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Un diario sobre una cama | Foto: Shutterstock
Un diario sobre una cama | Foto: Shutterstock

Hombre se burla de esposa por engordar después de dar a luz: él halla su diario tras ser hospitalizada - Historia del día

Mayra Pérez
03 mar 2022
18:20

Un hombre se burla de su esposa por aumentar de peso después de tener gemelos, pero descubre lo equivocado que está cuando es llevada de urgencia al hospital luego de desmayarse.

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Desde que Lisa Torres podía recordar, siempre había logrado hacer un perfecto balance entre el trabajo y las tareas domésticas. Trabajaba como contadora en una firmas de renombre en su ciudad, y a pesar de su estricto horario, su hogar lucía impecable.

Se levantaba puntualmente a las 5 a. m., preparaba el desayuno para ella y su esposo Carlos, llegaba al trabajo a tiempo y regresaba a casa a tiempo para comenzar a preparar la cena.

Carlos se había mostrado solidario y con frecuencia colaboraba con las tareas del hogar. Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar después de convertirse en padres.

Ellos estuvieron felizmente casados ​​durante 3 años, y después de varios intentos por tener un bebé, la prueba de embarazo finalmente mostró dos líneas. ¡La pareja estaba encantada!

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Después del parto, Lisa decidió tomarse un descanso del trabajo y pasar tiempo con sus bebés, y se convirtió en ama de casa a tiempo completo. Aunque su principal motivación fue pasar tiempo con sus hijos, a Carlos le pareció simple pereza.

“Todo lo que haces es pasar el día sentada en ese sofá, Lisa. ¡Al menos empieza a hacer ejercicio! ¡Solo mira cuánto peso has ganado después del embarazo! ¡Perder algunos kilos te vendría muy bien!”, le decía con un dejo de desprecio en la voz.

Lisa se había sentido molesta y deprimida por las palabras de Carlos, y por el hecho de que no valoraba su trabajo como ama de casa y madre. Sin embargo, decidió dejarlo pasar y justificó su actitud por sus problemas en el trabajo.

Muy pronto, comenzó a sentir que Carlos estaba perdiendo interés tanto en ella como en su matrimonio. Se dio cuenta de que él no parecía apreciarla y había dejado de colaborar con las labores del hogar.

Cuando ella sugería pasar tiempo juntos, él evitaba responder y se iba a la cama. Lisa decidió que tendría que hablar con él antes de que fuera demasiado tarde y lo confrontó.

“Cariño, entiendo que has estado preocupado por el trabajo últimamente, pero acordamos no ocultarnos nada”, comentó suavemente. “He notado que algo te está molestando”.

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Carlos se había encogido de hombros. “No pasa nada, Lisa. Está todo bien”, respondió imperturbable, con la mirada fija en su computadora portátil.

“¿Estás seguro, Carlos? Quiero decir, me he dado cuenta…”.

“¿De qué te has dado cuenta, Lisa?”, gritó Carlos. “¿Puedes dejarme trabajar en paz? ¿Por qué tienes que meterte en todo? Usa esa energía para arreglarte. ¿Cuándo fue la última vez que te miraste en el espejo?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Los ojos de Lisa casi se llenaron de lágrimas. “¡Carlos!”, exclamó con dolor.

“¿Qué? ¿Vas a ponerte a llorar y hacerme ver como la mala persona aquí? ¡Hazlo! De todos modos, ¡no veo sentido en seguir así! Mira a tus amigos y luego échate un vistazo a ti misma. ¿Por qué no puedes perder algo de peso? ¡Explícame!”, dijo mientras se ponía de pie.

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“¿Es que estás haciendo esto a propósito para que quiera irme? ¿Estás viendo a alguien a mis espaldas? ¿Dónde sueles desaparecer temprano en la mañana, eh? Y no regresas hasta que me despierto”.

“¿Hablas en serio, Carlos? ¿Crees que te estoy engañando?”.

“¿Cómo puedo saberlo, Lisa? Tal vez te hayas dado cuenta de que no vamos a durar. Ya no quieres trabajar. Dices que quieres cuidar a nuestros hijos, pero creo que es una excusa para quedarte en casa y disfrutar de tiempo libre”.

“Podríamos contratar a una niñera, ¡pero no! ¡QUIERES QUEDARTE EN CASA, SEGUIR COMIENDO Y SUBIR MÁS DE PESO! ¡BIEN, SIGUE HACIÉNDOLO!”, espetó mientras se iba.

Lisa no pudo pronunciar una palabra. Se echó a llorar cuando Carlos se alejó, sin siquiera voltear. Ella salió corriendo de la habitación. Él se dedicó a trabajar en su computadora portátil cuando escuchó un fuerte golpe.

De inmediato se dirigió hasta la habitación de sus gemelos, pensando que de ahí provenía el sonido. Para su sorpresa, su esposa estaba inconsciente en el suelo. “¡Lisa! ¿Qué te pasa?”, preguntó, tratando de despertarla, pero fue imposible. Llamó al 911 y la llevaron al hospital.

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Le pidió a su vecina, la Sra. Clavijo, que cuidara de los gemelos mientras él acompañaba a su esposa en la ambulancia. Los médicos le informaron que Lisa estaba estresada y débil, razón por la cual colapsó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando Carlos regresó a casa, se tiró en la cama con las manos enterradas en su rostro mientras reflexionaba sobre cómo había atacado a Lisa.

“¡Tal vez fui demasiado duro esta vez! Me pregunto por qué las cosas se están saliendo de control”, pensó Carlos mientras se levantaba y comenzaba a limpiar la cama. Cuando quitó la manta, un diario cayó al suelo.

Lo recogió y se dio cuenta de que era el diario personal de Lisa. “¡Leer las cosas de otra persona no está bien!”, pensó inicialmente, pero luego la curiosidad se apoderó de él y lo abrió. La primera página, hablaba del nacimiento de sus mellizos Lucas y Leonardo.

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“¿Qué mejor día para iniciar una amistad contigo que hoy? ¡No puedo decirte lo feliz que estoy ahora mismo! ¡POR FIN SOY MADRE! ¡MUCHAS GRACIAS, DIOS! Realmente no puedo expresar lo maravilloso que fue sostener a mis bebés. Solo espero convertirme en una buena madre.

Vi la gran emoción que sintió Carlos después de mirar a los bebés. Es posible que mis niños lo prefieran a él si se convierte en el padre divertido, pero amaré tanto a mis hijos que con seguridad solo querrán estar conmigo, ¡ja, ja, ja!”.

Mientras leía página tras página, Carlos se fue olvidando de todo lo que lo había estado molestando; sus labios temblaban mientras sonreía. Lisa había anotado prácticamente todo lo que había hecho por sus mellizos y lo feliz que se había sentido después de eso. Pero unas líneas llamaron su atención de inmediato.

“Estoy muy triste hoy. No sé si hice algo mal, pero Carlos parece muy desconectado estos días. Quiero decir… todavía está jugando con los bebés como solía hacerlo, pero siento que nos estamos alejando mucho. ¿Debería hablar con él? Tal vez es por su trabajo. Debe mantener a toda la familia, y quizás esté estresado. Espero que las cosas mejoren pronto”.

Ahora no podía parar de leer, y muy pronto una ola de culpa lo inundó.

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“¡Ya no sé qué hacer! ¿Carlos quiere dejarme? ¡Dijo algo que nunca me esperé de él! ¡Se burló de mí por mi peso y ni siquiera me dio la oportunidad de explicarme! Me siento muy cohibida. ¿Está dejando de amarme? Necesito hablar con él, pero no sé… ¿Será buena idea?”.

Pasó a la página siguiente y a la siguiente, y esta vez, lo que leyó más lo hizo arrepentirse aún más de cómo había estado tratando a Lisa durante tanto tiempo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¡Se me ocurrió esta fantástica idea para bajar de peso! Estaba probando yoga y meditación antes, ¡pero Carlos me repetía que no quería perder peso! Está demasiado ocupado para notar mis esfuerzos. Espera y verás.

Bajaré de peso y lo sorprenderé en nuestro aniversario de bodas. ¡Mi amiga Tina me acaba de decir que hay un gimnasio que puede ayudarte a perder peso en una semana! ¡DIOS MÍO! ¡Estoy tan emocionada!”.

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Se secó las lágrimas mientras pasaba a la página siguiente.

“Perdón por no escribir por un tiempo. ¡Estoy terriblemente agotada estos días! Esa gente del gimnasio comienza a trabajar temprano en la mañana. ¡Me dieron suplementos y su dieta es una locura! Siento náuseas después de comer las cosas crudas que me indicaron.

Y Carlos... simplemente no deja de burlarse de mí. Estoy muy cansada de todo esto. No sé si puedo soportarlo por más tiempo…”.

Carlos no pudo evitar sentirse culpable en este punto. “¿Estaba tan cegado que ni siquiera me di cuenta de que lo estaba intentando? ¿Y por qué demonios tuve que burlarme de ella? ¡Es mi esposa, a la que amo con todo tu corazón! Tengo que compensarla”, pensó.

Luego de tomar esa decisión, fue a ver a Lisa al hospital, la sorprendió con un ramo de sus flores favoritas y una tarjeta que decía: “¡Mejórate pronto, cariño! ¡Los niños y yo te extrañamos! El hogar no se siente bien sin ti”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Después de recibir las flores y la tarjeta, Lisa se permitió sentir emoción. Hacía mucho tiempo que su esposo no hacía nada especial por ella. “Gracias, Carlos”, susurró, con los ojos llorosos. “Yo…”.

“No necesitas decir nada, Lisa. Fui malo contigo y dije cosas que no debería haber dicho. ¡Lo siento! Eres hermosa tal como eres, ¡y todo lo que dije sobre tu apariencia fue una tontería! ¡He sido un idiota por decir todo eso!”, añadió, abrazándola.

“Oh, Carlos... está bien”, murmuró, abrazándolo con fuerza.

“Trataré de ser un mejor esposo, padre y compañero, Lisa. Te lo prometo”, le dijo.

Cuando a Lisa le dieron el alta, Carlos la sorprendió con una cita para cenar a la luz de las velas. Toda la habitación estaba bellamente decorada y una canción romántica sonaba de fondo. Abrió una silla para ella y le sirvió vino.

Más tarde, se arrodilló y preguntó: “Entonces, señora Lisa Torres, ¿le gustaría bailar conmigo?”. Lisa asintió y se besaron apasionadamente mientras se abrazaban.

A partir de ese día, Carlos ha sido un hombre completamente diferente y Lisa aún no sale de su asombro. Él colabora con las labores domésticas, la invita al cine los fines de semana y, con frecuencia le dice: “Te amo, cariño”.

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Lisa todavía sigue yendo al gimnasio, pero descartó seguir cualquier dieta que posiera en riesgo su salud. Se ha concentrado en mantener una alimentación saludable.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Acepta a las personas por lo que son y no por cómo se ven. Carlos comenzó a burlarse de Lisa por haber aumentado de peso después del parto, poniendo de lado el amor que siempre sintió por ella.
  • La verdadera belleza reside en el corazón. Lisa era una madre y esposa maravillosa, pero Carlos no lo entendió hasta que leyó su diario personal.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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