Esta es la tradición de los nacimientos reales que Elizabeth II rompió cuando nació Charles
Durante muchas generaciones han existido todo tipo de tradiciones respecto al nacimiento de los bebés de la realeza, pero por fortuna para las madres algunas ya no se siguen.
Cuando se revisa con atención algunos aspectos de la vida de la realeza, esta deja de ser tan ideal. Las madres de generaciones de niños reales darían constancia de ello.
Los partos de la realeza tenían lugar en casa, lo cual no tendría nada de raro si no fuese por el detalle de que algunos funcionarios públicos debían presenciar el nacimiento para darle legitimidad al bebé.
La última vez que se cumplió tal tradición fue en 1936, cuando tuvo lugar el nacimiento de la prima de la reina Elizabeth, la princesa Alexandra. En el nacimiento de la reina Elizabeth II en 1926, el entonces ministro del Interior, Sir William Joynson-Hicks, estuvo presente.
El padre de la reina, el rey George VI, insistió mucho en cambiar esa costumbre, queriendo introducir algo de modernidad al momento del nacimiento.
Según reporta Ben Pimiott en su biografía de la reina, los investigadores del Ministerio del Interior no encontraron evidencia de que la presencia de los funcionarios públicos tuviera relación con la legitimidad del recién nacido.
Y así fue como esa terrible tradición terminó en 1948, justo antes del nacimiento del príncipe Charles. El actual heredero al trono nació en el Palacio de Buckingham, pero la privacidad de su nacimiento no fue violentada por político alguno.
Inclusive su padre, el príncipe Philip, debió correr cuando supo que había llegado el momento, ya que se encontraba jugando squash con su secretario privado. Al llegar a la habitación donde tenía lugar el nacimiento de su primogénito, aún vestía ropa deportiva.
ORIGEN DE LA TRADICIÓN
Durante el embarazo de la esposa del rey James II, Mary Beatrice, surgieron muchos rumores dudando sobre si su estado era real y se decía que fingirían el parto e introducirían a un bebé en forma clandestina.
Ante tal situación, se dice que cerca de 42 funcionarios públicos presenciaron el nacimiento de James Francis Edward en 1688.
A partir de ese evento, se hizo costumbre que los funcionarios estuvieran presentes en los nacimientos de la realeza. En 1894, la reina Victoria anunció que era responsabilidad del Ministro del Interior cumplir ese trabajo.