Melania Trump aturde con un atuendo elegante y colorido mientras consuela a un alumno en la Casa Blanca

Los niños son el futuro y se les debe ofrecer todo el apoyo posible para asegurarse de que sigan sus sueños y sean capaces de hacerlos realidad.

Melania Trump lo sabe muy bien, razón por la cual fue anfitriona, junto con la Secretaria de Educación Betsy DeVos, de una sesión con un grupo de estudiantes de secundaria el lunes 9 de abril de 2018.

El evento se llevó a cabo en la famosa Sala Azul, dentro de la Casa Blanca, y permitió a los niños informar a la Primera Dama sobre las luchas que tenían que enfrentar a diario, según informó Daily Mail.

La ex modelo llegó un poco tarde a la sesión, pero DeVos comenzó pidiéndoles a los niños, cuyas edades oscilaban entre 10 y 13, que escribieran su experiencia en la Casa Blanca en un pequeño diario.

Cuando apareció Melania, ella llevaba un suéter rojo de manga larga, metido cuidadosamente en su falda de mezclilla, que tenía un pespunte rojo a juego y una cremallera en el frente.

Según la fuente, la dama de 47 años saludó a los 13 estudiantes. En total, diez actualmente asisten a la escuela pública, mientras que dos son educados en el hogar. El último va a una escuela charter privada.

La Primera Dama comenzó preguntando a todos sus nombres, qué les gustaba hacer para divertirse y compartir una historia que le gustaría escuchar. Todos y cada uno de ellos tuvieron la oportunidad de brillar.

Como informó el Daily Mail, Melania sugirió que todos deberían escribir en una pizarra digital lo que estaban sintiendo. Escribió la palabra 'emocionada' porque estaba muy feliz de tener a los niños allí.

Los estudiantes siguieron su ejemplo. Algunos escribieron 'respetados', otros 'agradecidos' y 'nerviosos', y uno incluso anotó la palabra 'emocionado'.

De hecho, el chico, cuya identidad aún no se ha revelado, estaba tan emocionado que derribó un vaso de agua.

Inmediatamente se quedó sin aliento, creyendo que estaba en problemas, pero Melania rápidamente entró y puso su brazo sobre su espalda diciendo que estaba bien y que no tenía nada de qué preocuparse.