"¿Qué hice?": Mujer de 32 años desesperada por un bebé usa el semen de un amigo
Lindsay Bryan es una joven madre estadounidense. Tras perder a su madre, y ansiosa por no dejar los años pasar, tomó una gran decisión: la de ser mamá soltera.
Lindsay siempre supo que quería tener hijos. Había tenido una relación muy hermosa con su madre, y sentía el deseo de sentir esa experiencia desde el otro lado de la maternidad.
Con el paso de los años y de las relaciones que no fructificaron, comenzó a entender que las experiencias de su vida no tenían por qué depender de la participación de un esposo o novio. Empezó a salir a cenar, al cine y a ir de viaje por su cuenta, sin esperar a tener un compañero. Y fue la antesala de un despegue mucho más grande.
"Me había reconciliado con la idea de que tal vez nunca encuentre un esposo, pero no iba a dejar que eso me impidiera experimentar la vida con plenitud", asegura.
A los 32, recibió un duro golpe: su madre falleció. En ese punto, viendo la vida que pasaba de largo, tomó una determinación: no iba a esperar más.
Llevaba algún tiempo barajando la idea de ser madre por donación. Los costos y el peso del qué dirán la retenían. Pero un amigo la animó, y se ofreció él mismo a ser su donante.
"Me embaracé al primer intento", cuenta. "¡Fue toda una sorpresa! Pero también creo que tenía que ser así, porque si no hubiera encontrado una excusa para desertar".
No fue fácil. En un comienzo, refiere, no podía dejar de pensar "¡qué hemos hecho!". Pero cuando por fin pudo ver a Jack en su primer ultrasonido, las dudas se disiparon.
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Sin su madre y con la familia lejos, Lindsay contrató doulas, acompañantes especializadas de maternidad que la ayudaron durante el embarazo. También tuvo esa asistencia durante los primeros tiempos, cuando tenía mucho que aprender como madre primeriza.
Cuenta que revelar que es madre soltera y que lo ha sido a través de un donante le ha llevado alguna que otra situación incómoda. Pero ya no se concentra en eso, y quienes realmente la quieren la han apoyado.
"Tengo a mi Jack ahora, y no puedo imaginarme la vida sin él ahora que está aquí", dice. "La maternidad es difícil, lo más difícil que me ha tocado vivir, pero también lo más satisfactorio".
Con el paso de los meses, está aprendiendo a moverse con su hijo a todas partes. Dice que ser mamá soltera tiene pros y contras, y que si bien no tener que negociar la crianza con nadie es una relativa facilidad a veces desearía tener ayuda de un compañero.
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No se ha cerrado al amor, y dice que le gustaría encontrar a alguien. Pero eso no tiene por qué entrar en contradicción con la vida que ha elegido.
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