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Un supermercado | Foto: Shutterstock
Un supermercado | Foto: Shutterstock

Mamá se burla de hombre sucio en tienda: descubre su identidad cuando llevan a su hijo al hospital al día siguiente - Historia del día

Una mujer en una tienda de comestibles reprende a un extraño por su atuendo andrajoso y lo llama "sucio". Al día siguiente, se arrepiente de sus acciones cuando su hijo ingresa en el hospital y se encuentra nuevamente con el extraño.

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Noel Cedeño, de 37 años, era un devoto hombre de familia. Tenía una esposa encantadora, Clara, y tres hijos queridos, Mireya, Juan y Henry.

Se habían mudado recientemente a la casa de sus sueños, pero aún quedaba mucho trabajo por hacer para terminar de instalarse.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Una tarde, después de arreglar los muebles y terminar algunas reparaciones en la casa, Noel decidió hacer un mandado rápido a la tienda de comestibles para comprar algunas verduras y bocadillos.

Los niños habían estado comiendo afuera por algún tiempo, pero ahora que la cocina estaba lista, Clara decidió preparar algo para ellos.

Noel tenía algunas manchas de pintura y aserrín por toda la ropa, pero estaba demasiado cansado para cambiarse, así que condujo hasta el supermercado sin pensar mucho en su apariencia.

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Cuando terminó de recoger lo que iba a comprar, se paró en la fila frente al cajero, esperando su turno para pagar. De repente escuchó una voz detrás de él.

“¡Aléjate de él, José! ¿No ves que ese hombre está sucio?”.

Cuando Noel se dio la vuelta, notó que una mujer vestida con ropa elegante sostenía la mano de un niño y lo miraba fijamente. “¡Mamá, por favor, cállate! ¡Ahora nos está mirando!”, dijo el niño.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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El hombre se preguntó si ella realmente lo estaba reprendiendo descaradamente. “Disculpe, ¿estaba... umm... diciendo algo sobre MÍ?”, preguntó él, desconcertado.

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La mujer no dudó ni un segundo antes de arremeter contra él abiertamente. “¿Quién más en esta fila cree que parece un mendigo? Puede que no lo sepa, pero esta tienda de comestibles es donde compran todos los ricos de este vecindario.

“¡Los mendigos como usted no son bienvenidos en un lugar tan público! ¡Solo le advertía a mi hijo que se mantuviera alejado de un hombre sucio como usted!”.

“¡Vaya! ¡No puede hablar en serio!”, dijo Noel y luego se alejó de ella. Pero luego se giró para mirarla de nuevo y dijo: "¡Cuidado con lo que dice, señora! ¡La vida da muchas vueltas! Nunca se sabe lo que sucederá en el siguiente segundo”.

La mujer siguió murmurando cosas horribles sobre Noel, pero él la ignoró, pagó la cuenta y salió de la tienda.

Sin embargo, varios días después, ella se arrepintió cuando su hijo fue llevado al hospital en estado crítico.

El día después de este incidente, José sufrió un terrible accidente y fue trasladado de urgencia al hospital. Su estado era crítico y necesitaba cirugía inmediata.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La mujer grosera, Marta, estaba llorando a gritos en el hospital. “¡Comuníquese con el mejor médico! ¡Si algo malo le sucede a mi hijo, voy a demandar a este hospital!”, gritó ella a todo pulmón.

En ese momento, la mujer vio a Noel caminando hacia ella y su hijo inconsciente. “¿Qué diablos está haciendo él aquí?”, se preguntó.

El hombre corrió hacia la camilla del niño y examinó su estado. “¡Llévenlo al quirófano ahora mismo!”, exclamó, luego se giró hacia una enfermera. “¿Quién es el tutor del paciente?”.

La enfermera señaló a Marta y Noel la reconoció de inmediato. Dejó de lado su encuentro anterior y la consoló diciendo: “No se preocupe, señora. Su hijo estará bien. Está en buenas manos. Solo ore por él, ¿de acuerdo?”.

“Entonces, ¿usted es el mejor doctor aquí?”, preguntó con la voz quebrada. Noel no llevaba su bata de médico y acababa de llegar al hospital, por lo que no tenía idea de que él era el mejor cirujano allí.

“¿Estará bien mi hijo?”, preguntó llorando.

Noel sonrió y le aseguró que nada malo le pasaría al pequeño. “Le aseguro que estará bien. ¡Créame! ¡Haré todo lo que esté a mi alcance para salvarlo!”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Marta asintió. “¡Gracias! ¡Por favor ayúdenlo!”.

Noel le dedicó una sonrisa reconfortante y se apresuró al quirófano. La cirugía duró más de dos horas y fue un éxito. José tendría que permanecer un tiempo en el hospital bajo observación, pero se esperaba que se recuperara rápidamente.

Marta se echó a llorar cuando Noel le contó las buenas noticias. El padre del niño estaba de viaje de negocios y llegaría esa noche porque solo pudo conseguir pasaje para el vuelo nocturno.

“Doctor, lamento mucho mi exabrupto de ayer...”, le dijo la mujer a Noel en tono de disculpa. “Estoy muy avergonzada. Independientemente de cómo lo traté, usted nos ayudó...”.

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“Está bien, señora”, le aseguró el doctor. “Aunque salvar vidas es mi trabajo, de igual forma habría ayudado a un desconocido incluso si no hubiera sido médico. Debemos ayudarnos unos a otros en momentos de necesidad”.

“Ahora que aclaramos las cosas, olvidemos lo que sucedió en el pasado. ¡Puede ir a ver a José en un rato! Y sí, tratemos de no sacar conclusiones demasiado rápido”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Mi ropa estaba hecha un desastre ese día porque me acababa de mudar a una casa nueva y estaba ocupado con algunas reparaciones y organizando”.

“Lo siento de nuevo. Y gracias...”, respondió la mujer antes de dirigirse a la habitación donde tenían a su hijo.

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Noel, que había recibido un ascenso el mes anterior, se había mudado al vecindario de Marta por motivos de trabajo. Se alegró de que la madre cambiara de opinión y se diera cuenta de su error.

Después de que José se recuperó, la mujer y su esposo visitaron al médico y su familia para expresar su gratitud por haber ayudado a su hijo.

Con el tiempo, las dos familias se hicieron cercanas y el niño comenzó a visitar frecuentemente la casa de Noel para pasar tiempo con Mireya, Juan y Henry.

Sin embargo, Marta seguía sintiéndose terrible por haber arremetido contra el hombre aquel día en la tienda de comestibles.

Cada vez que sus familias se reunían para cenar, Noel sacaba el tema por diversión y todos bromeaban al respecto, haciendo que las mejillas de la mujer se sonrojaran de vergüenza.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • El hombre propone, Dios dispone. Marta nunca hubiera imaginado que la persona a la que había insultado por su ropa desordenada resultaría ser el salvador de su hijo. Afortunadamente, se dio cuenta de su error y se disculpó con Noel.
  • A veces, nuestros momentos de dolor y pena nos enseñan a ser humildes con quienes nos rodean. No fue hasta que José tuvo un terrible accidente y requirió la ayuda de Noel que Marta se dio cuenta de que había hecho algo terrible al burlarse del hombre.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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