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El pasillo de un hospital | Foto: Shutterstock
El pasillo de un hospital | Foto: Shutterstock

Padres echan a su hija por desobediente y tras 17 años la mamá se reencuentra con ella en el hospital por casualidad - Historia del día

Vanessa Guzmán
15 nov 2024
15:21

Una pareja controladora echó a su hija por desobediente: ella prosperó lejos de su hogar y luego se convirtió en la heroína que su madre necesitaba.

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Marcos y Susan Contreras eran auténticos campesinos. Los dos tortolitos eran granjeros que vivían en un pequeño pueblo con hermosos paisajes y gente que sabía casi todo el uno del otro.

La pareja había estado casada durante décadas, pero solo habían podido tener una hija a la que llamaron Karen. Junto a su perro, un pastor alemán llamado Spike, formaban una familia feliz. La finca donde habitaban y cultivaban se había transmitido de generación en generación durante casi 100 años.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Los Contreras estaban orgullosos de continuar con el negocio de sus antepasados. "Somos como la realeza entre los granjeros", le decía Susan a Karen todas las noches cuando la metía en la cama.

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"¿Eso me convierte en una princesa?", preguntaba la niña alegremente.

"Claro cariño, eres la heredera al trono", decía Susan.

Karen le creyó, por supuesto. Era su madre; ¿En quién más pondría su fe?

La niña se comportaba como una reina, actuaba amablemente con los demás y tenía buenos modales, incluso con los que estaban debajo de ella. Todo fue el resultado de su intento de estar a la altura de los estándares de sus padres.

Su madre le imploró que actuara como la realeza, mientras que su padre era más insensible y estricto con ella. A menudo imponía castigos por cada vez que ella lo desobedecía hasta que supiera que no debía enfadarse con él de esa manera.

Ella escuchó todas sus instrucciones, pero el deseo de hacer algo más además de la agricultura creció dentro de ella a medida que pasaban los años.

Era lo único a lo que no se comprometería por sus padres. No quería heredar la granja. Ella tenía sus propios sueños y ambiciones.

"Quiero vivir en una gran ciudad y hacerme un nombre", decidió un día después de una discusión particularmente desagradable con sus padres sobre la granja.

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Las peleas aumentaron a medida que ella crecía, y cuando cumplió 18 años, comenzaron a echarla de su casa. "Si no nos escuchas, entonces no tienes por qué vivir bajo nuestro techo", le decían.

Por lo general, se quedaba en la granja hasta que sus padres se calmaban y volvía a entrar a casa. Pero ese día decidió que sería mejor no regresar.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Se fue con su novio, un chico rico llamado Pedro, a la casa de su familia. Él había sido capaz de convencerla de que a sus padres les gustaría.

Cuando se presentó ante la familia de Pedro, reveló que sus padres la habían echado. "O se salen con la suya o me hacen ver por qué mi elección es incorrecta, pero sé que no lo es", les dijo.

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Los padres de su novio la escucharon abrir su corazón y se compadecieron de ella. "Lamento que hayas tenido que pasar por lo que hiciste", dijo la madre de Pedro.

"¿Te gustaría que patrocinara tu matrícula universitaria?", le preguntó el padre de Pedro a Karen, quien inmediatamente se animó.

"Eso sería genial, hagámoslo, puedes asistir a la universidad de Pedro, ¿qué te parece?".

Karen quedó atónita por su amabilidad, pero aceptó su gesto y prometió aprovecharlo al máximo. Más tarde ese año, ella y su novio fueron a estudiar a una gran ciudad.

Diecisiete años más tarde, la madre de Karen recibió un diagnóstico grave: tenía problemas de hipertensión arterial y estaba empeorando.

"Solo quiero volver a ver a mi hija", se quejaba cuando alguien le preguntaba por qué su presión arterial estaba tan alta.

Después de un tiempo, sufrió un derrame cerebral y se encontró un tumor creciendo en su cuerpo. Sin perder tiempo, fue transportada a la ciudad para ser operada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La operación fue un éxito, y cuando Susan abrió los ojos, su hija fue la primera persona que vio: vestía una bata de cirujano y se veía cansada.

"¿Karen eres tú?", preguntó la mujer sorprendida.

"Sí, mamá", dijo la doctora sonriendo.

Su madre se congeló al darse cuenta de lo saludable y próspera que se veía su hija.

"Su operación fue un éxito, señora Contreras", dijo Karen con lágrimas en los ojos. "Mi nombre es Dra. Karen Contreras y soy la cirujana que realizó su operación".

Cuando terminó la declaración, su mamá le tendió las manos, rogándole un abrazo. Karen no perdió tiempo y dejó que sus brazos la rodearan.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Lamento mucho haberme ido así, mamá", dijo Karen, con lágrimas en los ojos.

Su mamá la hizo callar y le dijo: "No tienes que pedirme perdón. Deberíamos pedírtelo nosotros. Nos tomó un tiempo entender por qué luchaste, pero ya era demasiado tarde cuando lo hicimos. Somos culpables de casi arruinar tu vida al tratar de imponerte nuestra voluntad. Y ahora mira, me salvaste la vida".

"¿Dónde está papá?", preguntó Karen después de que pudo contener las lágrimas.

En ese momento, su madre comenzó a llorar de nuevo. Luego le dijo a Karen que el hombre había fallecido hacía 12 años.

"Todo lo que quería antes de morir era disculparse por todo y decir que estaba muy orgulloso de ti. Siempre estuvimos orgullosos de ti, simplemente no podíamos decirlo. Por favor, perdónanos".

"Sí, mamá", dijo Karen, y lo decía en serio.

Pasó todo el tiempo que pudo con su madre a partir de ese día, y se hicieron más cercanas en los años siguientes.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender con esta historia?

  • No intentes imponer tu voluntad a los demás: Marcos y Susan trataron de imponer su ambición agrícola a su hija, y abrieron una brecha entre ellos. Ella quería algo diferente y como resultado de sus acciones, nació el distanciamiento entre ellos y duró años.
  • Deja ir el pasado: Después de que Karen volvió a encontrar a su madre, pudo haber actuado negativamente con ella, pero no lo hizo. Eso abonó el camino para reavivar su relación. El perdón hubiera sido imposible si ella hubiera permanecido enfocada en el pasado.

Comparte esta historia con amigos y familiares para inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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