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Autobús escolar y niños | Foto: flickr.com/woodleywonderworks (CC BY 2.0)
Autobús escolar y niños | Foto: flickr.com/woodleywonderworks (CC BY 2.0)

Niño se burla de compañero sordo, sin notar a su papá acercarse a sus espaldas - Historia del día

Susana Nunez
24 mar 2023
07:40

Zach se burla de su compañero sordo y se enzarza en una pelea, sin saber que su padre lo está viendo todo. Pronto descubrirá que se ha metido en un gran lío y deberá aprender una agridulce lección de vida.

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Cuando la esposa de Daniel murió repentinamente y él se convirtió en padre soltero, la vida se le complicó mucho. Le suplicó a Dios que le ayudara a encontrar una niñera, porque Zach nunca fue un niño fácil.

Daniel era muy dedicado a su trabajo y no podía estar allí para su hijo porque era policía. Las cosas eran distintas cuando vivía la madre del niño. Ella se ocupaba de la casa y de Zach.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Con su muerte, la vida de Daniel parecía estar tocando fondo. Casi no comía ni dormía, y ni siquiera tuvo tiempo de llorar su pérdida. Zach solo tenía dos años, y él tenía que hacer malabarismos entre la crianza y sus obligaciones como policía.

Afortunadamente, pronto encontró una excelente niñera y pudo volver a su trabajo. Pero con el paso del tiempo, Zach se resintió por el ajetreo constante de su padre y su falta de tiempo para él.

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Daniel prácticamente se había volcado en el trabajo desde que perdió a su mujer, y apenas pasaba tiempo con su hijo. A veces volvía a casa tarde, de madrugada, e incluso trabajaba los fines de semana.

No había cenas con pizza en su casa, y Daniel nunca llevaba a Zach de excursión, a partidos de béisbol, ni hacía las cosas divertidas que hacen otros padres. El niño ansiaba su atención y envidiaba a sus amigos con padres atentos, cariñosos y geniales.

No malinterpretes a Daniel. Él también era un padre cariñoso, pero su forma de criar a su hijo era diferente. Aunque no pasaba tiempo con él, era muy dedicado.

Iba a la habitación del niño, le besaba la frente y le susurraba "Te quiero" mientras el pequeño dormía profundamente, por muy tarde que llegara a casa del trabajo. Y todas las mañanas, antes de irse a trabajar, le preparaba el desayuno y le dejaba una nota con un mensaje.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡Solo los padres afortunados como yo tienen un hijo tan especial como tú! Te quiero, campeón".

"¡Come bien, campeón! Hasta luego!".

"¡Te quiero, hijo! Todo lo mejor para tu competición escolar. Lo siento, no podré ir".

"Diviértete en la escuela, campeón. Esta noche te traeré tu tarta favorita… Para compensarte por cancelar nuestra excursión al parque de atracciones :)".

Pero Zach no quería esas notas, ni el desayuno, ni los besos de buenas noches. Quería que su padre estuviera a su lado. Así que un día, le dijo a Daniel que lo quería en casa para que pudieran pasar tiempo juntos. Era domingo y estaban desayunando.

"Papá, ¿puedes quedarte en casa conmigo?", preguntó Zach. "Te echo de menos. Podríamos comer pizza y ver películas".

"¡Bueno, campeón, sabes que estaré de servicio para atrapar a los malos! Por desgracia, no se abstienen de hacer las cosas malas los fines de semana, así que debo trabajar. Contraté a una niñera para que tengas compañía en casa; será divertido".

"¡Pero papá, no la quiero a ella! Te quiero a ti!".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Hoy no voy a poder, hijo, lo siento. Quizá le pregunte a mi supervisor si puedo tomarme el próximo sábado libre. Ahora termina rápido de desayunar. Lavaré los platos antes de irme".

Zach estaba muy enfadado. ¿Qué clase de padre haría eso? ¿Cómo podía su padre anteponer el trabajo a él? ¿Su padre ya no le quería?

Al día siguiente, en el colegio, el niño estaba de muy mal humor. "¡Eh, Zach! ¿Vienes a mi casa esta noche? Mis padres no están y podemos jugar a los videojuegos toda la noche", le preguntó uno de sus amigos, pero él lo rechazó.

No quería hacer nada. Lo único que quería era pasar tiempo con su padre.

"¿Estás bien?", volvió a preguntar su amigo, y Zach perdió la calma.

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"¡Déjame en paz, Tim! He dicho que no".

Poco después entró la profesora de la clase, la señora Rodríguez, y los niños volvieron apresuradamente a sus pupitres.

"¡Buenos días, clase!", dijo alegremente. "Hoy tenemos con nosotros a un amigo especial. Por favor, denle una calurosa bienvenida a Ronnie. Lo acompaña su padre, el señor Farías".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Entonces Ronnie entró en la clase, y la señora Rodríguez dijo: "Ronnie es un niño muy inteligente, y aunque no puede oírnos, puede entendernos si nos comunicamos con él utilizando el lengua de señas. A partir de hoy, lo aprenderemos juntos".

La señora Rodríguez empezó a enseñar a todos a decir "hola" en lengua de señas, y Ronnie sonrió alegremente mientras saludaba a todos. Zach no se alegró de ver que el padre de Ronnie le había acompañado a clase.

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Estaba muy celoso de que Ronnie tuviera un padre tan cariñoso, mientras que el suyo nunca le dedicaba tiempo. Así que lo eligió como blanco para descargar su ira.

"¡Eres un perdedor!", susurró Zach mientras empujaba a Ronnie por la espalda. El pobre chico tropezó y cayó al suelo.

"¿Qué tienes de especial? Ni siquiera nos escuchas!", continuó Zach.

Ronnie tenía lágrimas en los ojos, y mientras se sacudía el polvo de las rodillas e intentaba volver a ponerse en pie, Zach volvió a empujarlo al suelo. "¡Eso es lo que te mereces, perdedor!", gritó, sin saber que su padre lo estaba viendo todo.

Sigilosamente, Ronnie recogió arena del suelo con los puños, se puso en pie de un salto y se la arrojó a Zach a la cara. "¿Qué has hecho? ¡Mis ojos! No puedo ver!".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Ronnie intentó huir mientras Zach se frotaba los ojos con impotencia. Pero no fue lo suficientemente rápido y por tercera vez, fue empujado al suelo.

"Creías que podías salirte con la tuya, ¿verdad?", gruñó Zach.

Zach sujetó al niño contra el suelo, y el pobre chico no podía quitárselo de encima. Sus compañeros estaban ocupados grabando toda la pelea con sus teléfonos en lugar de ayudarlo.

Algunos animaban a Ronnie, mientras que otros animaban a Zach. Pero pronto, todos los chicos huyeron de la escena cuando a Zach lo agarraron por detrás, y sintió unas esposas alrededor de las muñecas.

"¡Suéltame!", gritó, mientras Ronnie se ponía en pie y echaba a correr. Cuando Zach se volteó, no podía creer lo que veía.

"¡Estás detenido, jovencito!", dijo Daniel. Zach se sobresaltó al ver a su padre en el colegio y saber que lo había esposado.

"¿Papá? ¿Qué haces aquí?".

"¡Vienes conmigo ahora mismo!", dijo enfadado. "¡Y el resto de la conversación la tendremos en casa!".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Zach tragó saliva mientras su padre le llevaba al coche. "¡Sube!", dijo rígidamente, y el niño estaba demasiado aterrorizado para protestar.

De camino a casa, Daniel no pronunció ni una palabra. Zach quería pedirle que le quitara las esposas, pero estaba muy asustado para abrir la boca. Su padre nunca se había enfadado tanto con él.

Cuando llegaron a casa, Daniel lo sentó y le dijo: "¡Estoy muy avergonzado por lo que has hecho! ¡No podía creer que mi hijo estuviera peleándose en el colegio! ¿Esto es lo que has estado haciendo a mis espaldas?".

"No era mi intención, papá", dijo Zach mansamente. "Ha sido culpa de Ronnie. ¡Cree que tenemos que ser amables con él porque es sordo! Y su padre también lo piensa. ¿Sabías que vino a nuestra clase con él? ¡Lo quiere solo porque es sordo! Eso me molestó!"

Daniel se escandalizó al ver a su hijo hablar de esa forma. "¡Deja de mentir, Zach!", le dijo. "¡Lo vi todo! ¡Fuiste el primero en atacarle! Estaba en tu colegio para hacer unos trámites".

"¡Tu profesora no hacía más que alabarte hasta que salimos de su despacho y te vimos allí! ¿Cómo pudiste ser tan malo con un chico como Ronnie, Zach? ¿Es eso lo que te enseño en casa?".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Los padres quieren a sus hijos incondicionalmente, Zach. ¡El padre de Ronnie le quiere porque eso es lo que hacen los padres! ¡Quieren incondicionalmente a sus hijos!".

Antes de que Zach pudiera decir nada, Daniel anunció que estaría castigado en casa. "¡Y no verás la tele ni jugarás a videojuegos! Lo único que harás serán los deberes, ¡y me aseguraré de que entiendas que no puedes salirte con la tuya haciendo daño a los niños que son diferentes a ti!".

Zach no comprendió del todo lo que quería decir su padre hasta el día siguiente, cuando se despertó y bajó las escaleras a toda prisa. Saludó a su papá, pero él fingió no oírle.

"¡Papá!", gritó Zach al ver a Daniel desayunando solo. "¡Papá! ¿No vas a prepararme el desayuno? Muero de hambre!".

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Daniel terminó de comer, fregó los platos y se fue a trabajar. No cocinó nada para Zach, ni le dejó una de esas notas amorosas. El niño estaba perplejo. ¡Su padre nunca había dejado de prepararle el desayuno!

Cuando Daniel llegó a casa aquella tarde, Zach le dijo que tenía hambre porque no había comido nada en todo el día, pero su padre no dijo nada.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡Papá!", gritó Zach. "¿Por qué haces esto? Mira, lo siento, ¿está bien?".

Daniel no contestó.

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"¡Papá!". Zach volvió a intentar llamar su atención. "¡Me prometiste que me comprarías un par nuevo de zapatillas! ¿Podemos ir de compras este domingo?".

Daniel no respondió.

Zach tenía lágrimas en los ojos. "Papá…", dijo con voz temblorosa. "¿Podemos pasar un rato juntos ahora que has llegado a casa? ¿Quieres jugar conmigo, papá? ¿Por favor?".

Daniel no dijo ni una palabra y desapareció en su dormitorio. Minutos después, salió vestido informalmente y empezó a preparar la cena.

Zach se sentó en el sofá, con los ojos llenos de lágrimas. "¿Por qué no me habla?, se preguntó. "Sé que me ignora intencionadamente".

"¡Papá!", gritó esta vez. "¡Mira cómo revuelvo los cojines! ¿No te vas a enfadar conmigo?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Zach revolvió todo el salón. Daniel lo miraba, pero no dijo nada. Cansado de conseguir que su padre hablara con él, el niño se hundió en el sofá y se tapó la cara con un cojín.

"¿Cómo puedes no enfadarte cuando estoy tirando cosas? ¿Qué te pasa, papá?", preguntó.

Una hora más tarde, la cena estaba lista. Daniel puso la mesa y empezó a comer. Justo entonces, Zach corrió hacia él, con una hoja de papel en las manos. Había garabateado en ella un mensaje que decía:

"¡PAPÁ! POR FAVOR, HABLA CONMIGO. LO SIENTO. TE PROMETO QUE NO VOLVERÉ A PELEAR CON RONNIE. POR FAVOR".

Daniel sonrió mientras se quitaba los auriculares y bajaba el tenedor. Sabía que su hijo por fin había aprendido la lección.

"¿Por fin has entendido que no puedes criticar a alguien sin ponerte en su lugar antes?", preguntó. "¿Cómo te sentiste cuando llevé tapones todo el día y no pude oírte? ¿Te sentiste mal? ¿Te das cuenta de lo horrible que debió de sentirse Ronnie cuando le hiciste daño sin motivo?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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En ese momento, Zach se dio cuenta de la magnitud de sus acciones. No debió haberse burlado de Ronnie y mucho menos agredirlo. "Lo siento, papá", dijo. "No estuvo bien".

"Así es, pero yo también tengo que pedirte disculpas, hijo", dijo Daniel, sorprendiendo al chico.

"¿Por qué tienes que disculparte, papá? Fue culpa mía. Me equivoqué".

"No, hijo", dijo Daniel, sacudiendo la cabeza. "Aunque te equivocaste al empujar a Ronnie, lo que dijiste el otro día se me quedó grabado. Me hizo darme cuenta de que te sentías fatal porque el padre de Ronnie estaba ahí para él, y yo no. ¿Estoy en lo cierto?".

Zach asintió con lágrimas en los ojos. "De acuerdo", dijo Daniel. "Enmendemos ambos nuestros errores. Recuerda que solo una persona de buen corazón puede aceptar sus defectos y trabajar en ellos para mejorar…".

Cuando Zach fue al colegio al día siguiente, se disculpó con Ronnie y prometió no volver a lastimarlo. Se dio cuenta de que era un niño agradable y hasta descubrió que la lengua de señas era increíble, así que le pidió que le ayudara a aprenderla. Con el tiempo se hicieron amigos.

Por otra parte, Daniel dejó de trabajar los fines de semana y empezó a volver a casa puntualmente porque se dio cuenta de que su hijo lo necesitaba.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños necesitan tanto calidad como cantidad de tiempo con sus padres. Zach estaba celoso de que Ronnie tuviera un padre presente, a diferencia de él. Estaba tan enfadado por eso que acabó peleándose con el niño.
  • Solo puedes comprender la difícil situación de alguien cuando te pones en su lugar. Cuando Daniel dejó de contestar a Zach, el niño pudo entender lo que vivía Ronnie todo el tiempo.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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