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Juan Orol, el Ed Wood mexicano: su solitario final tras haberse casado cinco veces

Valeria Garvett
12 jul 2019
02:50

Juan Rogelio García García, conocido como Juan Orol, fue un actor, productor, director y guionista de cine mexicano famoso por ser comparado con el actor estadounidense, Ed Wood.

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Nació en A Coruña, Galicia, España, el 4 de agosto de 1897, y se destacó principalmente por crear decenas de películas del cine negro y de gángsters.

Juan Orol, a quien también se le conoce como el surrealista involuntario o Ed Wood mexicano, fue pionero de la industria fílmica sonora mexicana y uno de los principales promotores del llamado cine de rumberas de la Época de Oro.

Este migrante de la gran diáspora gallega de principios del siglo XX abandonó prematuramente su tierra natal por razones económicas. Acompañado de sus padres, la vida le llevó a Cuba y, posteriormente, en solitario, a México, para desarrollar allí una dilatada carrera cinematográfica que abarcó varias décadas.

Pero antes de adentrarse al mundo del cine y volverse el rey de los géneros mencionados, Juan Orol se desempeñó en numerosos trabajos.

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Fue boxeador, beisbolista, mecánico, piloto de carreras, periodista, actor de teatro, torero y agente de la policía.

Juan Orol fue un hombre que, sin tener gran preparación académica ni base cultural, sobrevivía a punta de ingenio.

En cierto punto, empieza a trabajar en la radio como director artístico y publicista, y comienza a hacer contacto con la industria cinematográfica mexicana como medio para subsistir.

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Orol terminó desarrollando una pasión por el mundo del cine y es cuando debuta como actor secundario de la recién creada Aspa Films, en la cinta Sagrario (1933).

Un año más tarde, y en vista del éxito de taquilla, el español arriesgó su propio capital y se estrenó simultáneamente como guionista, productor y protagonista de la segunda cinta de la productora, Mujeres sin alma.

Su corta experiencia entonces le dio ánimo para dirigir su próxima cinta, Madre querida (1935), también de Aspa Films. Desde ese momento, no hubo vuelta atrás para el gallego, que tuvo proyecto tras proyecto.

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Sus temáticas se concretaron casi siempre en incluir el trópico, las rumberas, los paisajes exóticos, bellas y provocativas mujeres, entre las que siempre había una “musa” principal.

Posteriormente incorporó a los gángsters en cada cinta, que se enamoraban de las “musas” de ese instante.

Orol eventualmente creó sus propias casas productoras tanto en México como en Cuba, país en el que co-producía.

Varias de las “musas” de las películas de Orol curiosamente terminaron volviéndose sus esposas, como es el caso de María Antonieta Pons, Rosa Carmina, María Esquivel y Dinorah Judith.

Su última cinta como director fue El tren de la muerte (1978), mientras que su última aparición en la gran pantalla fue como actor en Ni modo… así somos (1981).

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Dirigió 47 películas, produjo 36, escribió 30, actuó en 29, fue editor de 2, y hasta se atribuye el tema musical Qué huateque, de Gangsters contra charros.

Juan Rogelio García García murió en Ciudad de México, el 26 de mayo de 1988, arruinado pero en compañía de su última pareja, Dinorah Judith.

Juan Orol ha sido comparado con el realizador Ed Wood, canonizado como “el peor director de todos los tiempos”. No obstante, a diferencia de Wood, el español no necesitó de un homenaje póstumo para lograr reconocimiento.

Muchas de sus cintas resultaron exitosas, pues los espectadores admiraban a sus musas y a sus malvados gángsters, sin importarles la pobreza argumental y técnica de sus producciones, omitiendo las críticas que menospreciaban el trabajo.

No era el mejor realizador y estiraba sus presupuestos al producir/dirigir películas, pero logró llegarle a su público y dejar una huella.

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SUS ESPOSAS

Amparo Moreno (1934-1937)

María Antonieta Pons (1940-1945)

Rosa Carmina (1950-1955)

María Esquivel (1955-1963)

Dinorah Judith (1964-1988)

Con esta última vivió hasta el final de sus días, en 1988. Conoció a la mayoría cuando trabajaron junto a él en sus filmes.

Su vida fue chistosa y, a la vez, trágica. Se le murió una esposa de tuberculosis (Amparo Moreno), al igual que su único hijo, Arnoldo Orol Moreno, en un accidente. Las mujeres lo usaron y falleció estando en la pobreza absoluta, pensando que había perdido toda su filmografía en el incendio de la Cineteca.

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