ellos incluso le dio una lista de problemas potenciales que podría padecer si se tenía el bebé.
Pero estas palabras no lograron cambiar la decisión de Sarah y continúo con el plan de tener a su hija.
Ya lo había decidido: “Me mantuve firme y me negué”.
Wickline amplió la búsqueda y finalmente encontró médicos que accedieron a apoyar su embarazo con un tratamiento adecuado para el cáncer.
Fue difícil encontrar doctores que valoraran el deseo de continuar con su gestación, más allá de las preocupaciones por su propia salud física.
Sarah dio a luz a una hermosa niña a las 34 semanas, un embarazo perfectamente saludable y una hija perfectamente sana.
“Tengo una saludable, hermosa, brillante y preciosa hija de 10 años que es un recordatorio viviente que los médicos no lo saben todo.”
Y agregó: “Celebraré 10 años sin cáncer en mayo”.
Desde que su historia fue compartida en Facebook obtuvo más de 850.000 me gusta.
Un usuario de las redes sociales escribió: “Tu testimonio es verdaderamente inspirador, Sarah”.
Mientras otro escribió: “¡Gracias por tu fidelidad, confianza y valor! Me maravillo de cómo Dios nos habla a través de otros. Tu tierna historia es un poderoso testimonio de como la luz expulsa la oscuridad”.
Finalmente, Sarah expresó que no cree que el aborto sea necesario si la futura madre sufre problemas de salud durante el embarazo.
Por otra parte, una madre se negó a abortar a sus mellizos y los médicos la llamaron "inhumana", pero su instinto tenía razón.
Hannah Morris está aliviada de haber confiado en su propio cuerpo, y ahora es la orgullosa madre de los gemelos de dos años, George y Alfie King. Para conocer más detallez haz click aquí.