"COVID-19 me salvó la vida": supo que tenía una falla cardíaca grave mientras peleaba con el virus
Después de pasar cinco semanas en el hospital y salir bien librada del COVID-19, Angela señaló que el coronavirus le salvó la vida a largo plazo. No obstante, a corto plazo “casi la mata”.
Todo lo malo tiene su lado bueno. Esto fue lo que le ocurrió a Angela Schlegel, una sobreviviente de la nueva enfermedad del coronavirus que descubrió que tenía una afección cardiaca cuando se encontraba internada en la unidad de cuidados intensivos por el COVID-19.
Schlegel, de 36 años de edad, fue recluida el 22 de marzo en el Hospital Chelsea y Westminster, en Londres, después de pasar 11 días con síntomas del virus que ha generado una pandemia. Ese día, los estudios mostraron que tenía líquido alrededor de los pulmones y el corazón.
Posteriormente, Angela fue trasladada al centro asistencial Royal Brompton. Fue aquí donde le diagnosticaron granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (EGPA), una afección que puede dañar varios sistemas de órganos del cuerpo, entre ellos el corazón, los pulmones, las articulaciones y los nervios.
La mujer, que los pasados dos años había visitado en varias ocasiones el médico debido a que es asmática, expresó que "simplemente me dejó asombrada porque me dijeron que mi corazón no funcionaba como debería". Y es que en esos 24 meses nunca le dijeron que su corazón fallaba.
"No tenía idea de que mi corazón estaba en problemas."
"EL CORONAVIRUS ME SALVÓ LA VIDA"
Después de pasar cinco semanas en el hospital y salir bien librada del COVID-19, Angela señaló que el coronavirus le salvó la vida a largo plazo. No obstante, a corto plazo “casi me mata”.
"El coronavirus estaba sometiendo a mi cuerpo y mi corazón a mucho estrés y los médicos dijeron que había acelerado mi EPGA… Si esta condición no se hubiera diagnosticado, podría haber muerto", dijo.
Uno de sus médicos tratantes en el Royal Brompton, el Dr. Pujan Patel, confesó a BBC Breakfast que ver a la paciente Schlegel recuperarse de esta manera tuvo "gran impacto" en la moral del personal del hospital.
El profesional de la salud explicó que normalmente el corazón de una persona funciona alrededor del 50 o 60 por ciento. Pero por la EPGA que padece, cuando Schlegel fue trasladada al hospital el suyo solo funcionaba en alrededor del diez por ciento.
Angela expresó que los sanitarios que estuvieron a su cuidado la trataron de manera excepcional. Esto la ayudó anímicamente, pues también reveló que una de las partes “extremadamente difíciles” de la enfermedad es la de no recibir visitas.
Finalmente, la gerente de Aprendizaje y Desarrollo en el Museo de Historia Natural fue dada de alta el 24 de abril, después de pasar más de un mes luchando contra el COVID-19 y la EPGA y recuperarse milagrosamente.
En Italia, dos pacientes pertenecientes a los grupos de riesgo se han convertido en luces de esperanza después de lograr vencer la contagiosa enfermedad.
Se trata de un niño menor de 1 año de edad y de una ancianita de 102 años. No obstante, alrededor del mundo el COVID-19 sigue cobrando vidas, especialmente entre la población mayor.
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