Mujer visita la tumba de su esposo y encuentra a un niño que llora allí - Historia del día

Un día, una mujer visitó la tumba de su marido y encontró a un niño llorando. Al final, el pequeño resultó ser la clave para que ella volviera a encontrar la felicidad.

Perder a su esposo y a su hija al mismo tiempo fue un duro golpe para Nancy. Habían sido la familia perfecta antes de que la muerte los separara.

Todas las noches, Nancy tenía pesadillas de aquel fatídico día en que murieron su marido, Claudio, de 34 años, y su hija, Belén, de 4.

Claudio quería ir al estadio a ver a su equipo de fútbol favorito y Belén, que se había aficionado a este deporte, quería acompañarlo.

La familia ya había planificado la salida, pero Nancy necesitaba terminar un vestido que estaba haciendo para una clienta.

"Belén, asegúrate de cuidar a papá", dijo la madre mientras se despedía de su hija.

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Nancy besó a Claudio. Luego él puso en marcha el motor del vehículo y bajó la ventana de la puerta del pasajero para que Belén pudiera decirle adiós a su mamá.

"Adiós, mami. No nos extrañes mucho, volveremos pronto. Te quiero", dijo la dulce Belén.

Muchas horas después de que terminara el partido, Nancy seguía sin saber nada de su esposo e hija. Más tarde, recibió una llamada del hospital. Claudio y Belén habían sufrido un accidente y estaban en la unidad de cuidados intensivos.

Con el corazón acelerado, Nancy se dirigió al hospital. Cuando llegó, el médico le dio la triste noticia de que los dos habían muerto.

Nancy no pudo contener las lágrimas. Se enteró de que Claudio y Belén habían sido impactados por un vehículo que circulaba a gran velocidad mientras se dirigían al estadio. La colisión les obligó a chocar contra una valla que cayó sobre su coche y los hirió mortalmente.

El conductor del vehículo que ocasionó el accidente fue detenido, pero Nancy no quería ni verlo. Lo único que anhelaba era recuperar a su familia. Sin embargo, eso era imposible.

Después del funeral, Nancy visitó sus tumbas con frecuencia para hablar con ellos. Los echaba mucho de menos y todas las noches tenía pesadillas sobre el accidente.

Habló con un terapeuta sobre sus pesadillas y le dijo que todavía estaba luchando con su dolor y que necesitaba tiempo para salir de él. "Me gustaría que todo terminara", dijo Nancy. "No sé cuánto tiempo podré soportar esto".

Las pesadillas de Nancy continuaron, y finalmente encontró la manera de vivir con ellas. Poco a poco, empezó a recoger los pedazos de su vida.

Una noche, estaba durmiendo cuando tuvo otra pesadilla. Esta vez, Belén y Claudio la llamaban y le pedían que fuera al cementerio donde estaban enterrados.

Nancy saltó de su cama y se lavó la cara. Eran las 3:00 de la mañana, pero eso no le importó. Condujo hasta el cementerio y corrió hacia las tumbas de su difunto marido e hija.

"Clau, Belén, ¿qué pasa? Los escuché y vine", dijo, corta de aire. Estando allí, oyó a un niño que lloraba. Siguió el sonido para encontrarlo. Tenía miedo, pero siguió adelante hasta encontrar a un chico de unos 10 años.

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Se acercó a él y lo tomó de la mano. Nancy secó las lágrimas del niño y le preguntó por qué estaba llorando en el cementerio. "Estoy llorando porque mi madre murió y mi padrastro me ha echado de casa", respondió.

"Me llamo Óscar. Mi padre murió en el servicio militar. Además, mis abuelos también fallecieron", expresó mientras luchaba por contener las lágrimas.

El niño reveló que su padrastro se había portado mal con él desde que su mamá murió y que lo botó de la casa. "No tenía ningún sitio al que ir. Así que vine para estar con mi madre, que está enterrada aquí", dijo Óscar.

Óscar le suplicó a Nancy que no hablara de él a la policía. Ella lo abrazó y lo llevó a su casa, donde le preparó una deliciosa comida. Después de comer, Óscar durmió plácidamente.

Cuando Nancy se despertó al día siguiente, vio que él había limpiado la casa y estaba sentado tranquilamente en el salón.

Ella amaba eso de él y preparó el desayuno para que comieran. Sin embargo, sabía que debía notificar la situación ante las autoridades.

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Nancy llamó a la policía para denunciar al padrastro de Óscar. También se puso en contacto con los servicios sociales para hablar del niño, y ellos vinieron y se lo llevaron. Cuando Óscar se marchaba, se sentía triste y miraba a Nancy con nostalgia.

Después de que se fuera, ella siguió pensando en él. Un día lo visitó en el centro de acogida al que lo habían llevado. Óscar se alegró mucho cuando vio a Nancy.

"¡Mira, mi mamá está aquí!", gritó.

Cuando Nancy lo oyó, lloró. Entonces comprendió que debía convertirse en la madre de acogida de Óscar y realizó los trámites necesarios para adoptarlo.

El proceso se llevó a cabo con éxito y Óscar se convirtió en su hijo. Nancy lo quería mucho y siempre estaba a su lado. Gracias a él, pudo encontrar nuevamente la felicidad y más nunca tuvo pesadillas.

Un día visitó las tumbas de Belén y Claudio y les dijo: "Gracias por traerme a Óscar. Es el mejor regalo de todos". Nancy nunca se volvió a casar y vivió feliz junto a Óscar.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Ayuda a los demás: Nancy estaba en su derecho de no ayudar a Óscar cuando lo vio en el cementerio, pero decidió hacerlo. Gracias a esta acción encontró un propósito para vivir.
• No seas malo con los niños: El padrastro de Óscar lo echó de casa a pesar de que el pobre niño no podía valerse por sí mismo. Los padres y tutores deben ocuparse de sus hijos y asegurarse de que están bien atendidos.

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