Médicos salvan a una joven con una infección 'intratable' con un cóctel de virus
Isabelle estaba sufriendo severas infecciones y los médicos no daban muchas esperanzas. A su familia le dijeron que solo existía el 1% de posibilidades que sobreviviera.
Los médicos del Great Ormond Street Hospital de Londres le realizaron una "terapia de fagos" que hasta entonces no había sido probada, ya que usa virus para infectar y matar las bacterias.
Gracias a eso, ahora Isabelle está saludable, estudiando para sus exámenes escolares y aprendiendo a conducir. El tratamiento con fagos mostró potencial para combatir otras infecciones peligrosas.
¿QUÉ SON LOS FAGOS?
Son la encarnación microbiana del dicho "el enemigo de mi enemigo es mi amigo". También conocidos como bacteriófagos, son un tipo de virus que infecta las bacterias en lugar de las células del cuerpo. Aterrizan en la superficie de una bacteria e inyectan su propio código genético. Esto toma la célula bacteriana y la convierte en una fábrica de fagos hasta que los virus abandonan la célula.
¿POR QUÉ ISABELLE LOS NECESITABA?
Isabelle Carnell-Holdaway nació con fibrosis quística, una enfermedad que provoca que se forme mucosidad pegajosa dentro de sus pulmones y que puede albergar infecciones peligrosas.
El Mycobacterium abscessus, de la familia de la tuberculosis, infectó su cuerpo, por lo que necesitaba fuertes antibióticos para mantener todo controlado.
A los 16 años fue sometida a un doble trasplante de pulmón, pero las bacterias aún seguían escondidas en su cuerpo.
Cuando comenzó a tomar medicamentos inmunosupresores para evitar que rechazara el trasplante, la infección regresó.
"En nuestra experiencia, cuando vuelve a crecer el Mycobacterium después del trasplante, el paciente muere", dijo Helen Spencer, médico de Isabelle.
"En algunos pacientes, eso sucede dentro de un año a pesar de ser sometidos a un tratamiento agresivo", insistió.
Isabelle llegó a tener grandes lesiones en su piel, de color negro, con signos de putrefacción, donde la infección estaba afianzada. Terminó en cuidados intensivos cuando su hígado comenzó a fallar y con grandes colonias de bacterias formándose en su cuerpo.
En vista de que los médicos dijeron que no podían hacer nada, Isabelle fue llevada a casa para estar cerca de su familia.
¿CÓMO SURGIÓ LA TERAPIA EXPERIMENTAL?
La idea de probar la terapia con fagos fue de la madre de Isabelle, Jo, quien había estado investigando alternativas en internet.
El equipo del hospital Great Ormond Street contactó con el profesor Graham Hatfull, del Instituto Médico Howard Hughes, en EE.UU., que tenía la mayor colección de fagos del mundo. Había alrededor de 15.000 viales de fagos. Sin embargo, tardaron algunos meses en determinar qué combinación podría funcionar contra la infección de Isabelle.
Medico realizando consulta. | Foto: Shutterstock
El equipo de Estados Unidos se centró en tres fagos, dos de los cuales fueron modificados genéticamente para hacerlos más efectivos. El coctel se inyectó en su torrente sanguíneo dos veces al día y se aplicó directamente en las lesiones en su piel.
LOS RESULTADOS
La madre de Isabelle notó la diferencia en cuestión de semanas y no dudaba que la vida de su hija fue salvada por los virus. Las lesiones de Isabelle comenzaron a curarse y algunas heridas que habían estado abiertas por meses empezaron a cerrarse.
"Cuando salimos del hospital, ella parecía literalmente un esqueleto con la piel, estaba muy mal", describió Jo.
"Fue absolutamente increíble el efecto que el fago tuvo en ella. Isabelle recuperó su propia vida, la vida de una niña de 17 años", agregó.
Médico junto a paciente. | Foto: Shutterstock
¿ESTÁ CURADA?
La infección de Isabelle no está curada completamente, pero está controlada. Diariamente se inyecta dos cócteles virales. Ahora la familia está esperando que se agregue un cuarto fago a la mezcla en un intento de eliminar por completo la infección.
"Realmente es increíble, pero también está teñido de tristeza cuando pienso en todos los pacientes que no sobrevivieron porque el tratamiento no estaba disponible a tiempo para ellos", expresó la doctora Spencer.
Sin duda, la historia de Isabelle es extraordinaria, pero se trata de un solo caso. Técnicamente, los científicos no están seguros de cuán efectivo es el fago porque no han podido realizar ensayos clínicos.
"Tenemos que ser muy cuidadosos al extrapolar un caso individual a otros pacientes y lo que podría significar para ellos. Pero creo que alienta la futura investigación sobre la terapia con fagos para algunas de esas bacterias resistentes que realmente nos preocupan", agregó Spencer.
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