Hombre que vivió 40 años en las calles se reúne con su familia gracias a sus vecinos

Los vecinos de la zona norte del Gran Buenos Aires crecieron viendo a este hombre caminando por sus veredas sin pedir limosna. Vicente podría ser su nombre y dice tener 86 años.

"Vicente" es un mito viviente en Argentina, se dice que fue un exitoso cirujano cuya vida fue marcada por la tragedia y, en un acto de desesperación, abandonó todo para vivir en la calle.

El hombre ya tiene más de 40 años viviendo en las calles de la zona norte del Gran Buenos Aires. Los vecinos lo ven caminar por las calles de Vicente López, Olivos, Florida, Munro y Martínez.

Algunos le dicen Vicente. Otros prefieren llamarlo "Carlitos" o "Charly". También responde al nombre de "Lorenzo" u otros apodos como "el profesor" y "el cirujano".

Incluso, hay quienes le llaman "Jesús", por su barba y cabellos largos y rubios que resaltan con su tono de piel, quemada por el sol. Es conocido por todos en el barrio, suele caminar con un saco sobre los hombros y una bolsa entre los brazos.

El relato popular cuenta que se trata de un cirujano habilidoso que perdió la razón cuando su esposa fallecipo en el quirófano en el que él operaba.

Los vecinos de la zona aseguran que se trata de un "ángel", pues es un hombre pacífico. No bebe, no fuma, no se mete en problemas, tampoco pide dinero y rara vez acepta ayudas. Con los años, lo conocen como "el ángel del barrio".

Con la llegada del otoño, el hombre ha tenido que afrontar las fuertes lluvias durmiendo en la calle. La situación conmovió a un grupo de vecinos, quienes decidieron hacer algo al respecto.

Poco a poco, fueron ofreciéndole ayudas pequeñas para neutralizar su rechazo. Fue aceptando algunas ayudas como frazadas, manjares como empanadas o gaseosas, abrigo, bebidas calientes, etc.

Así se fue formando una pequeña red de personas que jamás se habían tratado antes. Crearon un grupo de WhatsApp para ayudar a Vicente.

Uno de ellos lo convenció de ir a un asilo, para iniciar el trámite de internación.

Así fue como el hombre acudió al lugar para ver como era el asilo pero se negó: “Esto es muy lujoso. Demasiado para mí”.

Los vecinos hicieron una averiguación para saber si Vicente tenía familia y pudo comprobarse que, en efecto, sí la tiene. A hora y media de Buenos Aires, el hombre se pudo reunir con su familia y se resguardó bajo el techo de una casa familiar.

Hermanos y sobrinos le festejaron sus 86 años, luego de que unos vecinos lo convencieran de regresar al hogar. Algunos vecinos del barrio se trasladaron hasta la casa sólo para saludarlo.