Maestro le pregunta a los alumnos si ven a Dios. Entonces la niña le da una fuerte respuesta
Un día, una niña de 6 años estaba sentada en un salón de clases y le dio una gran lección a todos.
Era un día soleado y caluroso, así que el maestro decidió explicar la evolución con ejemplos de la naturaleza a los niños.
Con la atención de todos los pequeños de la clase, el maestro escogió a un niño al azar y empezó a realizarle unas breves y concisas preguntas.
Por supuesto, un niño aceptó responder, impaciente y curioso de lo que se trataba.
El Maestro dice: Tommy, ¿ves el árbol afuera?
Tommy: Sí, responde con firmeza.
Maestro: Tommy, ¿ves el pasto afuera?
Tommy: Sí, claro.
El resto de los niños también afirmaba con la cabeza
Maestro: Sal, mira hacia arriba y me dices si puede ver el cielo.
Tommy: Bien. Pasó apenas un minuto y Tommy regresó, respondiendo que sí, que había visto el cielo.
Maestro: ¿Viste a Dios?
Tommy: No.
El maestro, muy seguro de su posición, les dijo que a ese punto quería llegar. “No podemos ver a Dios porque él no está allí. Él no existe”, les dijo a los pequeños.
De repente, una atrevida y decente niña pidió permiso para hablar. Le solicitó al maestro si era posible hacerle algunas preguntas al niño.
El maestro aceptó la petición de la alumna.
Niña: Tommy, ¿ves el árbol afuera?
Tommy: Sí.
Niña: Tommy, ¿ves el pasto afuera?
Tommy: Sí (respondió con voz de cansancio, al tener que responder las mismas preguntas que ya le había hecho el maestro)
Niña: ¿Viste el cielo?
Tommy: Sí.
Niña: Tommy, ¿ves al maestro?
Tommy: Sí.
Niña: ¿Ves su cerebro?
Tommy: No.
Niña: Entonces, si nos enfocamos en la enseñanza de hoy, el maestro no tiene cerebro.
Al parecer, esta niña le ha dado una lección al maestro y un buen ejemplo para todos sus compañeros de clases.