Padre quedó devastado tras la repentina muerte de su hija de 7 años
Dolor y desesperanza. José Manuel Leal, el padre de Desi, una niña que fue hallada sin vida en Muimenta, Lugo, Galicia, se refugia en su pérdida mientras comparte con los reporteros incontables imágenes de su pequeña.
La niña fue encontrada en extrañas circunstancias en la casa de Muimenta (Cospeito), donde residía con su madre y su abuela, informó La Voz de Galicia.
Como cualquier padre separado, la ilusión de cada día era que llegara las siete de la tarde de los dos viernes de cada mes que le tocaba estar con su niña para ir a buscarla y disfrutar de ella todo el fin de semana.
Incluso como sus compañeros de trabajo conocían su situación, se solidarizaban con él y le cambiaban el turno cuando su jornada coincidía con la de ver a su hija, quien fue hallada muerta.
José Manuel solía llevarse a su hija a su casa natal de Roupar, en Xermade, donde la esperaban sus abuelos, tíos y primas.
Padre e hija tomados de mano. | Foto: Shutterstock
“Vivía por y para ella. Mi única ilusión era disfrutar del poco tiempo que me correspondía y darle todo el amor que podía”, asegura el padre, quien entre hipoteca, gastos y la pensión a la madre de su niña tenía problemas para llegar a fin de mes, cuenta. “En mí ni pensaba. Con tal de que ella tuviera todo, ya me valía”, dice.
Padre e hija jugando. | Foto: Shutterstock
Y así como los viernes eran sus días más preciados, el domingo por la tarde le tocaba dejarla en casa de su madre y para él era un momento difícil. Añadió que siempre le embargaba la tristeza cuando partía hacia A Coruña, donde ejerce como guarda de seguridad en un centro comercial, para al día siguiente acudir a su puesto de trabajo.
Aquel 3 de mayo esperaba que llegara la hora para ir a buscar a su pequeña, pero a las nueve y media de la mañana, cuando estaba trabajando, recibió la llamada de familiares maternos para decirle que Desi había muerto.
Hombre triste extraña a su hija. | Foto: Shutterstock
En el peor y más largo viaje de su vida, partió rumbo a Muimenta para despedirse de su niña. Permaneció allí hasta que levantaron el cadáver de su niña, pero sin poder verla.
El próximo día 15 de julio, Desi cumpliría ocho años. Uno de los regalos que más ilusión le haría recibir sería un animal. Sentía auténtica pasión por ellos y dado su cuidado y mimo hacia ellos, apuntaba maneras como futura veterinaria.