Le diagnosticaron gripe en lugar de coronavirus por error y ella infectó a su esposo

La trabajadora del sector salud, de 47 años, presentó una serie de síntomas que fueron desestimados por los servicios de salud al no ser compatibles con COVID-19, y su esposo terminó contagiado.

Al trabajar en el área de salud, para Sofía era muy importante evitar que los miembros de su familia resultaran afectados por el coronavirus, por lo cual extremaba las medidas de seguridad en su ambiente laboral y al llegar a su hogar.

Sin embargo, el 5 de abril del 2020 comenzó a sentirse muy enferma, presentando una constante tos seca que la mantenía despierta, y un intenso dolor de espalda.

Su esposo Bernardo decidió llamar a un médico a domicilio, quien solo tomó su temperatura y realizó un electrocardiograma. Al salir normales, indicó un analgésico, un relajante muscular y no consideró que requería incapacidad médica.

Por suerte, al día siguiente Sofía no tenía turno asignado, por lo que se quedó en casa, esperando recuperarse de un todo. Alrededor de las 5 pm la temperatura empezó a subir, hasta alcanzar los 39,5°C, y aunque bajaba con el medicamento, volvía a subir rápidamente.

La pareja decidió llamar al número de ayuda en Colombia, pero la descripción del cuadro, según los especialistas, era compatible con un cuadro de gripe común y no con el COVID-19.

Ante esta situación, y a pesar de saber que por su cuadro clínico podría ausentarse al trabajo amparada bajo los decretos del Gobierno Nacional de Colombia, Sofía se sentía preocupada de hacerlo sin tener una incapacidad en sus manos, por el riesgo de perder su estabilidad laboral.

Finalmente, alrededor de la 9 pm, Bernardo decidió llevar a una Sofía febril y muy adolorida a la clínica Country, en Bogotá, donde podían verificar su gravedad y darle una incapacidad médica.

“Allá le toman tres pruebas: una de influenza, una que no supimos de qué y otra de covid-19. Ese día la aislaron toda la noche en la clínica”, contó Bernardo.

Sin darle los resultados de las pruebas, en la mañana del 7 de abril le dieron el alta a Sofía, con la recomendación de aislarla del resto de la familia que convive en el hogar.

“En el apartamento aislamos todo. Mi hija y yo nos acomodamos en el sleeping bag y con la abuela en un cuarto. Mi esposa reposó en la habitación sola. También aislamos loza y utensilios de ella y solo uno entraba a atenderla”, explicó Bernardo.

A lo largo de la siguiente semana, Sofía comenzó a mejorar, aunque la tos se mantenía. El único que salía de casa a hacer compras era su esposo. Pero el 14 de abril la clínica se comunicó con la familia para informarles que Sofía tenía coronavirus.

En ese punto, además de ser más estrictos con el aislamiento, comenzaron a extremar las medidas de limpieza y desinfección de todo el entorno. También pidieron a los organismos de salud encargados para que aprobaran pruebas para toda la familia.

No sería sino hasta el día 18 de abril que se le realizó el test a toda la familia, y aunque las medidas de aislamiento habían sido efectivas para la hija de 11 años y para la madre de Sofía, Bernardo no tuvo tanta suerte, resultando positivo.

“Mi esposa recibió información telefónica poco clara por parte de personal seguramente no especializado, eso nos puso en riesgo y ahora somos positivos. Deberían tomar medidas concretas cuando se reporten estas situaciones”, dijo Bernardo

Para Bernardo, el mensaje más importante es que no se deben desestimar los síntomas gripales del COVID-19. El Ministerio de Salud confirma que el nuevo coronavirus puede provocar un cuadro de infección respiratoria aguda (IRA), cuyos síntomas son similares a una gripe.

La familia de Sofía se encuentra a la espera de los resultados de la tercera prueba, y la preocupación por renovar la incapacidad médica de ella, ya que continúa la presión en su sitio de trabajo para que se reincorpore a la mayor rapidez posible.