Conoce a Humberto, el viudo que vende productos de limpieza para tener con quién hablar
Las pérdidas no son fáciles de superar. Sobre todo, cuando lo que se ha perdido es a esa persona que tanto amas. Lo que ha hecho este mexicano después de la muerte de su esposa, está conmoviendo al mundo.
La naturaleza de Don Humberto es ser emprendedor. Jamás en su vida ha conocido lo que es trabajar para alguien más, pues siempre le ha gustado crear sus propias oportunidades de empleo y esta vez no será la excepción.
Humberto vende productos de limpieza en su casa en Villa Colonial, Mexicali. | Foto: La Voz de la Frontera
Humberto Sainz López vive en la ciudad de Mexicali y la entrada de su casa es ahora toda una sensación gracias al Internet. El motivo que llevó su vivienda a viralizarse en redes sociales, como comparte Mexicali Stuff, es que se está dedicando a vender productos de limpieza justo allí, frente a su entrada.
Desde hace dos años, cuando su mujer murió, Don Humberto reconoce que entró en una profunda depresión; revelando así que este comercio fue una manera de poder tener contacto con las personas, destaca La Voz de la Frontera. “Mis hijos me dicen que me sirve de distracción”, agrega.
El éxito de su negocio, según comenta, se debe a la facilidad de acceso que tienen otros habitantes de la zona, Villa Colonial, para acudir a comprarle, acotando que les evita el tener que trasladarse a sitios lejanos para adquirir productos para la limpieza de sus hogares.
Don Humberto es padre de seis hijos que estaban muy preocupados por la gran depresión en la que cayó al enviudar y ahora se encuentran celebrando la iniciativa de su padre, pues de cierta manera ven que vuelve a ser el hombre emprendedor, trabajador y con ánimos de antes.
Los testimonios de vida de viudos conmueven profundamente a quienes sienten gran empatía por imaginar el dolor de perder al ser amado. Algunas, se vuelven ejemplo de gran lucha y determinación, como la historia de Wendall Gill, un hombre de 85 años que trabaja en Mc Donald´s.
Gill ha despertado una gran compasión, pues la comunidad ha conocido que a esta edad, él solo está criando a dos hijos con discapacidades después de la muerte de su esposa. “Dicen que superas las cosas, pero cuando pienso en ella empiezo a llorar”, cuenta Gill.
Su hijo mayor es John Columbia, de 33 años de edad, y tiene autismo. El menor es Justin Gill, de 20, quien sufre consecuencias físicas y mentales por el síndrome del alcoholismo fetal. Ambos son adoptados.
Wendall trabaja en la cadena de comida rápida, limpiando las mesas y pisos, desde 1978 en Lexintong, Kentucky. Allí conoció, hace muchos años, a Todd Oldfield, quien inició una campaña de crowfunding a fin de recaudar fondos para ayudar a la familia.