Pedro Armendáriz y la trágica historia detrás de su muerte
El gran ídolo mexicano no solo es recordado por su gran legado artístico en la pantalla grande sino por la forma en que él mismo planeó su propia muerte.
Pedro Armendáriz participó en más de 100 películas mexicanas y extranjeras. Sin embargo, una de ellas marcó su destino para siempre y definió la forma en que moriría.
El actor participó en la cinta "The Conqueror", que fue grabada en 1956 en una zona desértica del estado de Utah, cerca a un sitio donde el gobierno de Estados Unidos realizó pruebas nucleares.
LA RADIACIÓN Y EL CÁNCER
La radiación afectó a los actores y miembros del equipo de la película, muchos de ellos fueron diagnosticados con cáncer y murieron por esta causa. De hecho, en la filmación participaron 220 personas, y de ellas, 91 se vieron afectadas por el cáncer, entre ellos, John Wayne y Pedro Armendáriz.
En 1962, mientras el actor interpretaba al jefe del Servicio Secreto Turco, al lado de Sean Connery, empezó a tener los primeros síntomas. El dolor en su cadera era tan fuerte que muchas de las escenas de la película las grabó sentado.
El actor, de 51 años, se realizó los exámenes pertinentes en Londres y fue diagnosticado con cáncer en los huesos en etapa terminal con metástasis en el pulmón y el esófago. Armendáriz sacó fuerza y terminó la película por ética en su trabajo, y para asegurar el pago que le daría estabilidad económica a su familia.
En la filmación participaron 220 personas, y de ellas, 91 se vieron afectadas por el cáncer, entre ellos, John Wayne y Pedro Armendáriz.
DECIDIÓ SU MUERTE
En 18 de junio de 1963, se encontraba internado en el hospital de la Universidad de California en Los Ángeles. Su esposa, Carmelita Bohr, lo acompañaba. Entonces, Pedro le pidió que saliera a almorzar, no sin antes recibir un beso de ella en la frente y llamarla por última vez, cuando salía de la habitación, para decirle que la amaba.
En los 45 minutos que estuvo solo aprovechó para colocar unas cartas, dirigidas a los miembros de su familia, sobre la mesa de noche. En ellas, les explicaba la decisión que había tomado a sus hijos y esposa.
CARTAS A SU FAMILIA
Armendáriz afirmaba en las misivas que su decisión no era impulsiva, que no estaba dispuesto a pasar por una agonía dolorosa ni hacerlos pasar por ella. Y añadió que los amaba, que estaba muy orgulloso de ellos, agradeció haberlos tenido en su vida y lamentó la pena que les causaría.
Después, tomó una pistola Magnum calibre 357 que estaba en su mesita de noche y se disparó una sola vez en el corazón. Cuando su esposa regresó, lo encontró sin vida. En la actualidad, sus restos reposan en el Panteón Jardín de la Ciudad de México junto a los de su amada Carmelita.
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